Las trabas de los migrantes para acceder a la vacuna contra el Covid-19

Foto: Agenciauno / Archivo

Por no contar con una identificación al momento de solicitar la inyección o debido al temor a que el registro de sus datos decante en una deportación, las personas indocumentadas no estarían accediendo al plan de vacunación, según declaran distintas organizaciones de apoyo a extranjeros. Frente a esta situación, algunas comunas han flexibilizado las condiciones, mientras otras mantienen la documentación como requisito.


A punto de cumplir tres meses, la campaña de inmunización contra el Covid-19 ha avanzado velozmente en los distintos segmentos y reporta más de 6,5 millones de personas inoculadas con el esquema completo de dos dosis.

Pero entre los migrantes, un grupo al que apuntan diversos expertos -por la mayor vulnerabilidad y precariedad que pueden enfrentar- el acceso a la vacuna ha encontrado trabas.

Incluso, en el propio gobierno, la inclusión de este grupo quedó en entredicho. En febrero, cuando partió la campaña, el canciller Andrés Allamand anunció que los migrantes irregulares que no hubiesen iniciado trámites para obtener sus visas no serían vacunados, lo que luego fue descartado por el ministro de Salud, Enrique Paris, quien aclaró que el plan abarcará “a todos los que habitan en Chile, sean chilenos o extranjeros”.

Según declaran distintos organismos que trabajan con migrantes, lo que está ocurriendo es que al momento de llegar a los vacunatorios se le pide a estas personas algún tipo de identificación, ya sea su cédula de identidad -vigente o vencida-, el carnet de su país de origen o el rut provisorio que entrega Fonasa. “Al principio, para que los migrantes se pudieran vacunar se dijo que debían tener sus visas al día. Eso estuvo mal, porque debido a la pandemia la regularización de papeles se atrasó mucho. Entonces, lo que se hizo fue que se afiliaran a Fonasa y consiguieran un rut provisorio”, dice Valentina Peña, voluntaria en el área de salud de la Fundación FRÈ, que apoya la inserción social de migrantes, en especial de la comunidad haitiana.

Pero Peña explica que en los Centros de Salud “les están pidiendo, además, los trámites de la PDI de cuando realizaron su autodenuncia. Pero muchos no lo tienen, porque ingresaron por paso no habilitado, entonces quedan fuera de la vacunación”.

Paola Vélez, vocera de la organización Colombianos en Chile, añade que “si no tienes el carnet, así sea que esté vencido hace un año, en la mayoría de los consultorios no te atienden. Si no has iniciado un trámite de visa o estás irregular porque entraste por paso no habilitado o estás escondido, no te vacunarán, porque no existe para Chile esa persona”, dice.

Desde la Asociación Venezolana en Chile, explican que el proceso de vacunación se ha realizado de manera positiva e inclusiva entre los venezolanos regularizados, pero que “desafortunadamente hemos tenido casos puntuales que no se les ha dado acceso a la vacuna porque, o tenían su cédula de identidad vencida o porque no tenían el recibo que entrega la PDI cuando se realiza la autodenuncia”, aclara la vocera Patricia Rojas.

La vacunación a estos grupos cobra fuerza, especialmente, tras las cifras que develó esta semana el Servicio Jesuita a Migrantes, y que demuestran que el año pasado los ingresos de extranjeros por pasos no habilitados se duplicaron. Así, mientras en 2019 se registraron 8.048 casos, la cifra creció a 16.848 en 2020. “En pandemia no es que las personas hayan dejado de migrar, sino que la forma de hacerlo cambió a una más vulnerable: cruzando el desierto, caminando, una forma mucho más riesgosa para las personas”, alertó la directora de la entidad, Waleska Ureta.

Vélez añade que el proceso de inscribir a las personas al momento de inocularlas hace temer a aquellos que no han regularizado su situación: “Si los indocumentados ven que van a escribir sus nombres en cualquier registro o número, se asustan”, comenta. Y añade que también hay colombianos que tienen reparos ante la vacuna e incluso “creen que por ser extranjero a lo mejor le colocan un chip y los rastrean. Yo me encargo de transmitir los temas de salud y de migración y de responder las preguntas por las redes sociales”.

A su vez, Peña apunta que “el sistema de salud no tiene las facultades para pedir papeles de la PDI, por el Decreto 67”, aludiendo una regulación emitida por el Ministerio de Salud en 2016, que obliga al Estado a “dar respuesta a las necesidades de prestaciones de salud que presentan las personas migrantes sin permiso oficial de residencia en el país”. En este caso, la vacuna contra el coronavirus.

Para Claudio Castillo, académico del Magister de Salud Pública de la Usach, es relevante llegar con la vacuna a estos grupos. “Se deben generar operativos que acerquen la vacunación a espacios protegidos o en los que se sientan seguros, como iglesias, centros comunitarios o de acogida. En Estados Unidos los migrantes son un grupo con baja cobertura por temor a ser deportados y acá con las deportaciones que hemos visto puede estar ocurriendo algo similar. Es necesario inmunizarlos, pues tienen peor estado de salud, muchos no tienen seguro ni redes de apoyo, y no consultan ante síntomas leves, entonces llegan solo cuando están realmente graves”.

Acciones municipales

Existen varias comunas que cuentan con un Sello Migrante, otorgado por el Departamento de Extranjería y Migración a los municipios que promueven la inclusión. Por lo general son aquellas que tienen una alta cantidad de población extranjera, como Quilicura (25.556 personas), Maipú (21.942), Estación Central (57.000), Santiago (300.000), Independencia (55.816), Puente Alto (24.000) o Antofagasta (60. 232), entre otras.

Consultados por La Tercera, la interpretación que hacen estas comunas frente a la inmunización de estos grupos, es dispar. La mayoría aseguraron que la nacionalidad no se consulta al momento de inocular y, por tanto, no tenían un registro del porcentaje de migrantes vacunados, ya sea documentados o indocumentados.

Pero Puente Alto sí las maneja y detallan que en la comuna hay 1.018 migrantes que recibieron la primera dosis y 632 la segunda, “independiente de si se encuentran indocumentados o en trámite de legalización”, explica la directora Corporación de Salud de Puente Alto, Daniela Torres.

En Antofagasta, en cambio, explican que son inoculados solo aquellos extranjeros que tienen permanencia definitiva en el país, una visa de residente, de estudiante, sujeta a contrato, o quienes ya comenzaron el trámite para la solicitud de una visa temporal o definitiva.

Mientras, en Independencia establecen que cualquier persona puede recibir la vacuna, incluso los indocumentados, si presentan algún tipo de identificación como el carnet de su país de origen o el papel que la PDI entrega a quienes hacen su trámite de autodenuncia al ingresar por paso no habilitado.

En Quilicura, para vacunar a migrantes requieren de algún tipo de identificación. Por lo tanto, quienes no cuentan con rut, a través de la Oficina Municipal de Migrantes y del Departamento de Salud son asesorados para que puedan conseguir uno provisorio para acceder al programa.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.