Subsecretario Rodrigo Yáñez: “Tenemos asegurada la disponibilidad de una cuarta dosis de refuerzo, si fuese necesaria”

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Rodrigo Yáñez permanece en el Gobierno desde su instalación, aunque antes de asumir la subsecretaría, se desempeñó como director general de Relaciones Económicas Internacionales (Direcon).

El principal negociador con los laboratorios productores de vacunas contra el Covid-19 adelanta que la próxima administración tendrá una provisión de dosis suficiente y que solo deberá enfocarse en las negociaciones de 2023. Según lo proyectado, es probable que la vacunación contra el coronavirus sea anual, con sucesivos refuerzos. Asimismo, señala que las conversaciones con los laboratorios incluyen las nuevas versiones que se puedan formular ante nuevas variantes de preocupación, como Delta.


Al momento de esta entrevista, el subsecretario de Relaciones Económicas, Rodrigo Yáñez, guardaba cuarentena en su regreso de México, tras asistir a la VI Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac). Cumplido el período de aislamiento, por estos días está de visita en Emiratos Árabes, donde encabeza las tratativas para un acuerdo comercial económico.

Y aunque los viajes están aparejados al cargo, durante 2020 las gestiones de Yáñez debieron ser telemáticas, en un rol estratégico y clave, a cargo de las negociaciones comerciales con los laboratorios productores de vacunas que ya han dado claros frutos: a la fecha, Chile ha podido disponer de 37,5 millones de dosis de vacunas de Sinovac, Pfizer, AstraZeneca y Cansino.

La historia es más o menos conocida: el Presidente Sebastián Piñera encomendó personalmente al subsecretario de Relaciones Económicas esta misión en mayo del año pasado. Y ante un escenario que se avizoraba complejo -ya tenían la experiencia de la compra de ventiladores mecánicos- la instrucción fue “no poner los huevos en una sola canasta”, es decir, no apostar todas las opciones a un solo laboratorio y consignar la mayor cantidad de contratos posibles con distintas farmaceúticas.

Así, a 161 días de que finalice la actual administración, una de las prioridades de Yáñez es dejar zanjado el aprovisionamiento de las dosis proyectado para 2022, pues explica que a nivel global, “las decisiones de compra de vacunas del 2022 se están tomando ahora”. De hecho, en los recursos disponibles para la emergencia sanitaria en la partida de Salud del presupuesto 2022, hay US$437 millones destinados solo al programa especial de inmunización.

¿Cómo avanzan las negociaciones? El subsecretario señala que el aprovisionamiento por parte de principales laboratorios que envían dosis a Chile está listo, tal como confirmó el mandatario hace una semana en cadena nacional. Y en ese contexto, profundiza a La Tercera estas gestiones.

¿Cuál es el escenario con respecto a la provisión de vacunas para lo que queda de 2021?

Nosotros ya tenemos las necesidades cubiertas en cuanto a la cantidad de dosis adquiridas para vacunar al 100% de la población objetivo. Y en paralelo, hemos ido ampliando los contratos para ir cubriendo los nuevos grupos objetivos -niños, terceras dosis- que se han sumado. El pilar del programa de vacunación son las tres vacunas que mayoritariamente estamos utilizando ahora: Sinovac, Pfizer y AstraZeneca.

¿Tenemos en carpeta nuevos contratos con más laboratorios?

Con Sputnik, Moderna y también con CanSino tenemos una relación comercial “abierta”. Eso significa que sí nos interesa tener esa puerta abierta como una posibilidad de abastecimiento para que la próxima administración también los pueda considerar. Pero en lo inmediato no está previsto que lleguen nuevos cargamentos de estas vacunas, porque ya hemos ampliado los contratos con los laboratorios principales. Con AstraZeneca no, pero sí con Pfizer y con Sinovac para efectos de asegurar la vacunación del 2022 y lo que queda de este año. El aprovisionamiento de las vacunas, desde octubre en adelante va a ser bastante más holgado de lo que teníamos antes y ahora el riesgo de tener algún quiebre de stock o algún impacto en el programa de vacunación va a ser bastante menor.

Según esas negociaciones, ¿seguiríamos utilizando principalmente Sinovac y Pfizer en 2022?

Ese es el esquema en normalidad, incorporando a AstraZeneca como refuerzo (para mayores de 55 años). Estos laboratorios son los dos actores centrales del Plan de Vacunación Covid-19 y ya tenemos asegurado un flujo que considera la disponibilidad una cuarta dosis de refuerzo si fuese necesaria. La continuación de ese esquema ya va a ser definición de las autoridades sanitarias que entren en marzo. Lo importante es que van a poder tener el tiempo para poder tomar esas decisiones, que es lo que nos preocupa como administración actual y que no se genere un contratiempo en el programa que pueda impactar a la población.

¿Se ve cada vez más evidente que la vacunación -al igual que la Influenza- deba ser anual?

Probablemente no de dos dosis, sino que (una vacuna) de refuerzo, aunque ese es un escenario que todavía nadie tiene muy claro. Pero en la proyección que estamos teniendo del 2022 sí está considerada la cobertura de los grupos que necesitarían un reforzamiento de esas vacunas durante el segundo semestre del próximo año. La idea nuestra es asegurar la continuidad del programa de vacunación y existe una institucionalidad desde el punto de vista de la Cancillería, Presidencia y del Ministerio de Salud, para que con el próximo gobierno este sea un tema prioritario que dejemos muy bien coordinado. Si algo hemos conversado con todos los laboratorios es la continuidad de estos contratos para que exista la ventana de tiempo necesaria para que la próxima administración pueda tomar las decisiones más allá del 2022.

¿Se considera también un refuerzo para los vacunados con Pfizer?

Entiendo que desde el laboratorio han mencionado boosters para trabajadores de la salud y personas más expuestas. La idea nuestra, del Presidente Piñera y del gobierno, es asegurar una dosis de reforzamiento para toda la población, priorizando a los grupos más vulnerables, partiendo de menor a mayor edad y a quienes recibieron la vacuna de Sinovac. Para el próximo año pensamos que el esquema va a ser principalmente el de refuerzo de toda la población objetivo adulta (15,2 millones), de dos dosis si es que existe aprobación para los grupos menores (de seis años) y los rezagados que queden.

¿Estos refuerzos serán nuevas formulaciones específicas contra nuevas variantes, como Delta por ejemplo?

La garantía que tenemos en las negociaciones con los laboratorios para el próximo año es de tener y contar con nuevas versiones de la vacuna. Hasta ahora, Pfizer señala que no ha sido necesario modificar su formulación frente a la variante Delta. Se ha comportado con buen nivel de eficacia, más allá de que haya tenido cierto impacto en el contagio, pero si es necesario cambiar la vacuna en uso para ajustarse a una nueva variante -tanto en el caso de Sinovac como en el caso de Pfizer- es algo que también hemos asegurado, las nuevas versiones que estos fabricantes puedan tener.

Hace algunos días trascendió que Reino Unido no consideraría como “vacunados” a quienes provengan de continentes como África o América Latina, independiente de la vacuna que tengan. ¿Qué gestiones se están realizando?

Es algo que estamos analizando junto con el Ministerio de Salud y la Cancillería porque los intercambios que hemos tenido, sobre todo durante la última visita presidencial y entre las autoridades sanitarias, es de mucho acercamiento y felicitación de cómo ha funcionado el sistema sanitario en Chile. Creemos que eso no es consistente con la realidad epidemiológica actual del país y también el nivel de información al que tiene acceso Reino Unido respecto de cómo ha funcionado el esquema de vacunación. Eso nos llama la atención, y efectivamente, con el canciller Andrés Allamand y la subsecretaria Carolina Valdivia estamos reforzando intercambio de información con ellos.

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