Otra vez los secundarios: El día en que Carolina Tohá desalojó las tomas en los colegios de Santiago

Marzo de 2014. La entonces alcaldesa de Santiago, Carolina Tohá, acompañada de la directora de Educación Municipal, María Luisa Rivera, y del rector del Instituto Nacional, Fernando Pérez. FOTO: DAVID VON BLOHN/ AGENCIAUNO

El 13 de junio de 2014 cambió para siempre el trato entre los estudiantes y la entonces alcaldesa de Santiago, que volverá a tener que lidiar con las crecientes movilizaciones y sus protagonistas.


“Y Carolina Tohá desalojó el Instituto Nacional. El diálogo duro sólo mientras fue candidata. El doble estándar progresista. Mi apoyo a estudiantes”.

Con esas palabras, el 13 de junio de 2014 el entonces diputado Gabriel Boric criticaba con dureza a la que en ese momento era alcaldesa de Santiago y que, como sostenedora, tenía a su cargo el destino del tradicional establecimiento educacional.

Hoy, desde el Ministerio del Interior y Seguridad Pública, a Tohá (PPD) le toca nuevamente lidiar con los secundarios, que en la capital han repetido y endurecido las movilizaciones en los últimos días.

El día de ese tweet del Presidente, los principales noticiarios amanecían informándole al país que, con la venia del municipio capitalino, durante la madrugada Fuerzas Especiales habían desalojado el Instituto Nacional (IN), el que se encontraba tomado desde fines de mayo en protesta por la reforma educativa impulsada por el gobierno de Michelle Bachelet. Hubo entonces 19 detenidos, de los cuales 16 eran menores de edad.

La decisión fue expresamente adoptada por el municipio encabezado por Tohá, en momentos en que la derecha presionaba porque se tomaran medidas más contundentes frente a las tomas. La Dirección de Educación (DEM) sostuvo que el desalojo se dió porque los alumnos incumplieron los acuerdos alcanzados para mantener la toma, los cuales incluían una consulta democrática semanal al estudiantado para mantener las movilizaciones. Esta debía producirse el 12 de junio, pero no se hizo.

La medida se adoptó por la decisión unilateral de los alumnos movilizados de postergar la votación semanal que ellos mismos habían acordado y especificado en un protocolo de acuerdo. Durante la semana, desde el municipio se conversó reiteradamente con los estudiantes con el objeto de que respetaran sus propios acuerdos, tal como lo habían hecho durante las tres semanas precedentes”, sostuvo el municipio a través de un comunicado.

En ese momento, además, el entonces rector Fernando Pérez explicaba que “es un protocolo para todos los colegios de la comuna y en todos los establecimientos se ha cumplido, no es especial para el Instituto Nacional y no podíamos hacer excepción en un protocolo que se rubrica con la firma del presidente de los estudiantes”, en alusión al incumplimiento de los acuerdos de los alumnos, lo que, a ojos de las autoridades comunales, invalidaba la toma frente a la comunidad.

“En los últimos días el municipio evaluó distintas opciones para no llegar al desalojo y que se cumplieran los estándares acordados. Una de ellas, fue la posibilidad adelantar las vacaciones de invierno, sin embargo, fue desestimada por impactar negativamente a otros actores, como son los profesores”, sumaba entonces el escrito de Santiago.

Y agregaba: “Al no ser la anterior una posibilidad, la administración comunal solicitó en la mañana de ayer jueves, por escrito y formalmente a los estudiantes la entrega del establecimiento dada la pérdida de vigencia del acuerdo adoptado por los mismos estudiantes que sustentaban la toma. Al no haber respuesta, se tomó la decisión de desalojar”.

Ese día, todo cambió en la relación de Tohá con los estudiantes, quienes incluso dos años más tarde le seguían recordando la decisión de desalojar las tomas. Así, en junio de 2016, un grupo de estudiantes llegó hasta la sede del Congreso en Santiago para funar su cuenta pública como alcaldesa, alcanzando a ser detenidos seis jóvenes –cuatro mujeres y dos hombres- por desórdenes públicos y maltrato de obra a Carabineros.

En ese momento, los manifestantes aseguraban que cuando Tohá era candidata a alcaldesa se mostraba contraria a los desalojos, pero que durante su periodo ordenó la desocupación de ellos, además de criticar las tomas.

Así, por ejemplo, desde la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES) calificaban de “doble estándar” la actuación de la entonces edil santiaguina. “Es muy fácil desviar la atención de las demandas que venimos levantando hace más de ocho años, desviarla hacia situaciones puntuales que la mayoría no tiene explicación. Hay un doble estándar que no sólo es de la alcaldesa, sino que también de su gobierno”, aseguraba la vocera de los secundarios, Lorenza Soto.

Los estudiantes apuntaban a los dos tipos de declaraciones que daba la ahora titular de Interior. En 2012, cuando era recién aspirante a alcaldesa decía que pretender que la crisis de la educación “se va a resolver por la fuerza pública o los desalojos, es porque no se ha entendido o no se quiere resolver el problema”; que bajo la administración del UDI Pablo Zalaquett “se comenzó el día uno desalojando y me parece un error cuando es la autoridad la que no ha cumplido su pega”; que de cara a las elecciones “es importante que las personas en Santiago sepan que tienen una opción que es el actual alcalde que enfrenta los conflictos desde la represión, y tienen otra opción que soy yo”; que el ingreso de Carabineros a los liceos “no es la mejor manera de controlar esta situación. No ayuda, empeora el ambiente”; o que en 2013 “el Ministerio del Interior decidió otra cosa y optó simplemente por el desalojo”, criticando que el gobierno “no haya tomado conciencia del daño gigantesco que está provocando a esta generación de jóvenes. Luego, una vez asumida como alcaldesa, decía que las tomas son “la principal amenaza para la educación pública en Santiago”, o que “hoy tengo claridad de que no hay ninguna forma de bajar una toma que no sea por el desalojo inmediato”.

Los desalojos -le enrostraban los estudiantes- se siguieron sucediendo y no solo ocurrieron en el Instituto Nacional, sino que en los liceos 1, 4 y Aplicación, entre otros, con jornadas con hasta 50 detenidos.

“La posición de Santiago, de nosotros como dirección de Educación, de la alcaldesa de Santiago, y también de los concejales, es decir ´basta a las tomas en Santiago´”, justificaba en 2016 Mónica Espinoza, directora de la DEM de Santiago, justo en momentos en que estaban tomados el Instituto Nacional, Isaura Dinator, Miguel Luis Amunátegui, Isidora Zegers, Bicentenario Teresa Prats, Javiera Carrera, Aplicación, INBA, Manuel Barros Borgoño, Darío Salas y Confederación Suiza.

Con todo, poco más de ocho años después, Tohá se transformaría en pieza clave del “segundo tiempo” del propio Boric, quien ahora como Presidente recurría a ella para asumir como ministra de Interior para enfrentar los nuevos desafíos de su gobierno ante la victoria del Rechazo en el plebiscito constitucional. Y, de paso, para también enfrentar, como una de sus primeras tareas, las crecientes movilizaciones estudiantiles que comenzaron después de las mismas elecciones.

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