La “inusitada” crisis migratoria en Ceuta: España despliega el Ejército tras ingreso de 8.000 personas desde Marruecos

Ciudadanos marroquíes parados en las rocas frente a un efectivo español en la playa El Tarajal, cerca de la valla entre la frontera hispano-marroquí, en Ceuta, este martes. Foto: Reuters

Pedro Sánchez dijo que España defenderá la integridad territorial de sus enclaves en el noroeste de África “bajo cualquier circunstancia”. En tanto, Bruselas advirtió a Rabat que “las fronteras españolas son fronteras europeas”.


El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, se vio obligado a cancelar un viaje a París que tenía previsto para este martes para participar en una cumbre sobre África por “los últimos acontecimientos ocurridos” en el enclave español de Ceuta, donde desde el lunes han ingresado miles de migrantes desde la vecina Marruecos.

El calado de la crisis obligó a Sánchez a viajar a Ceuta, a donde llegó sobre las 17.00 horas, y a Melilla, que visitaría a continuación. Antes de viajar a estas ciudades autónomas españolas, el gobernante socialista advirtió que “la integridad territorial de las fronteras de Ceuta y Melilla, que también lo son de la UE, y la seguridad de nuestros compatriotas serán defendidas por el gobierno de España en todo momento, bajo cualquier circunstancia y con todos los medios necesarios”.

Mientras Sánchez visitaba estos enclaves en el noroeste de África, las imágenes en vivo emitidas por la televisora pública TVE mostraron dramáticas escenas de soldados con niños en brazos y efectivos de la Cruz Roja ayudando a los migrantes que salían del mar exhaustos y helados. Una mujer yacía inconsciente en la arena hasta que la sacaron de la playa en una camilla.

Un soldado español ayuda a un ciudadano marroquí en la playa El Tarajal, cerca de la valla entre la frontera hispano-marroquí, en Ceuta. Foto: Reuters

Y es que, desde el lunes, más de 8.000 migrantes entraron a nado o a pie a Ceuta, una llegada sin precedentes que coincide con un momento de tensiones diplomáticas entre España y Marruecos, socio imprescindible de Madrid en el control migratorio. Desbordado por estas llegadas, el gobierno español desplegó el Ejército para patrullar la frontera y mandó refuerzos policiales a este enclave de 85.000 habitantes que está entre el Mar Mediterráneo y Marruecos, del que lo separa una doble cerca de 10 metros de alto, al tiempo que procedía a la devolución de los migrantes que habían ingresado irregularmente.

Según indicó el ministerio del Interior, al menos 3.800 personas fueron enviadas de vuelta a Marruecos. “Mi prioridad es la de garantizar el control del tránsito en la frontera con Marruecos (...) y proceder a la devolución inmediata de todo aquel que haya entrado irregularmente en Ceuta y Melilla”, afirmó Sánchez.

“Es una invasión tan fuerte que no somos capaces de calcular el número de personas que han entrado”, dijo Juan Jesús Vivas, presidente de la ciudad autónoma en declaraciones a la emisora de radio Cadena Ser. Ceuta tiene apenas 20 kilómetros cuadrados. “El Ejército está en la frontera cumpliendo una función disuasoria, pero hay una gran cantidad de personas en el lado marroquí esperando a entrar”, añadió.

La policía española intenta dispersar a los migrantes en la frontera entre Marruecos y el enclave español de Ceuta, este martes, en Fnideq. Foto: AFP

Un joven se ahogó el lunes y docenas de personas fueron atendidas por hipotermia. Los adultos que llegan a suelo español están siendo trasladados al estadio de fútbol de la ciudad antes de ser deportados a Marruecos, mientras que los que se considera que son menores son enviados a albergues gestionados por Cruz Roja y otras ONGs.

Según Europa Press, los migrantes llegados a Ceuta por vía marítima en un solo día sumaron una cifra similar a todos los interceptados en España por todas las vías irregulares entre el 1 de enero y el 15 de mayo de años como 2018 (5.404), 2019 (6.879) o 2020 (6.551).

Sánchez, destaca el diario El País, no ha disimulado la gravedad de la “inusitada” crisis, aunque ha evitado un ataque directo a Marruecos, llamando a este país a resolver la situación como buenos vecinos “desde el respeto a la integridad territorial”. Las relaciones entre Madrid y Rabat se tensaron desde que se conoció a finales de abril la hospitalización en España del líder del Frente Polisario, un movimiento que lucha por la independencia del Sahara Occidental, una excolonia española controlada por Marruecos.

Ayuda al líder del Frente Polisario

En público, el gobierno de Sánchez no quiere vincular esta crisis con la decisión de España de acoger, por motivos humanitarios según el Ejecutivo, al líder del Frente Polisario, Brahim Ghali para que sea atendido de una grave enfermedad en un hospital de Logroño, destaca el periódico español. Pero en privado, agrega, diversas fuentes confirman que esa es la explicación que están dando los marroquíes a sus interlocutores españoles.

Un ciudadano marroquí es transportado por soldados y miembros de la policía antidisturbios española en la playa El Tarajal, en Ceuta. Foto: Reuters

Marruecos se queja de que no conoció de antemano este traslado a España y exige al Ejecutivo español que presione para que sea juzgado en España por un proceso que hay abierto en la Audiencia Nacional. El gobierno de Sánchez contesta que Madrid tiene una larga tradición humanitaria y no podía rechazar ayudar a un enfermo y además no tiene ninguna influencia en lo que decidan los tribunales españoles.

El Ministerio de Exteriores marroquí había dicho que la decisión de Madrid de atender a Brahim Ghali era “incompatible con el espíritu de colaboración y buena vecindad” y prometió que habría “consecuencias”, consignó The Associated Press. Una postura similar a la expresada este martes por la embajadora de Marruecos en España, Karima Benyaich, quien aseguró que en las relaciones entre países “hay actos que tienen consecuencias y se tienen que asumir”. La ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, convocó a Benyaich para abordar la situación. Tras ello, Rabat llamó a consultas a su embajadora en España.

La policía española intenta dispersar a los migrantes en la frontera entre Marruecos y el enclave español de Ceuta, este martes, en Fnideq. Foto: AFP

Si bien Marruecos desplegó efectivos antidisturbios en la frontera para frenar la entrada a Ceuta, Bruselas advirtió a Marruecos que “las fronteras españolas son fronteras europeas”, según declaró la responsable de la política migratoria de la Unión Europea, la comisaria Ylva Johansson. La funcionaria exigió a Rabat que cumpla con sus obligaciones de controlar las salidas irregulares y que acepte el retorno de las personas que han salido de esta forma de Marruecos y que no tienen derecho a permanecer en territorio europeo. “La Unión Europea quiere construir una relación con Marruecos basada en la confianza y en compromisos compartidos. La migración es un elemento clave en esto”, agregó.

El presidente del Consejo europeo, Charles Michel, también se unió al aviso lanzado por Bruselas para recordar a Rabat que la frontera de Ceuta es también una frontera de la Unión Europea. “La cooperación, la confianza y los compromisos compartidos deben ser los principios de una relación fuerte entre la Unión Europea y Marruecos”, escribió Michel en su cuenta oficial de Twitter.

Fuerzas de seguridad españolas disparan gases lacrimógenos en la frontera de Marruecos y España, en el enclave español de Ceuta, este martes. Foto: AP

Más tarde, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, recurrió también a las redes sociales para defender la necesidad de contar con “soluciones europeas comunes” para gestionar la migración en la Unión Europea. Finalmente, el presidente del Parlamento europeo, David Sassoli, apeló a la necesidad de una política “europea común” en materia de migración y de “compromisos compartidos con los países vecinos”, aunque no se refirió expresamente ni a Ceuta ni a Marruecos.

Marruecos obtuvo una victoria diplomática el año pasado cuando el gobierno del entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reconoció la soberanía de Rabat sobre el disputado Sahara Occidental para allanar el camino para normalizar las relaciones entre Israel y Marruecos. Según el diario El País, el gobierno español interpreta que Rabat quiere con esta crisis “dar una vuelta de tuerca más” para forzar un cambio en la posición española sobre el Sahara Occidental, hasta llegar a convencer a Madrid de que reconozca la soberanía de Marruecos como ha hecho Estados Unidos. “Esta estrategia de presión también la ha seguido Marruecos con Alemania. En marzo de este año, Marruecos rompió todo contacto con la embajada alemana en su país por su posición sobre el Sahara Occidental”, agregó.

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