Eutanasia: UDI contraataca y recurre nuevamente a objeción de conciencia

Se está pareciendo cada vez más a la pugna que hubo en el Congreso por la despenalización del aborto en tres causales. Tanto, que las facciones a favor y en contra de que se legisle para permitir la eutanasia en Chile ya se preparan para el próximo capítulo de esta contienda -el que viene después de que esta tarde se apruebe en general en la comisión de Salud-, en algunos casos con las mismas armas que hubo en la lucha valórica del año pasado.

En Salud la oposición tiene siete votos a favor. El oficialismo cuenta con seis delegados, pero sólo sumaría cuatro votos en contra: los UDI Jaime Bellolio, Javier Macaya y Sergio Gahona, y el RN Andrés Celis (que hoy sería reemplazado por Leonidas Romero). Otro RN, Jorge Durán, votaría a favor, y Erika Olivera, del mismo partido, podría abstenerse.

El texto de la norma en trámite dice que la eutanasia podrá ser solicitada por "la persona que ha sido diagnosticada en estado de salud terminal o, en estado de sufrimiento físico o mental constante e insoportable que no puede ser apaciguado por el actual estado de las ciencias médicas y que resulta de una lesión o condición patológica incurable".

El "sufrimiento mental" es uno de los puntos más críticos y resistidos de la inicativa.

Con el resultado de esta tarde asumido, el gremialismo trabaja en al menos dos o tres vías para contrarrestar el texto, partiendo por que se le introduzca la objeción de conciencia individual e institucional. Eso lo harán cuando se abra el plazo para introducirle indicaciones al texto, antes de que pase a la sala de la Cámara.

"Tiene que existir la objeción de conciencia. Todos los médicos hacen un juramento hipocrático, en que juran o prometen nunca suministrarle una sustancia tóxica a un paciente para quitarle la vida", argumenta Bellolio a La Tercera PM.

Según él, dicha figura "no es para cualquier cosa: es cuando los derechos que están en colisión son fundamentales. Tanto para el derecho a la vida, en el aborto, como en este caso en la muerte, es exactamente igual. Se justifica que exista también una objeción de conciencia individual e institucional: que pueda haber instituciones clínicas que decidan no practicar eutanasia y otras que sí".

El diputado asegura que en Holanda -uno de los países donde la eutanasia es legal, junto con casos como Bélgica, Luxemburgo, Colombia y Suiza-"hay una comisión revisora ex post, que acusa de asesinato, de homicidio calificado, a los médicos que ofrecieron la eutanasia sin que hubiese concurrido el resto de las condiciones: que el paciente la hubiese solicitado de manera prolongada en el tiempo, y no sólo cuando tenía un dolor o una enfermedad incurable. Ese tipo de cosas no están en este proyecto de ley".

La tercera línea de contraofensiva es que se legisle sobre los cuidados paliativos del dolor para los enfermos terminales. El gobierno, que hasta ahora ha preferido no mostrar sus cartas en este debate (de hecho, el ministro Emilio Santelices no iría esta tarde la comisión), espera que sus parlamentarios presenten un proyecto sobre la materia y luego patrocinarlo: al implicar gasto fiscal necesita al Ejecutivo.

"Nos gustaría que este proyecto no siguiera adelante. Si se aprueba, entraremos en la discusión en particular, y ahí lo clave es que haya cuidados paliativos; no solamente los que están en GES, que son para los cánceres, sino que para todas las enfermedades dolorosas", remarca Bellolio.

Los gremialistas son asesorados por la Fundación Jaime Guzmán. El abogado Carlos Oyarzún, del área legislativa, explica que el plazo para presentar indicaciones es el próximo lunes 13 de agosto: "Vamos a presentar varias en el sentido de incluir los cuidados paliativos. Lo que queremos es que el proyecto de ley, en el mejor de los casos, consagre la eutanasia pasiva pero no la activa, que es la que lleva al suicidio asistido".

Insiste que "el proyecto como está es un suicidio asistido, y eso en Chile es un delito, porque establece la posibilidad de que una persona provoque la muerte de otra" y que "avanzar en él es pasar a la eutanasia activa".

Oyarzún además advierte que "al establecer derechos y prestaciones que el Estado debe entregar a los pacientes, "este proyecto implica gasto fiscal y ni siquiera tiene un informe financiero. El problema es que la mesa ya lo declaró inadmisible. Este es un vicio que hay que subsanar".

Echadas así las cartas anticipadamente, los promotores y defensores de legislar sobre la eutanasia dicen que no se van a cruzar de brazos. Vlado Mirosevic (PL), uno de los impulsores del proyecto, aclara que "no es necesario que la UDI ponga la objeción de conciencia individual en el proyecto, porque ya lo consideramos en él".

Pero "respecto a la objeción de conciencia institucional, nos opondremos a cualquier tipo de indicación de ese tipo porque las instituciones no tienen conciencia y no nos parece que puedan objetar esta práctica". Y acusa que "este es un invento del mundo conservador que no compartimos, y creado para poder limitar el acceso a esta práctica".

Juan Luis Castro (PS), presidente de la comisión de Salud, critica que dado que "la UDI está en contra, si ahora deciden hacerle enmiendas o correcciones, que entonces digan que están de acuerdo con la idea de legislar y después hacerle modificaciones. Pero negarse de plano a tratar la materia y después ponerle objeción institucional -que parece que les gusta mucho porque es el asilo que tienen en el Tribunal Constitucional- es una tremenda contradicción".

Además de este proyecto, que Mirosevic firmó con varios otros diputados, hay al menos otros dos esperando su turno para ser tramitados: uno de diputadas y diputados RN y otro del senador PPD Ricardo Lagos Weber.