Bettina Horst, comisionada indep.-UDI: “El anteproyecto, con luces y sombras, establece las bases para no afectar la capacidad de desarrollo del país”

La experta Bettina Horst.

La economista si bien señala que el texto tiene algunos “retrocesos”, por ejemplo, no haber logrado consagrar la libertad de elección en salud, dice que “es un buen trabajo”. Eso sí, afirma que espera que sea una materia que reincorpore el Consejo.


Con un metro y 82 centímetros de estatura es casi imposible que pase desapercibida cuando ingresa a la sede del Congreso en Santiago. Tampoco han pasado inadvertidas sus opiniones durante su trabajo en la Comisión Experta. Bettina Horst (indep-UDI) fue una de las que plantearon, generando un debate, el riesgo de quedar con un anteproyecto constitucional en blanco si es que no llegaban a un acuerdo.

Eso quedó atrás y los comisionados ya están en la etapa final, con las votaciones en el pleno.

Aunque reconoce que hay cosas que el futuro Consejo debería mejorar, Horst destaca el trabajo logrado.

¿Está conforme con el texto?

Ha sido un buen trabajo. Es un buen anteproyecto si se le mira en forma integral. Sin duda que hay artículos que a uno le convencen más que otros, pero al final del día, como todas las constituciones y las leyes, hay que ver el conjunto, porque siempre va a haber aspectos que uno va a sentir que son mejorables.

¿Cómo calificaría el anteproyecto? En el oficialismo dicen que es una “Constitución habilitante”.

Lo que pasa es que esa frase de Constitución habilitante ha sido tan manoseada, porque eso se habla respecto de aquellas cosas como libertad de elección en salud. Pero para mí no se puede entender habilitante cuando hay un retroceso en protección de libertades. Desde ese punto de vista, no estoy de acuerdo. Pero si hablamos de una Constitución habilitante que no sea un programa de gobierno, sin duda que ahí sí estoy de acuerdo.

¿Y cómo la calificaría?

Es una Constitución que mantiene la protección de determinadas libertades, que me parece bueno, es una Constitución que no debiera generar incertidumbre. El anteproyecto, más allá de algunas luces y sombras, establece las bases para no afectar la capacidad de desarrollo y progreso del país.

¿Qué tan frustrante es que no quede consagrada la libertad de elección en salud? Fue uno de los debates más duros en la Comisión.

Es un retroceso en términos de garantizar ciertas libertades a las personas a nivel constitucional. Respecto de otros temas, por ejemplo, el sistema político actual, donde hay bastante consenso en que ha sido una de las piedras en el zapato en la relación entre el Congreso y el Ejecutivo, siento que se abordó, pero que no se profundizó como uno hubiese querido, pero también porque hay miradas distintas. Y bueno, hay cosas que van a quedar a la ley, y otras que probablemente el Consejo va a revisar.

¿Hubo intransigencia en los expertos? Teniendo en cuenta que ahora las fuerzas políticas están neteadas y después en el Consejo habrá supremacía de la derecha.

No, porque al final uno ponía la balanza en lo que era más prioritario y no sólo para un sector, sino también para distintas personas que estaban dentro de la Comisión Experta. Pero yo no diría que intransigencia, porque cuando tienes que hacer tres quintos hay que tratar de ir construyendo mayorías.

Bettina Horst experta.

¿Espera que el Consejo mantenga el trabajo del anteproyecto?

Uno sabía que esto era un anteproyecto, que independiente del resultado de las elecciones del 7 de mayo, había una segunda etapa, que era este Consejo electo. No hay que amarrarles las manos a los consejeros. Nuestro rol ahora es traspasar este texto y explicar. Ahora, es importante resaltar que independiente de que haya mayorías relativas dentro de este Consejo, ninguna lista por sí sola tiene tres quintos, entonces sí o sí tiene que haber diálogo.

La oposición tiene hegemonía…

Pero como oposición, no como una lista. Y hay diversidad dentro de la oposición.

Pero hay sensibilidades comunes. Teniendo eso en cuenta, ¿espera que la derecha no “pase máquina”?

Sería un error, porque una Constitución no es un programa de gobierno. Pero no se puede entender, cuando uno dice no pasar máquina, que eso implique que el Consejo no haga nada.

¿Espera que la oposición en el Consejo reincorpore materias que defendieron? Por ejemplo, en salud.

Espero que se abra nuevamente la discusión de las cotizaciones en materia de salud y que estén acompañadas de la libertad de elección, tal como lo estuvo en la propuesta constitucional de la Presidenta Bachelet.

¿Insistir en estas materias no podría incentivar que algunos abandonen el proceso anticipadamente? Ya hay voces en la izquierda que llaman a rechazar.

Es legítimo que cada uno tome la posición que quiera, pero cuando uno es parte de un proceso, me parece que cuando se tenga el texto definitivo que se va a plebiscitar, hay que fijar las posiciones.

Uno de los debates que se dieron fue respecto del Estado social de derecho. Usted planteó que es “a la chilena”. ¿A qué se refería con eso?

Made in Chile, pero en el buen sentido. Porque cuando tú ves en el mundo, hoy día hay sobre 40 países que tienen estados sociales en su Constitución, de los cuales 18, por ejemplo, son regímenes autoritarios. Entonces, el hecho de ser un Estado social no significa que está garantizada ni la democracia ni que realmente en términos sociales la población esté mejor. ¿Por qué digo a la chilena? Porque esto reconoce la política social que hemos venido instalando en el país no solo en las últimas décadas, sino que también en el último siglo. Cuando parten muchas de las políticas sociales, parten con un fuerte impulso del sector privado. Y a eso me refiero a un Estado social a la chilena.

Pese a eso, hay republicanos que transmiten que les gustaría modificar el cómo lo dejaron redactado. ¿Usted quedó conforme?

Yo quedo conforme, pero en distintos aspectos hay que explicitar más el Estado social con apellido “a la chilena”, que es a través de instituciones públicas y privadas.

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