“Es hora de la diferenciación”: La carta con que Ignacio Walker cuestiona petición de unidad de figuras de la exNM y el FA

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Dirigida a Carolina Tohá (PPD), Carolina Leitao (DC), Patricio Zapata y Carlos Montes, la misiva del excanciller refuta el llamado que la semana pasada realizó un grupo de políticos, académicos, líderes sociales y artistas a comprometerse desde ya en un apoyo para una segunda vuelta presidencial (aunque aún no hay candidatos definidos). Walker cuestiona que no se realizó un rechazo a la violencia y que no hay referencias al crecimiento económico. Sobre todo, plantea que la unidad de la oposición es sinónimo de izquierdización y que ello le da ventaja a la derecha.


Muy queridas Carolinas (Tohá y Leitao), y queridos Carlos y Pato:

Así comienza una extensa carta en la que el exministro y expresidente de la DC, Ignacio Walker -que tituló “Recuperar la política”- presenta su mirada y sus críticas a la misiva que un conjunto de personas del ámbito de la cultura, la academia y la política envió la semana pasada a los partidos de la oposición bajo el nombre “Recuperar la democracia”.

En éste, figuras como Carolina Leitao (DC), Carolina Tohá (PPD), Carlos Montes (PS), Patricio Zapata (DC), Pablo Vidal (RD), Vlado Mirosevic (PL) -de Unidad Constituyente y el Frente Amplio- sumado a independientes como los escritores Pablo Simonetti y Jorge Baradit, pidieron, entre otras cosas, que exista una sola primaria presidencial sin pasar por procesos internos entre colectividades que aún no definen sus candidatos. Y propusieron una serie de mínimos comunes y unidad para la convención constitucional.

“He querido escribirles algunas líneas en relación a su documento (suscrito junto a una serie de destacadas y destacados dirigentes políticos y sociales de la oposición) sobre el tema de la referencia, en un sentido amistoso y crítico, en la perspectiva de construir una alternativa de gobierno desde el “progresismo” (llamémosle así, por ahora, aunque es una de las palabras más usadas y abusadas del léxico político local)”, comienza diciendo Walker.

Echando mano al “haber recorrido todo un camino juntos, desde la lucha contra la dictadura hasta los 20 años de la Concertación (a mi juicio, los mejores del último siglo) y el gobierno de la Nueva Mayoría”, y junto con afirmar que “suscribo muchas de las afirmaciones del documento”, el también exsenador plantea una serie de comentarios críticos a la carta, comenzando por la “omisión inexcusable” que se realiza en la misiva respecto de la violencia, “un tema ineludible”.

“Habría bastado con una frase del tipo ‘condenamos la violencia en cualquiera de sus formas’. ¿Es que se dio por subentendida esta condena, o fue tal vez una omisión? ¿Se quiso, tal vez, evitar un tema que incomoda a un sector de la oposición?", pregunta Walker. “Para mi, una de las mayores debilidades de las oposiciones actuales es la abdicación de un importante sector de políticos e intelectuales de la “izquierda dura” (del PC y una parte importante del FA) en relación al tema de la violencia. Yo no estoy dispuesto a suscribir un documento, o una estrategia política o electoral que, junto con la afirmación acerca del valor de la democracia y los derechos humanos (lo que sí está en el documento), no contenga una afirmación clara y explícita (sin matices) acerca del tema de la violencia, en términos de un rechazo claro y categórico”, dice.

El excanciller también fustiga que, en cuanto a los mínimos programáticos, “no hay una sola referencia al crecimiento económico”. “¿Cómo se pretende financiar los compromisos sobre temas como salud o pensiones (que están mencionados y que comparto) si no es sobre la base de un crecimiento económico alto y sostenido (y sí, inclusivo) que permita generar las inversiones y los recursos (incluida la recaudación, dentro del pacto fiscal que se propone) destinados a financiar el gasto social?”, pregunta.

“Ni una sola palabra sobre responsabilidad fiscal y estabilidad macro económica (...) ¿Por qué no hablamos sobre el control de la inflación, la autonomía del Banco Central, la iniciativa exclusiva del Ejecutivo en materia de gasto e ingresos, y el manejo responsable de las finanzas públicas (el “dividendo social” de la responsabilidad fiscal)? A veces pienso que en el subconsciente nuestro -del progresismo o la centro-izquierda- estos son temas ‘neoliberales’”, cuestiona.

Pero lo que más cuestiona Walker es la propuesta de un apoyo mutuo para una eventual segunda vuelta presidencial y de una lista única para la convención constituyente. “Pido segunda discusión sobre la tesis de la ‘unidad de la oposición’”, dice.

Esta tesis -plantea Walker- “solo favorece a la derecha. Como son 14 partidos de oposición (13 de izquierda y el PDC), la tesis de la unidad de la oposición equivale a la izquierdización de la oposición. Ya lo hicimos una vez, en el proceso de izquierdización de la NM (fui testigo en la “primera línea” de esa experiencia, con la consiguiente dificultad para la DC de gobernar con 6 partidos de izquierda). ¿Cómo sería articular 13 partidos de izquierda (incluidos el PC y el FA) más el PDC? Me temo que ya no seríamos “arroz graneado”, sino un pelo de la cola”, explica.

Sobre todo le preocupa el lugar en el que quedaría su partido. “Olvídense de la DC. Lo que ocurrió con la izquierdización de la NM es que terminamos alejando, enajenando, alienando, al voto moderado, de centro, a los independientes, y a los sectores medios que terminaron dándole el triunfo a la derecha”.

“Sostengo que esta no es la hora de la unidad (como sinónimo de izquierdización) sino de la diferenciación (inteligente) de la oposición y que la única forma de impedir un triunfo de la derecha en segunda vuelta es construir una alternativa hacia el centro, la sensatez y la moderación, sin complejos derechistas ni izquierdistas”

Walker enumera una serie de episodios ocurridos en los últimos años que, según él, refuerzan el punto de que la unidad es difícil de conseguir. Entre ellos están las críticas que surgieron dentro de la propia oposición cuando la DC o parte de ella votó a favor de la reforma tributaria y previsional, la ley antibarricadas y rechazó las acusaciones contra Piñera, el intendente Guevara y los exministros Cubillos y Mañalich.

Carola, Carlos, ¿pueden ustedes negar la debilidad estructural de la social democracia, izquierda moderada, o como quieran llamarla, frente a los sones y los acordes, y la hegemonía de izquierda dura del PC y de sectores importantes (no todos) del FA? Si la izquierda moderada no puede resistir la hegemonía de la izquierda dura, ¿qué queda para la DC?”, pregunta.

“De qué unidad hablamos, ¿del apoyo en la presidencia de la Cámara de Diputados a un DC, previamente pactado por “el conjunto de la oposición”, a comienzos de este gobierno? ¿Quién rompió ese acuerdo?”, insiste Walker. “¿Esa es la “unidad de la oposición”? ¿o tal vez se refiere a que los partidos del FA dejaron (literalmente) plantados (desgraciadamente no es una metáfora) a los dirigentes de Unidad Constituyente, para las primarias sobre Gobernadores, mientras iban a inscribirse al Servel?”.

¿Sinceramente creen que el cuadro descrito avala la tesis de la “unidad de la oposición”? ¿Ha sido la DC el tropiezo para la supuesta o pretendida unidad de la oposición? ¿De qué unidad estamos hablando (a la luz de los hechos anteriormente descritos)?”, plantea el excanciller.

Tras solicitar que se abra una discusión sobre el tema, se despide.

Besos y abrazos,

Ignacio Walker

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