El lamento de Tatiana y su padre desaparecido en Beirut: “Lo dejaron atrapado bajo los escombros”

(Foto: Tatiana Hasrouty) La estudiante libanesa de Derecho, Tatiana Hasrouty, junto a su padre, Ghassan.

“Ese día mi papá tenía un turno de 24 horas, así que se quedaría a pasar la noche en el puerto”, relata la joven libanesa a La Tercera, en alusión a las explosiones del 4 de agosto.


“Mi papá trabaja en el puerto, hasta ahora no sabemos nada, su nombre es Ghassan Hasrouty. Si conoces a alguien allí, si alguien te dijo que está bien, por favor avísame”. Ese fue uno de los primeros mensajes que Tatiana Hasrouty publicó en su cuenta de Twitter el 4 de agosto, poco después de las impactantes explosiones que afectaron ese día a la zona portuaria de Beirut, cerca de las 18.00.

A ocho días de la tragedia que azotó a la capital de Líbano, que hasta ahora suma 171 muertos y más de 6.500 heridos, Tatiana todavía no tiene noticias de su padre. Ghassan se cuenta entre las 110 personas que aún permanecen desaparecidas tras las explosiones, según informó el lunes el gobernador de Beirut, Marwan Abboud.

La estudiante de Derecho de 19 años dice que la última vez que su padre, de 59 años, se puso en contacto con su familia fue cerca de media hora antes de las explosiones. "El martes a las 17:30 fue la última vez que nos llamó, pidiendo una manta y una almohada porque iba a dormir en el trabajo, tenía mucho que hacer".

“Mi padre trabaja como gerente de la sala de operaciones del silo del puerto de Beirut. Lleva 38 años trabajando en el puerto. Ese día mi papá tenía un turno de 24 horas, así que se quedaría a pasar la noche en el puerto”, relató Tatiana a La Tercera. “En realidad, no sabemos el número exacto de personas desaparecidas en el puerto, porque el gobierno no está informando una cifra”, denuncia la joven libanesa.

(Foto: AFP) Vista de la destrucción en el puerto de Beirut.

“Pero sí creemos que mi padre y sus seis compañeros quedaron atrapados bajo los escombros y esperaron 40 horas hasta que llegó la ayuda para iniciar la búsqueda. Siempre que les preguntábamos por qué no comenzaban, usaban excusas como ‘no tenemos el equipo’, ‘no tenemos luces para trabajar de noche’”. Esto, asegura Tatiana, “redujo las posibilidades de vida de los desaparecidos y heridos”. “Además, el Ejército libanés declaró (el domingo) que ya no buscarán personas vivas”, agrega.

Asimismo, la estudiante de Derecho asegura que “ninguna autoridad oficial se ha puesto en contacto con nosotros, ni siquiera sus empleadores y nadie nos ha ayudado. Somos nosotros, su familia la que ha contactado personas, a personal importante en busca de ayuda y, sin embargo, nadie pudo ayudarnos”.

“Ghassan estaba trabajando en el puerto cuando ocurría la guerra civil (1975-1990). Pese a todos los bombardeos y todos los ataques, siempre iba a trabajar para dar trigo a la gente. Sin embargo, ahora, cuando mi padre necesita la ayuda del gobierno, para el que estuvo trabajando toda su vida, lo dejaron atrapado bajo los escombros”, se lamenta Tatiana.

Con todo, la joven no pierde las esperanzas. En especial, después de la llegada de ayuda extranjera. “La defensa civil libanesa, el Ejército y la Cruz Roja están buscando en el lugar, con la ayuda de muchas tropas extranjeras, entre ellas francesas, rusas, chipriotas, turcas. También consiguieron perros para ayudar con la búsqueda. Nos han dicho que a cada equipo libanés se le asignó un equipo extranjero para buscar en un área específica”, detalla.

“En crisis desde siempre”

Tatiana vive en Sin El Fil, en los suburbios de Beirut. Su familia la componen su padre Ghassan, su madre Ibtissam y sus hermanos Rana (36), Elie (35) y Ramona (28). A igual que muchos de los habitantes de la capital libanesa, la casa de los Hasrouty también sufrió los efectos de las explosiones. “Nuestras ventanas se rompieron y nuestra casa se cubrió con vidrios rotos”, comenta.

La hija menor de los Hasrouty cree que este accidente “pudo evitarse”. “Esta peligrosa sustancia (el nitrato de amonio) ha estado presente en el puerto desde hace muchos años. También encontramos algunos documentos oficiales que muestran que nuestro gobierno lo sabía, al igual que lo peligroso y tóxico que es. Sin embargo, no lo eliminaron”, se queja, no sin antes agregar: “Si nuestro gobierno hubiera tomado medidas sabias y responsables para eliminar la sustancia de amonio del puerto, nada de esto habría sucedido”.

(Foto: Tatiana Hasrouty) Imagen de Tatiana (la segunda de derecha a izquierda) junto a su familia.

La crítica de Tatiana nuevamente apunta a las autoridades. “Líbano ha estado viviendo en crisis desde siempre. La crisis actual mostró claramente que nuestro gobierno no se preocupa por nosotros, la gente. En un principio dejaron una sustancia tan peligrosa en nuestro puerto junto al lugar de trabajo de muchos ciudadanos. El de Beirut es nuestro único puerto de importación de alimentos y ahora todo nuestro trigo está dañado”, dice.

A juicio de la futura abogada, “una crisis tan grande como esta explosión necesita una mejor gestión, responsabilidad y cuidado”. “Lo que en realidad están haciendo es culparse unos a otros, dar declaraciones políticas sobre cómo no lo sabían u ocultar la verdad. Nosotros debemos tener el control, porque las personas que nos controlan son negligentes, irresponsables y descuidadas. Les pagamos su salario e impuestos y no obtenemos nada a cambio”, insiste.

(Foto: Reuters) Un hombre camina junto a un graffiti en la zona del puerto de Beirut dañada por las explosiones.

Según Tatiana, en general, muchas de las personas golpeadas por la tragedia son como su padre, “pero no tienen a nadie con quien compartir su historia”. “Gracias a los medios de comunicación, intento ser la voz de todos los ciudadanos libaneses, de todos los que perdieron a un ser querido, de todos los que perdieron sus hogares y de todos los heridos. No podemos soportarlo más, es el momento de reclamar nuestros derechos humanos básicos que el gobierno nos ha robado”, enfatiza. “¡Gracias por darme el espacio para compartir mi historia!”, concluye.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.