La nueva ofensiva de Jorge Sharp en contra de TCVAL, megaproyecto portuario en Valparaíso

Jorge Sharp

La Corporación Municipal de Desarrollo Social de Valparaíso -que preside el alcalde- presentó una reclamación ante el Segundo Tribunal Ambiental en la que comparó las emisiones que emitirá el terminal portuario Cerros de Valparaíso TCVAL con las de la Fundición Ventanas de Codelco.


El mega proyecto de ampliación del puerto de Valparaíso se encuentra en medio de una encrucijada y por estos días su discusión pasó a la arena judicial.

El 12 de agosto, la Corporación Municipal de Desarrollo Social de Valparaíso -que preside el alcalde Jorge Sharp- presentó una reclamación ante el Segundo Tribunal Ambiental en contra de la resolución de la Comisión de Evaluación de la Región de Valparaíso que rechazó la solicitud de invalidación Resolución de Calificación Ambiental que calificó favorablemente el proyecto Terminal Cerros de Valparaíso TCVAL.

Se trata de un mega proyecto portuario que consideraba una inversión de US$500 millones del Grupo Aleática -el brazo de IFM en los negocios de infraestructura en España y América Latina, incluyendo TCVAL. La iniciativa contemplaba la operación del Terminal 2 del Puerto de Valparaíso, adjudicado por la Empresa Portuaria Valparaíso (EPV).

El proyecto cuenta con su permiso ambiental aprobado desde el 2 de octubre de 2018, pero una serie de dificultades han obstaculizado su concreción, las que llevaron al grupo a anunciar su salida en marzo de 2019, la que se concretará en abril de 2021. Sin embargo, ahora son mayores, pues el municipio lanzó un arremetida judicial a fin de hacer valer su posición y alertó sobre los efectos a la salud que eventualmente generaría la construcción y operación del proyecto. Se trata de uno más de los proyectos de inversión que enfrenta la oposición del alcalde de la comuna, considerando que anteriormente el edil manifestó reparos a inmobiliaria del Puerto SpA, del empresario Nicolás Ibáñez, por la construcción del proyecto inmobiliario Parque Pümpin y a Mallplaza por Muelle Barón.

En su escrito -al que tuvo acceso La Tercera PM- la Corporación Municipal de Desarrollo Social de Valparaíso advirtió una serie de falencias en la entrega de información por parte del titular del proyecto portuario, asegurando que “resulta grave que una emisión equivalente a lo que produce la Fundición de Codelco Ventanas haya sido transparentada una vez que había finalizado el periodo de Participación Ciudadana (PAC)”.

El mismo documento sostuvo que entre el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) -ingresado el 23 de septiembre de 2014- a la Adenda -presentada el 24 de marzo de 2016- aumentó la emisión del MP10 y MP2,5 del proyecto, lo cual no era conocido por la ciudadanía durante el proceso de participación ciudadana. “De lo anterior también se desprende que, el hecho que no existan observaciones sobre la emisión de 104,37 ton/año de PM2,5 durante el período de PAC, imposibilita a cualquier ciudadano que haya hecho observaciones y de llevar este argumento ante el Comité de Ministros”, acotó la reclamación que cuenta con 34 páginas.

La corporación municipal acusó al titular del proyecto de ser “tendencioso” al “intentar desacreditar la comparación con la emisión de la Fundición y Refinería Ventanas de Codelco Chile debido a que se trata de un mismo contaminante, donde la norma primaria de calidad ambiental que lo regula no hace distingos respecto de su origen”. “Por lo tanto, pretender establecer que el material particulado que emitirá el proyecto TCVAL es menos nocivo que el de la Fundición Codelco Ventanas, bajo el argumento que son no comparables, dada la naturaleza de las fuentes emisoras, es una acción que refleja un desconocimiento grave de las normas primarias pertinentes”, remató.

A su parecer, el proyecto dejará a la ciudad de Valparaíso en una situación de saturación para material particulado de 2,5 μg, según los límites establecidos en el Decreto 12/2012 del Ministerio del Medio Ambiente que “establece la norma primaria de calidad ambiental para material particulado fino respirable MP 2,5”. De hecho, según el mismo documento, “las máximas concentraciones se alcanzan en sectores ampliamente poblados de la ciudad puerto”.

A la fecha, la expansión del terminal portuario de Valparaíso es el proyecto que más reclamaciones acumula en la historia del Segundo Tribunal Ambiental. A los cuestionamientos del municipio se suman otras seis reclamaciones, entre ellas de la Fundación Humanos Derechos y la Asociación de Arquitectos y Profesionales por el Patrimonio de Valparaíso Plan Cerro.

“En relación a su pregunta por la posible afectación a la inversión de la región y la economía, eso responde principalmente a un pésimo ordenamiento general de nuestra economía y a una crisis económica global. Por otra parte, y me va a disculpar, que un proyecto no se ejecute no produce cesantía. Entiendo que pueda dejar de generar puestos de trabajo, pero eso es otra cosa, que implica poner en discusión algo que no suele debatirse, que es la estrategia de desarrollo económico local. Que llegue o no lleguen concesionarios, que el T2 se haga finalmente o no, que Valparaíso tenga o no tenga expansión portuaria real en los próximos años, depende de procesos económicos globales y nacionales en una medida que supera por mucho los marcos en que usualmente se da este debate”, aseguró Sharp a La Tercera PM.

Caminos separados y origen del conflicto

En la Empresa Portuaria de Valparaíso (EPV) cuentan que la ampliación del Terminal 2 de Valparaíso (T2) debe contar con una mirada a largo plazo. Por lo mismo, una judicialización del proyecto no puede significar que la iniciativa se entrampe, pues de continuar el proceso en el Tribunal Ambiental será finalmente la Corte Suprema quien zanje definitivamente las diferencias.

Bajo esa lógica, esta mañana sesionó el Consejo Ciudad Puerto -entidad público privada que no se reunía desde 2018-, en la que se planteó un camino probable para destrabar de una vez por todas el megaproyecto portuario. La idea es abordar una ampliación portuaria en dos fases, una que sea en la etapa de transición, que tiene que ver con hacerse cargo del espigón sin el crecimiento planteado por el T2. Ello implicaría salir al mercado a buscar oferentes para que en 2021, cuando TCVAL deje la concesión, se haga cargo de la estructura por un periodo limitado de tres a cuatro años. En la segunda fase, en tanto, se abordaría la construcción.

A fin de afianzar esta posibilidad, EPV presentó una consulta ante el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC) para realizar modificaciones al proceso de licitación del Terminal 2. La estrategia apunta a que quien se adjudique la fase de transición no necesariamente sea quien logre hacerse de la etapa de construcción.

En el año 2000 se realizó la licitación de los terminales portuarios a nivel nacional, incluyendo los puertos de Valparaíso y San Antonio. En el caso de este último se lo adjudicó STI San Antonio Terminal Internacional y en el caso de Valparaíso -TPS Terminal Pacífico Sur. Esta fue la primera licitación de frentes de atraque. Luego en el año 2011 se produjo la segunda licitación que correspondía a los dos espigones de Valparaíso y San Antonio.

El espigón de San Antonio se lo adjudicó Puerto Central -Grupo Matte- y posteriormente pasa a manos de GP World de capitales árabes. Mientras que en el caso de Valparaíso el proceso de licitación fracasó y nuevamente se relicita el 2013 y se adjudica a TCVAL para que iniciara el proyecto de Terminal 2.

Desde Grupo Aleática declinaron efectuar comentarios sobre este artículo.

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