La Tercera PM

Leto: la película del director perseguido por Putin

Esta semana se estrena en Chile Leto, elogiada película sobre un rockero de la ex Unión Soviética que el cineasta Kirill Serebrennikov debió dirigir desde su casa: tiene arresto domiciliario desde hace dos años.

Leto Foto

Hace seis años, el gobierno de Vladimir Putin estableció una ley que obligaba a enseñar en los colegios estatales una de las seis religiones que se practican en la Rusia de nuestros tiempos. Tres años después de la medida, el realizador ruso Kirill Serebrennikov (1969) estrenó con gran éxito en el Festival de Cannes su película El estudiante (2016), la historia de un muchacho de secundaria que, escandalizado por el agnosticismo de su profesora de biología, comenzaba a estudiar la Biblia y se transformaba en un fanático religioso. La cinta fue interpretada por la crítica como un velado alegato contra el autoritarismo y la fuerza de las autoridades ortodoxas en la actual Rusia. 

En rigor Kirill Serebrennikov salió indemne de aquel desafiante largometraje, que se estrenó con éxito de críticas en su país natal, pero ya estaba en la mira de las autoridades desde el 2013. En aquella oportunidad el cineasta y director teatral planeaba realizar una película sobre Piotr Ilich Tchaikovsky (1840-1893), probablemente el compositor ruso más famoso de todos los tiempos y orgullo patrio.
Con una vida plagada de éxitos profesionales y tormentos personales, Tchaikovsky fue un homosexual encubierto en la Rusia de los zares. Aquel conflicto iba a ser el motor de la película, pero las autoridades rusas le quitaron financiamiento apenas se enteraron de la trama: consideraron poco patriota retratarlo como gay.

No fue extraño entonces que en mayo del 2017, un año después de estrenar El estudiante en Cannes, Kirill Serebrennikov fuera acusado por las autoridades rusas de malversar 133 millones de rublos (dos millones de dólares) proporcionados a su compañía Seventh Studio. El cineasta permanece desde entonces con arresto domiciliario y no son pocos los que dentro y fuera de Rusia afirman que la medida es sólo una estrategia para mantener silenciada a una voz crítica al gobierno, opositor a la anexión de Crimea a Rusia en el 2014 y defensor de los derechos de las minorías sexuales.

Aunque Serebrennikov aún no puede salir de su casa en Moscú, se las arregló para rodar otra película más. Se trata de Leto (Verano), estrenada el año pasado con muy buenas críticas en la competencia oficial de Cannes y que desde este jueves se exhibirá en el Centro Arte Alameda. El filme sorprende si se considera que posee una gran cantidad de exteriores y su director dirigió todas aquellas escenas desde un computador en su casa. 

El verano de Leningrado

De cierta manera Leto es otra subrepticia crítica al autoritarismo, esta vez bajo la forma de una película musical y ambientada en la era soviética. Cuenta, a grandes rasgos, parte de la vida de Viktor Tsoy (Teo Yoo), líder de la banda de rock Kino, uno de los estandartes de la música popular rusa de los años 80, coincidiendo con el ascenso al poder de Mikhail Gorbachev en 1985. 

En la trama, Victor Tsoy (1962-1990) es un muchacho inquieto de Leningrado que admira particularmente al cantautor Mayk Naumenko (1955-1991), suerte de pionero del rock en su país. Pero Tsoy también admira (y desea) a la atractiva Natasha (Irina Starshenbaum), la joven esposa de Naumenko. Entre los tres hay primero una relación inestable y explosiva, pero de a poco se establece un triángulo amoroso tácito. 
De alguna manera, Naumenko siente que debe dejarle la posta y el lugar de estrella de rock a Victor Tsoy, quien con su banda Kino estremecerá a la juventud de la época, ansiosa de abrir los oídos a algo que se pareciera más a la música del otro lado de la Cortina de Hierro. 

Aunque no en forma recurrente, en Leto hay varias escenas que describen el burocrático y mohoso ambiente de los organismos estatales de la época, transformándose en una postal de una época recientemente revivida por la serie de Chernobyl de HBO.

Filmada en blanco y negro, Leto parecería ser entonces la sublimación de Serebrennikov, que pudo hacer una película sobre un músico (aunque no Tchaikovsky) aún estando bajo arresto. Artista díscolo y liberal, el cineasta ha recibido el apoyo de figuras como la actriz Cate Blanchett, el cineasta Volker Schlöndorff (El tambor de hojalata) y la Premio Nobel de Literatura austríaca Elfriede Jelinek. 

Serebrennikov no es el único intelectual que se ha enfrentado a las autoridades. Aún más dramático es el caso del director de teatro y también cineasta ucraniano Oleg Sentsov (1976), quien enfrenta 20 años de cárcel por cargos de terrorismo: en la práctica Sentsov sólo había protestado por la anexión de Crimea. El artista incluso realizó una huelga de hambre de 145 días que por razones médicas abandonó a principios de año. En solidaridad se han manifestado Pedro Almodóvar, Ken Loach y Mike Leigh, entre otros cineastas. 

https://www.youtube.com/watch?v=AAGasrxe4JU

Más sobre:CineRusoPutinLeto

COMENTARIOS

Para comentar este artículo debes ser suscriptor.

La cobertura más completa de las elecciones 🗳️

Plan digital $990/mes por 5 meses SUSCRÍBETE