El ocaso del centro de San Francisco: El fentanilo, los homeless y la caída del turismo golpean a la ciudad californiana

Personas sin hogar con carpas y muebles en las calles del distrito de Tenderloin, en San Francisco.

La cantidad de personas en situación de calle supera al promedio nacional de EE.UU. en cinco veces. Ello, mientras el aumento del consumo del opioide sintético contrasta con la bonanza de las mayores empresas tecnológicas del país que tienen sede allí.


Hasta la pandemia, San Francisco era una gran urbe moderna, con muchas sedes de empresas tecnológicas radicadas allí y una alta inversión local destinada a mejorar la calidad de vida de sus residentes. El auge económico permitía a la alcaldía invertir en parques, avenidas grandes y arboledas, en museos modernos y en la mejora de los servicios públicos. Era el sueño estadounidense vivir en la ciudad californiana. Ahora es una pesadilla, como describe la revista The New Yorker.

Hoy, San Francisco enfrenta una brecha económica importante y la ciudad está visiblemente deteriorada. Los precios de las viviendas y arriendos han subido paulatinamente, ubicándose entre los más altos en EE.UU. Según datos federales, en 2022 los costos de viviendas fueron un 113% más altos en el área metropolitana de San Francisco-Oakland-Berkeley que el promedio nacional. Y el precio general de los bienes en la ciudad, incluyendo ropa y alimentos, educación, gastos médicos, recreación y servicios de transporte, fue un 19,8% más alto que el promedio del país, detalla el mismo informe.

Además, el impacto de la llegada del fentanilo ha empeorado el panorama en el centro de San Francisco. Solía haber solo narcotraficantes de heroína, pero ahora los del opioide sintético han ocupado las calles y frecuentemente protagonizan guerras de pandillas. Las veredas están notablemente sucias, en su mayoría con heces humanas y de animales. Cada año, el Departamento de Obras Públicas de San Francisco recibe miles de informes sobre heces en sus calles.

Un hombre se inyecta fentanilo en San Francisco. Foto: Reuters

De hecho, en el Barrio Nob Hill, conocido en California por sus lujosos hoteles e históricas mansiones, el 89% de las calles estaba sucia con heces, de acuerdo con un informe publicado por la ONG Open The Books, que hizo un mapa en línea mostrando los puntos más sucios de San Francisco. “Al alejar el mapa, los puntos cubren casi toda la ciudad. Sólo una porción de la playa del Pacífico y las colinas del Parque Presidio están despejadas”, describe un artículo de Financial Times.

La gente está “furiosa, desconsolada y avergonzada” del manejo de la situación por parte del alcalde y la junta de supervisores de San Francisco, expresa Erica Sandberg, periodista oriunda de la ciudad californiana. “Solíamos estar muy orgullosos de lo que teníamos y de decir que éramos de San Francisco. El orgullo era increíble y ahora ha sido dañado. Es vergonzoso cómo cambió todo”, lamenta.

Sandberg, quien ha vivido toda su vida allí y ha realizado extensos reportajes sobre las personas sin hogar (homeless), también señaló a La Tercera que desde la llegada del fentanilo “todo se salió de control muy rápidamente”, ya que los narcotraficantes empezaron a enriquecerse e inundaron el centro. Agrega que la cantidad de homeless en San Francisco no es consecuencia de los altos precios de las viviendas, sino del impacto del fentanilo en las comunidades.

Para Paula Tejeda, chilena que vive en el distrito de Mission, la situación es distinta. Tejeda sostiene que, en el tiempo que lleva viviendo en San Francisco, ha visto cómo los precios de arriendo pueden dispararse rápidamente y dejar a personas sin hogar. Por otro lado, menciona el avance de la tecnología, que marca aún más la brecha entre ricos y pobres y hace que peligren los puestos de trabajo aún disponibles. “Aquí se ha incorporado la tecnología con tanta fuerza, que si tú no estás al tanto de estos cambios tecnológicos te quedas atrás”, asegura.

Un anuncio de cierre inminente colocado sobre la entrada de la tienda Coco Republic cerca de Union Square en San Francisco, el 21 de junio de 2023.

En 2023, el estado de California confiscó más de nueve millones de dosis letales de fentanilo. En una operación policial concluida en diciembre, se incautaron más de 40 libras -poco más de 18 kilos-, en un radio de aproximadamente 10 cuadras del vecindario Tenderloin en San Francisco. Además, se llevaron a cabo 428 arrestos por actividades ilegales y se recuperó más de una docena de armas vinculadas al crimen, de acuerdo con datos de la oficina del gobernador de California, Gavin Newsom.

El deterioro reciente de la ciudad también ha afectado al turismo, el motor económico más grande en San Francisco junto a la hotelería, y que ya se había visto reducido frente a la pandemia. “El daño a la reputación ha sido profundo. Algunas personas tienen miedo de venir a San Francisco, pero no son conscientes de que la mayoría de los problemas se encuentran en zonas aisladas”, dice Sandberg. El 2020, que congeló casi todos los viajes por la pandemia, ya les había costado a la ciudad y a las empresas locales 8.000 millones de dólares. En agosto de 2023, los ingresos de hoteles aumentaron un 30% en comparación con 2022. Se espera que este año y el próximo se recuperen los niveles de turismo que había hasta 2019, de acuerdo con datos de San Francisco Travel.

También se vieron perjudicados los negocios del centro de la ciudad, que nunca se recuperaron tras la pandemia, pues hay menos tráfico y han aumentado los crímenes. En las farmacias, los artículos básicos de higiene están guardados bajo llave debido a los robos y asaltos armados. “Abundan las vitrinas vacías, en las ventanas cuelgan carteles que dicen ‘el negocio va a cerrar’”, describe un artículo de The Associated Press.

En todo San Francisco hay casi 8.000 personas sin hogar, lo que ha llevado al gobierno local a destinar el 5% de su presupuesto de US$ 14 mil millones en abordar la falta de vivienda. El 1% de sus habitantes no tiene hogar, en comparación con menos del 0,2% en todo Estados Unidos, según una nota de Financial Times. En San Francisco, el arriendo mensual promedio de un departamento es de casi US$ 3.000. Y el precio de venta promedio de una casa es actualmente de 1,32 millones de dólares, lo que la hace un 214% más cara que el promedio nacional, según datos de Redfin.

Campamento para personas sin hogar autorizado por la ciudad en el Centro Cívico de San Francisco, el 21 de mayo de 2020.

Un fenómeno que tiene relación con las riquezas titánicas que ha generado el imperio de la industria tecnológica en la región, puesto que en el área de la bahía -donde se encuentra San Francisco- hay cuatro de las 10 empresas más valiosas del mundo: Apple, Alphabet, Nvidia y Meta.

Kristie Fairchild, directora ejecutiva de la ONG North Beach Citizens -organización que ayuda a personas homeless y de bajos recursos-, señala que el factor más grande de por qué hay tantas personas sin hogar en San Francisco es por los costos de la vivienda, la accesibilidad y la poca disponibilidad. “Es el factor número uno”, destaca.

El año pasado, la organización vio un aumento explosivo de muertes por sobredosis de fentanilo en personas sin hogar. Consultada por si las altas tasas de homeless tienen relación con el uso de drogas, la directora ejecutiva de North Beach Citizens sostiene que “definitivamente puede ser un factor, pero las personas que tienen un hogar también pueden tener problemas de adicción, entonces el principal motivo en realidad son los costos”.

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