Santiago Sierra, el artista español que quiere quemar al Rey

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A woman talks on her mobile phone next to a giant statue depicting Spain's King Felipe VI by artist Santiago Sierra during preparations for the International Contemporary Art Fair (ARCO) in Madrid on February 26, 2019 on the eve of its inauguration. RE...

Conocido por sus obras políticas y provocadoras, Sierra presenta en la feria Arco de Madrid un muñeco gigante del Rey Felipe, avaluado en 200 mil euros, que debe ser incinerado por quien lo compre.


Con o sin ese reconocimiento, el artista ha tenido la atención del público cada vez que irrumpe con sus obras. El año pasado, presentó en Arco su obra Presos políticos en la España contemporánea, una serie de 24 retratos pixelados cuyos pie de foto indican quiénes son y sus historias, entre ellos jóvenes detenidos por agresiones a la guardia civil y activistas del movimiento 15-M. La obra fue descolgada por los organizadores. A pesar de la censura que acusó,, la serie de fotografías fue adquirida por un empresario y hoy se vuelven a exponer en Arco dentro del programa Vip de la feria.

Antes de ese episodio, en 2006, Sierra armó una instalación donde simulaba una cámara de gas en una sinagoga alemana. La obra, criticada por ofender a las víctimas del Holocausto, se titulaba 245 Kubikmeter (245 metros cúbicos), e invitaba a la gente a entrar a un espacio cerrado y utilizar una cámara antigás para protegerse de las emisiones provocadas por los motores de seis automóviles.

Santiago Sierra En Chile

La obra de Santiago Sierra también se ha presentado en Chile. En 2007 el artista instaló dos de sus creaciones en Matucana de 100. Una de ellas se tituló La trampa y sus espectadores fueron personalidades del mundo político y cultural de la época. El artista invitó a Patricio Walker, José Antonio Viera-Gallo, Nelly Richard, Raúl Zurita, José Goñi, Carlos Peña, entre otros, quienes tuvieron que caminar por un largo pasillo de madera que al final llegaba a un teatro con 186 trabajadores peruanos sentados en las butacas y mirando en silencio. Al llegar a ese punto, y frente a la evidente incomodidad, cuando la persona decidía devolverse por el mismo pasillo, en lugar de regresar al punto de partida, el camino cambiaba y los conducía a la calle donde les agradecían su participación.

Otra de sus instalaciones en Matucana 100 fue Los adultos. El artista puso en una sala y en el patio del centro cultural unas pequeñas torres con parlantes que emitían un ruido constante y molesto para quienes pasaban por ahí. Se trataba de sonidos ultrasónicos audibles solo en personas menores de 25 años. Mismo sistema que algunos centros comerciales en el Reino Unido habrían adquirido para mantener alejadas a pandillas adolescentes.

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