Sebastián Depolo (RD): “Falta mucha empatía de quienes critican a la gente que se moviliza en pandemia”

Sebastián Depolo  Presidente de Revolución Democrática

El expresidente de RD afirma que "nadie quiere que la gente esté arriesgando la salud propia y de otros pero lo que pasó ahí es un síntoma de una precariedad en la que viven muchos chilenos", y afirma que el Frente Amplio debe "hacer un giro en cómo hasta ahora hemos hecho la política", construyendo más liderazgos locales.


“En reflexión”. Así califica su estado Sebastián Depolo (RD) exjefe de la campaña presidencial de Beatriz Sánchez, sobre una posible candidatura a la gobernación de Santiago. “La gente del partido aún me lo pide y es algo que tendremos que definir más adelante”, agrega Depolo.

No ha sido fácil encontrar el tono para la oposición y, en particular, para el Frente Amplio en medio de la pandemia por el coronavirus. Si tras el 18 de octubre se movieron con comodidad con las críticas al gobierno y su manejo del orden público, al modelo económico y empujando el proceso constituyente, desde marzo a la fecha tal agenda quedó atrás y hubo que reubicarse.

Esta semana, eso sí, el conglomerado sacó la voz luego de que se realizaran protestas y disturbios en la comuna de El Bosque debido a la vulnerabilidad en que varias comunas enfrentan la cuarentena decretada por la autoridad sanitaria. El propio ministro del Interior, Gonzalo Blumel, acusó al Frente Amplio de “exacerbar las dificultades”.

En esta entrevista, Depolo, expresidente de RD, defiende a quienes se movilizan a pesar de la cuarentena, y hace ver que el Frente Amplio debe apuntar hacia otra política, no solo la parlamentaria, sino que también la de los municipios y los gobiernos locales, que han tenido un rol clave en la gestión de la crisis.

¿Cómo evalúa el rol de los partidos del FA durante la pandemia?

En general, el FA y muchas fuerzas de oposición le han intentado hacer ver al gobierno, la necesidad de un paquete mucho más consistente, sobre todo económico, para las familias en tiempos de pandemia. Eso lo vimos en la discusión parlamentaria, cuando se pidieron aumentar los recursos y lo que tenemos, a mi juicio, es un gobierno que prefirió la soberbia en vez del diálogo. Y cuando se ve atrapado intenta llamar al diálogo o calificar a la oposición de poco dialogante, cuando en los hechos se da cuenta de que la postura de la oposición y del FA de que fuera un aporte más significativo para las familias, estaba en lo correcto. Es verdad que las fuerzas de oposición han sido bastante críticas con las propuestas del gobierno pero con un afán de proteger los ingresos de las familias. Las familias no pueden subsistir con lo que ha dado el gobierno hasta ahora. Hay muchos intelectuales, economistas, de la CEPAL y otras más, que han dicho que se requiere un esfuerzo mayor de los estados en tiempos de pandemia para que la gente se pueda quedar en la casa.

El principal argumento del gobierno, por ejemplo, para no subir el ingreso familiar de emergencia es que los recursos del Estado son limitados y que nadie sabe cómo va a evolucionar la pandemia y que por lo tanto hay que guardar recursos. ¿Cómo se responde a eso?

Todos los Estados tienen que decidir cuánto gastan y cuándo se endeudan. En una situación de crisis hay que echarle mano a la deuda. Y Chile tiene holgura, lo han dicho muchos economistas, para endeudarse más. Y si es que hay otras demandas a futuro, el gobierno tendrá que preguntarse por los ingresos y es una discusión de largo plazo sobre cómo recauda el Estado. Obviamente, con una economía que sabemos que va a bajar, la recaudación normal que tenemos también va a bajar porque es demasiado dependiente de la actividad económica. Entonces, hoy la respuesta es deuda porque hay espacio para hacerlo y a futuro es debatir sobre áreas estratégicas de la economía nacional y cómo aportar más al erario nacional. Dentro de la crisis también hay una oportunidad de pensar un modelo de desarrollo distinto para Chile.

¿Cómo se puede congeniar eso de ser “bastante críticos” con el diálogo?

El gobierno tiene una fantasía del diálogo de que a todo le digan que sí. Y el diálogo supone que unos plantean sus posiciones, otros una distinta y se produce una conversación. Lo que veo hoy es incapacidad de producir esa conversación y de salir de las posiciones con las que se llega. Debo reconocer que el ministro Briones es mucho más dialogante que el exministro Larraín, pero igual le falta al gobierno en cómo llegamos a un punto de acuerdo. Necesitamos abrir un debate que no sea solo cómo forzar al Congreso a aprobar las ideas que al gobierno se le ocurran. Hay un trabajo prelegislativo que debiera ser más intenso para soluciones más de corto plazo y estamos en una emergencia entonces no podemos trabar el proceso decisional porque no hay diálogo previo. Llamo al ministro de Hacienda y al gobierno en general, a aumentar su capacidad de diálogo y ceder en sus posiciones en el contexto de la emergencia.

¿Y hay alguna autocrítica sobre cómo se ha actuado desde el FA? Porque se le acusa al bloque de solo criticar y no proponer...

Sí, nos falta una estrategia comunicacional de despliegue pero también hay que ser honesto: hay una invisibilización de aquellos que estamos en contra de ciertas posturas del gobierno y, en general, del establishment chileno. Nos cuesta más tener espacios para conocer las ideas. Porque si uno ve el esfuerzo que se han hecho desde las diputaciones, desde la bancadas de los partidos del FA, hay informes, hay trabajo en las comisiones, se hacen muchos esfuerzos que a veces no son visibles porque no buscamos la cuña fácil para opinar sobre las propuestas del gobierno. Y son propuestas que han sido insuficientes. Lo ha dicho Andrea Repetto, también José de Gregorio, que son economistas que no digamos que son alineados con el FA ni que tienen una militancia en el socialismo. Son personas que objetivamente están diciendo lo que también hemos señalado: que el esfuerzo del Estado sigue siendo insuficiente para las familias que más lo necesitan.

¿Y a qué atribuye entonces que esas propuestas del FA no generen consenso opositor o mayorías para poder incidir?

Que generen mayorías y sentido común. Muchas de las cosas que nosotros decimos cuando las explicamos a las personas se entienden, pero ahí hago una autocrítica y un llamado a mis compañeros a siempre estar preocupados de cómo le explicamos esto a las personas que hoy no nos conocen o que no creen en nosotros, no solo a quienes ya creen y nos conocen. Ese esfuerzo de construcción el FA debe seguir trabajando y desarrollando, necesitamos un despliegue comunicacional mucho más claro y que hable un lenguaje mucho más sencillo sobre todo para las personas que aún no nos conocen.

¿Y qué más ha faltado?

Hay una debilidad estructural del FA de que hoy solo somos una fuerza parlamentaria. Y hay otros actores en la política local y en la política territorial que han sido súper relevantes en esto. Es importante la labor que han cumplido los alcaldes que también son de partidos de la oposición o independientes, y también el FA necesita pensar hacia adelante un camino de construcción de gobiernos locales que le permita tener una capacidad más ejecutiva en momentos críticos como una pandemia. Necesitamos que el FA empiece a pensar, a trabajar para construir gobiernos locales que den respuestas distintas a las que da el Estado central cuando no es de tu color político.

De aquí en adelante es de la postura que el conglomerado priorice la obtención de municipios por sobre otros cargos...

No sé si es uno u otro. Tenemos que ser capaces de construir tres tipos de política: la parlamentaria, que siempre hay que mejorarla; la gestión local, en eso tenemos alguna experiencia en Arica y Valparaíso y hay que aprender más de ella, hay que ver que está funcionando y que no; y lo tercero es lo social, los movimientos sociales. Se vienen días difíciles para el país y hay que tener una estrategia general del FA y de toda la oposición también, que permita hacer frente a estas dificultades que van a venir. Hay que hacer un giro en cómo hasta ahora hemos hecho la política donde en los hechos se nos ha reducido lo que hacemos a la fuerza parlamentaria que tenemos. Y necesitamos potenciar la red de concejales que tenemos, los consejeros regionales del FA, tenemos otros tipos de representantes que tienen una voz en esto y debiéramos proyectarlo hacia gobiernos locales de cambio tanto a niveles comunal como a nivel regional.

La hegemonía del discurso ha estado en lo parlamentario...

Sí, hasta ahora somos una fuerza parlamentaria y está bien pero no es suficiente. Necesitamos crecer hacia otros aspectos de la vida política pública y de gestión local para que la gente vea la respuesta que nosotros damos no son solo titulares de prensa o buenas ideas que están un paper, sino soluciones concretas que pueden ayudar a la gente.

“El gobierno intentó políticamente tapar el estallido con la gestión de la pandemia”

¿Qué sensación le dejó lo ocurrido a comienzos de semana en El Bosque?

Visibiliza una situación de precariedad que viven las zonas vulnerables de este país y que se graficó en El Bosque pero que pasa en muchas comunas y ciudades. Y es que los ingresos son tan precarios y el estatuto laboral, o sea de qué vive la gente, es tan precario que un mes sin generar actividad económica hace que la gente caiga fuertemente en su calidad de vida.

Hubo personas que criticaron el hecho que las personas se hayan manifestado cuando había cuarentena, ¿es legítimo?

Falta mucha empatía de quienes critican a la gente que se moviliza en pandemia, nadie quiere que la gente esté arriesgando la salud propia y de otros pero lo que pasó ahí es un síntoma de una precariedad en la que viven muchos chilenos producto de un sistema que no tiene seguridad social, que no da certezas. Me hubiera gustado que el Intendente Guevara, en vez de mandar los carros nuevos que compraron para reprimir a la población, hubiera ido en persona a dialogar con los vecinos y ver cómo construir soluciones. Ahí hay un estilo de la derecha que cuando ve gente movilizándose lo que hace es mandar a Carabineros, represión, y no un diálogo.

¿Y cómo se debería haber actuado ahí?

Eso lo único que va a generar es tensionar aún más la situación en la que viven las personas y distanciar aún más a la gente de las posibles soluciones que los Estados, los gobiernos locales y nacionales, pueden dar. El gobierno tiene que pensar que lo que vamos a enfrentar en los próximos meses va a ser una seguidilla de tensiones sociales, políticas y económicas; y para eso se necesita más diálogo no solo con otras fuerzas políticas sino que con la gente.

¿Qué tanto afecta para ese diálogo el hecho de que el ministro Blumel haya dicho que hubo sectores políticos, del mundo del Frente Amplio y del PC “se dedicaron a exacerbar las dificultades”?

A mi lo que me parece incomprensible es que el ministro Blumel y todo el gobierno no haya aprendido nada del 18 de octubre hasta ahora. Ellos intentaron políticamente tapar el estallido con la gestión de la pandemia. Cuando no les resulta su modelo soberbio que no escucha, que no muestra datos, que no dialoga con la comunidad científica, con los gremios, lo que está haciendo es exacerbar este caldo de cultivo que ya teníamos en Chile. Es inverosímil que nos acuse al FA y al PC de casi aleonar a la gente cuando lo que hemos pedido es más protección para que la gente se quede en sus casas. Se equivoca el ministro Blumel y espero que rectifique sus dichos.

¿Cree que las cajas con alimentos es una buena respuesta al problema que están viviendo muchas familias?

Las cajas generan una dificultad logística, un problema de distribución, una serie de dificultades y la sensación que nos queda a muchos es que es una política improvisada porque esos mismos recursos podrían haber sido puestos en el Ingreso Familiar de Emergencia y no hubiésemos tenido lo de El Bosque, lo del hambre, y otras cosas más que estamos discutiendo hoy. Me sorprende la incapacidad del gobierno para prever los efectos que tienen las políticas que ellos mismos empujan.

Aportes en RD: “Nos faltó comunicar de mejor manera lo que hacíamos con esos recursos”

En las últimas dos semanas, RD ha tenido dar explicaciones respecto a los aportes que entregan los parlamentarios al partido. ¿Cuánto ha perjudicado esa discusión?

Hubo mucho oportunismo en esa crítica y en cómo algunas figuras de la derecha se colgaron del cuestionamiento que se nos hizo. En la interna del partido e incluso con los socios del FA hay tranquilidad de que lo que hemos buscado es una autonomía financiera del poder económico para producir una política que no tenga intereses ni que sea manipulada como así lo vimos en los escándalos de financiamiento irregular de la política. Y algo nos faltó, tal vez, fue comunicar de mejor manera lo que hacíamos con esos recursos pero desde el punto de la transparencia y la asignación de recursos y de la independencia política que estamos logrando.

¿Y se logró explicar bien?

Me hubiera gustado no estar en una polémica así, menos en un contexto como este. Podríamos haber salido antes a explicar de mejor manera lo que pasaba pero claramente aquí hay un aprovechamiento político del momento. Vamos a revisar nuestros procesos internos, el Servel nos va a pedir una serie de información que ya hemos entregado. Tenemos los balances al día, en la interna estamos tranquilos y es probable que en el futuro veamos algún efecto y lo estamos monitoreando para que sea el mínimo posible y la gente entienda lo que buscamos: independencia del poder económico.

La denuncia viene de un ex militante de RD, el diputado Renato Garín. ¿Qué sensación y aprendizaje le deja eso?

Vamos a tener que ser mucho más consistentes en que la gente que participa del partido, la que sale electa del partido, tenga una sintonía mayor con el proyecto colectivo que estamos armando. En esto, no culpo a Renato, todos los partidos tienen que estar abiertos al escrutinio de la ciudadanía. Lo que más me llamó la atención fue la utilización de los dichos de Renato por parte de personas que han estado vinculados al financiamiento irregular de la política por años.

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