Daniel Jadue: “En dirigentes de la centroizquierda existe un anticomunismo”

Foto : Andres Perez

Llama la atención que algunos puedan juntarse con los comunistas cuando nos toca a nosotros votar por ellos, pero que no puedan juntarse con los comunistas cuando les toca votar por nosotros”, dice el alcalde de Recoleta. Además, sostiene que “lo que el PC plantea es que vayamos todos a la primaria y que el programa que gana la primaria se convierta en columna vertebral del programa que acordemos entre todos”.


El mismo día en que se recuerdan los 50 años del triunfo de Salvador Allende en las elecciones presidenciales de 1970, el alcalde de Recoleta, Daniel Jadue (PC), concede esta entrevista. Si bien asegura que él aún no ha dicho que quiere replicar una victoria electoral como la del socialista -de quien hay varias fotografías y libros en su oficina municipal- y que por ahora lo claro es que repostulará al sillón edilicio, no caben muchas dudas de que su mensaje está entregado en clave de candidato presidencial.

Pese a que apunta a la necesidad de la unidad de la centroizquierda de cara a los próximos desafíos electorales, no tiene tapujos en lanzar dardos contra figuras de ese sector y la experiencia de la Concertación. Además, hace frente a las críticas desde figuras opositoras en su contra y cuestiona que “los mismos que hoy dicen que nosotros no somos factor de unidad han venido varias veces a pedir los votos de los comunistas”.

Además, en la misma semana en que una encuesta –Criteria Research- lo pone por primera vez sobre la principal carta de Chile Vamos para la carrera a La Moneda, Joaquín Lavín, el jefe comunal comunista puntualiza que la oposición debe elegir a su carta presidencial a través de una primaria donde el programa de la carta triunfadora sea la columna vertebral de un posible gobierno de unidad.

Hace unas semanas manifestó su disponibilidad para ser candidato presidencial. ¿Cuál es el balance que hace tras sus declaraciones?

Yo no he dicho que quiero ser Presidente, tampoco mi partido me ha nominado como candidato hasta el día de hoy, y eso, además, no va a pasar en el futuro inmediato, porque hay pasos que dar. O sea, está primero el 25 de octubre. Ninguna discusión presidencial se justifica antes del plebiscito. Pero, además, está la elección municipal, a la que yo voy a la reelección. Por lo tanto, el lugar que ocupamos en el imaginario colectivo es a partir de la valoración que la gente tiene de nuestra gestión.

Pero esto parece haber desatado la carrera presidencial.

Esta “presidencialización” de toda la discusión política proviene de las encuestas y los medios. Más allá de aquello, el impacto que generaron mis declaraciones dan cuenta de lo que está viviendo el país. Tenemos un gobierno destruido, con su sector completamente dividido. Además, con problemas serios por su mal manejo de la pandemia, sin ganas de salir de esta, porque teme el resurgimiento de la revolución de octubre y, por el otro lado, ve una oposición en donde una parte de ella, que también ha sido responsable de llegar al 18 de octubre, porque ha gobernado 20 años, no ha logrado capitalizar ninguno de los problemas del gobierno.

¿Hay inquietud en la centroizquierda por su posible candidatura presidencial?

Las reacciones son un poco obvias. No aparece el liderazgo en esa centroizquierda que gobernó tantos años que parezca competitivo y goce de la confianza de la ciudadanía. Pero aquí lo más relevante no es lo que piensa uno u otro dirigente, lo relevante es lo que piensa la ciudadanía. Por lo tanto, esto genera inquietud, sobre todo en aquellos que no son muy partidarios de participar en nada que ellos no dirijan. Pero creo que va a llegar el minuto de la unidad. Después de un período en que todos traten de fortalecer sus propias posibilidades, va a llegar el minuto donde todos se sienten en la mesa y se verá si estamos disponibles para regalarle un segundo gobierno a la derecha o darle una alternativa. Esto, a través de una primaria lo más amplia posible, para dejar que la ciudadanía manifieste su voluntad escogiendo tanto el proyecto político como al rostro que le genere más confianza.

Dos senadores de oposición bien distintos entre sí, Felipe Harboe (PPD) y Francisco Huenchumilla (DC), manifestaron sus reparos con apoyar una opción comunista. El primero dijo que tenía un proyecto distinto al comunismo, y el segundo, que el PC no era un factor de unidad para la centroizquierda. Además, Carmen Frei, quien no es una figura conservadora en la DC, señaló que Chile no estaba preparado para una candidatura comunista. ¿Qué le parecen esas declaraciones?

Bueno eso ha sido histórico, pero lo relevante no es lo que piensan ellos. Los tres que usted me ha mencionado forman parte de este conglomerado que perdió la confianza de la ciudadanía, que perdió casi un millón y medio, dos millones de votos cuando eran gobierno. La opinión de ellos, que es legítima, no me preocupa. Siento que es muy probable que ellos sean menos factor de unidad en la centroizquierda de lo que puedo ser yo hoy día. Al parecer, la ciudadanía no ve a ninguno de los que nombra como factor de unidad. El lugar que ocupamos en el imaginario colectivo del pueblo lo ha decidido el pueblo.

¿Estas críticas apuntan a su persona o a su partido?

Los mismos que hoy dicen que nosotros no somos factor de unidad han venido varias veces a pedir los votos de los comunistas para que ellos puedan ganar una elección. A uno le llama la atención que algunos puedan juntarse con los comunistas cuando nos toca a nosotros votar por ellos, pero que no puedan juntarse con los comunistas cuando les toca votar por nosotros. Eso lo va a evaluar finalmente la ciudadanía. Me parece un poco doble estándar, un poco hipócrita.

¿Existe un anticomunismo en sectores de izquierda?

Sí, en dirigentes de la centroizquierda existe un anticomunismo. En dirigentes, no en sectores. Es súper probable que la ciudadanía haya tenido un sesgo anticomunista al salir de la dictadura, por la campaña que hizo la dictadura, de exterminio físico y político del PC, que se vio prolongada en algunos sectores de la Concertación después del término formal de la dictadura, pero la ciudadanía ya dejó de creer esa campaña.

04 Septiembre 2020 Entrevista a Daniel Jadue, Alcalde de la comuna de Recoleta. Foto : Andres Perez

El PC tuvo una experiencia de unidad en el gobierno de la Nueva Mayoría. Ese bloque terminó diluyéndose y entregándole el gobierno a Sebastián Piñera, ¿cómo evalúa ese período?

Me llama la atención el criterio, porque hay quienes dicen que el primer gobierno de Piñera fue bueno, pero también terminó entregándole el gobierno a alguien de otra alianza. Terminó con la derecha completamente destruida.

¿Pero eso es empatar?

No, no estoy empatando. El tema es que ellos lograron rearmarse en tres años y volvieron a ser alternativa de gobierno. Cuando uno mira el gobierno de la Nueva Mayoría, muchos dicen ‘ojalá hubiéramos terminado el proceso constitucional de la Presidenta Bachelet, quizás no hubiéramos llegado al 18 octubre’. Sin la Nueva Mayoría no tendríamos fin del binominal, no tendríamos 469 salas cuna y jardines infantiles, no habría gratuidad en la educación. Los resultados del gobierno no necesariamente se ven reflejados en si es capaz de entregarle la banda a alguien de su misma coalición. Eso es responsabilidad de los partidos. Que la DC haya atornillado al revés del gobierno de la Nueva Mayoría no es responsabilidad de la Presidenta Bachelet.

Usted habla de unidad en una primaria amplia. Evidentemente, hoy la oposición es muy heterogénea. ¿El que gana esta primaria impone los términos para un futuro gobierno?

Lo que el PC plantea es que vayamos todos a la primaria y que el programa que gana la primaria se convierta en columna vertebral del programa que acordemos entre todos. Aquí no puede haber imposición. Lo que sí puede haber es supremacía de las mayorías sobre las minorías, con respeto a las minorías.

¿La primaria sería de la DC al Frente Amplio?

¿Por qué podría haber problemas? Si la ciudadanía escoge al candidato de la DC, tendríamos que apoyarlo, dudo que eso pase, pero efectivamente estamos disponibles. Siempre hemos estado en disposición de apoyar al candidato que más apoye la ciudadanía. Espero que los otros estén dispuestos a lo mismo.

Hoy, en la oposición, parece haber muchas izquierdas, ¿cómo explicaría cuál es la que representa usted?

Puedo partir diciendo que no comparto su pregunta.

¿Por qué?

Porque para mí la izquierda es aquella porción del espectro político que está convencida y comprometida con la superación del capitalismo como forma de organización social. Agustín Squella, que no es comunista ni de extrema izquierda, decía que la socialdemocracia chilena había optado por la vertiente más neoliberal y se había olvidado de la vertiente más social. Yo no sé si alguien en la socialdemocracia chilena estaría dispuesto a firmar un programa de gobierno como el de Angela Merkel, con una tasa impositiva como la que les cobra a los ricos en su país.

Hay una socialdemocracia neoliberal que ya gobernó 20 años y que es corresponsable de que hayamos llegado al 18 octubre”.

Daniel Jadue

¿Hay una socialdemocracia mentirosa?

No digo que sea mentirosa. La socialdemocracia tiene muchas variantes. Lo que digo es que la socialdemocracia que gobernó 20 años Chile nunca tuvo ni siquiera la más mínima intención de modificar el modelo que dejó la dictadura. Hay una socialdemocracia neoliberal que ya gobernó 20 años y que es corresponsable de que hayamos llegado al 18 octubre.

¿Usted tendría que gobernar con esa socialdemocracia?

El problema no es gobernar con quién. El problema es bajo qué programa gobierna. El problema es si van a respetar y ser leales con el programa.

Pero para aclarar, ¿el programa se discute o no antes de llegar a las primarias?

En las actuales condiciones, con esta diversidad, necesitamos que las primarias manifiesten no solo una opción mayoritaria por un rostro, sino que también por un proyecto país. Tienen que someterse a valoración de la ciudadanía los programas de cada uno de los liderazgos que instale cada sector de la oposición.

¿Y qué es lo que hoy busca el PC?

El PC hoy día no tiene la fuerza para gobernar solo y, por lo tanto, lo que se va a desarrollar no es el programa del PC, es un programa que se va a acordar con otras fuerzas en virtud del programa que sea mayoritariamente elegido por la ciudadanía. Lo segundo, es que hace rato que dejamos de hablar de proyectos y de modelos, porque creemos que Chile tiene pantalones largos. Si me pregunta cuál es el trayecto en el cual consideramos que Chile debe incorporarse en los próximos años, es el de la justicia social, la igualdad de oportunidades, la equidad territorial, la democracia representativa, participativa y protagónica, con mayores elementos de democracia directa.

¿Supongo que ese trayecto busca superar el neoliberalismo?

Es que el neoliberalismo es muy fácil de superar.

¿Cómo es eso?

El neoliberalismo plantea que el mercado es el único asignador de los recursos en la sociedad y que el Estado debe replegarse. Entonces, aunque usted no lo crea, cuando se le empieza a poner límite al mercado, ya superó el neoliberalismo. Recoleta superó el neoliberalismo hace rato. Por supuesto que esto no es escalable hoy día a Chile, porque estamos limitados por las normas. Pero en Recoleta el mercado no define el valor de los medicamentos, lo define la farmacia popular.

Dice que ahora no, ¿pero eso es factible a futuro en el país?

Pero si se puede hacer en Recoleta ¿por qué no se podría hacer en el resto de Chile? Imagínese lo que Recoleta podría hacer si tuviera un solo año el presupuesto per cápita de la Municipalidad de Las Condes. Hago Recoleta de nuevo.

En ese trayecto que menciona, usted ha hablado de nacionalizar los fondos de pensiones, ¿cómo se hace eso?

No sólo yo. Hay un proyecto de nacionalización de los fondos de pensiones presentado en el Senado, esto es transversal. ¿Qué sentido tiene que la capitalización individual siga definiendo cómo los chilenos vamos a resolver nuestra vejez

Esta semana su propuesta de darle mar a Bolivia generó debate. Heraldo Muñoz lo mandó a leer el fallo de La Haya.

Yo mandaría a Heraldo a aprender lo que es la democracia. Tengo plena conciencia de que el fallo no obliga a Chile a negociar. Yo no propuse entregarle mar a Bolivia, di mi opinión y siempre he sido partidario de resolver con nuestros vecinos todos los problemas pendientes. Más allá del fallo, los bolivianos siguen sintiendo que hay algo pendiente, y si queremos integración regional y conformar un bloque económico que pueda competir con los otros del mundo, nos vamos a tener que abuenar en algún minuto. Lo que he dicho y que Heraldo no leyó, porque parece que no es muy bueno para leer, es que temas de esa relevancia los debe resolver la ciudadanía y que ahí no importa la opinión del líder. Eso es lo que nunca ha estado dispuesto a hacer Heraldo, parece que a él no le gusta mucho que la ciudadanía decida.

¿Qué otros temas el PC quiere impulsar?

Hemos puesto bastantes, como la incorporación de elementos de democracia directa en la Constitución. Iniciativa popular de ley y referéndum, por ejemplo.

¿Y en temas como salud y educación?

Creemos que la educación y la salud tienen que ser un derecho universal. Y esto no significa, para que no salten, por favor, eliminar la previsión privada, pero significa asegurar en la estructura y la columna vertebral de los derechos esenciales de la nación, salud, educación, algunos derechos emergentes, como conectividad, acceso al arte y a la cultura, al deporte, vivienda y trabajo. Son temas que tiene que asumir el Estado.

¿Y nacionalizar el cobre o el agua está en sus planes?

Los recursos que son bienes nacionales tienen que estar pensados al servicio de un proyecto nacional de desarrollo. No puede ser que el cobre y el litio estén enriqueciendo a otros países y no a Chile, por lo tanto, soy partidario de la nacionalización, a pesar de que alguien le podría decir que sí están nacionalizados. Si los que regalaron el cobre fueron los de la Concertación, la socialdemocracia, los que también regalaron el litio. Creo que el Estado tiene que tener una participación directa, puede tener socios, pero con una participación mayoritaria.

Nómbrenme una declaración donde nosotros apoyemos al gobierno de Venezuela.

Daniel Jadue

A algunos comunistas les molesta cuando se los llevan a la política exterior para explicar lo que pasa en Chile, ¿pero no cree que apoyar administraciones como la de Venezuela y Cuba genera el anticomunismo del que hablábamos?

Nómbrenme una declaración donde nosotros apoyemos al gobierno de Venezuela.

¿No apoyan al gobierno de Venezuela?

No. Nosotros estamos en contra de la intervención extranjera en Venezuela, eso es completamente distinto. No estamos disponibles para que hagan en otro país lo que hicieron en Chile. Condenamos la violación a los derechos humanos. Pero tengo un dato, hay cientos de agentes del Estado venezolano condenados por la violación a los derechos humanos en las protestas. ¿Cuántos hay aquí? La violación a los DD.HH. son dolorosas en todas partes del mundo, pero no transforman a un gobierno en una dictadura. Condeno la violencia venga de donde venga. El PC ha condenado todos los golpes de Estado en América Latina. ¿Qué otro partido puede decir lo mismo? Porque la DC apoyó el golpe en Venezuela en 2002 y apoyó el golpe en Chile del 73. Algunos dirigentes socialistas y PPD apoyaron el golpe en Venezuela y también otras intervenciones extranjeras.

Muchos lo han acusado de subirse al carro de la victoria del plebiscito constitucional, porque el PC no firmó el acuerdo del 15 de noviembre y lo cuestionó. ¿Qué dice frente a eso?

Esa es una caricatura de los mismos que han tratado siempre de excluir al PC de la política. Los que no votaron a favor de la ley del divorcio se pueden divorciar. Cuando se discuten los acuerdos y leyes no todos están obligados a votar siempre a favor. Aquellos que piensan que los que no firmamos no podemos participar son hipócritas y muy antidemocráticos. Ese acuerdo era malo e insuficiente. Hay algunos que quisieron ir a celebrar después y los sacaron a patadas de la Plaza de la Dignidad, porque, además, no incorporaba lo único que la gente pedía, que era la asamblea constituyente.

¿Para usted la convención constitucional no es una AC?

No es lo mismo. Una AC no es una asamblea delegada ni con poderes restringidos.

¿Pero el objetivo no era poner fin a la actual Constitución?

Imagínese la frustración que podría ser si este proceso termina en algo parecido a lo que tenemos, por todas las amarras que dejaron y el quórum de los dos tercios. Por eso nos vamos a jugar para que eso no pase. Pero cuidado, la democracia de los consensos, que primó en Chile durante los 90, fue precisamente lo que nos llevó al 18 de octubre. D

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