Prácticas en realidad virtual, videollamadas y 3D: Las innovaciones que obligó la pandemia

Institutos profesionales y centros de formación técnicos han debido reinventarse a causa del coronavirus. Y lo que antes enseñaban de forma presencial tuvo que adaptarse a lo teletemático, dando pie a un despliegue tecnológico para desarrollar y evaluar las habilidades de los estudiantes.


Un efecto impensado del coronavirus, que obligó un inédito despliegue de creatividad. Así podría resumirse lo que han enfrentado institutos profesionales y centros de formación técnicos a causa de la pandemia. Sus enseñanzas, mayoritariamente prácticas, se vieron entrampadas de un día a otro, instando soluciones que han resultado tan llamativas como innovadoras.

La llegada de la pandemia nos mostró nuevos desafíos”, señala Claudio Duce, director general de Admisión del Duoc UC, quien agrega que la educación técnica “fue estremecida por el formato de educación remota, que hemos debido saber sobrellevar y mejorar a diario”.

Justamente, esa institución es una de las que ha debido reinventarse. Y para eso, su Escuela de Salud habilitó un Hospital Virtual, que comprende una metodología de aprendizaje a través de una simulación digital que brinda a los estudiantes la posibilidad de entrenarse en escenarios que simulan una práctica clínica real.

Gracias a esta avanzada tecnología se recrea una experiencia dinámica, interactiva y efectiva entre el estudiante y el campo clínico, permitiéndole observar en distintas direcciones, palpar o modificar su entorno”, explica Duce, quien añade que en la actualidad los estudiantes -de Informática Biomédica, Técnico de Laboratorio o Técnico en Enfermería, entre otros- pueden acceder a procedimientos de pediatría y urgencias, “lo que ha permitido que puedan avanzar en su malla académica y salir al mundo laboral”.

De esta forma, afirma, los estudiantes pueden seguir avanzando con sus ramos. No es todo. También implementaron teleprácticas e intercambios estudiantiles virtuales, y hoy tienen alumnos cursando en la universidad colombiana de La Sabana.

Y ellos no son los únicos. El Inacap instauró su Emulador Online de Equipamiento a diversos programas de estudios a fin de llevar a ambientes online procesos formativos que antes eran presenciales. La herramienta permite a los estudiantes y docentes de las áreas de Electricidad, Electrónica y Telecomunicaciones, experimentar en un ambiente virtual con equipamiento emulado de alta complejidad (como routers, switches, servidores, computadores o equipos wifi) y con las condiciones reales del mundo laboral. El subdirector de Tecnologías Educativas de Inacap, Mauricio Mora, explica que hace un tiempo venían trabajando en mejorar la experiencia de los estudiantes, pero que “la pandemia aceleró los procesos”.

También, el Instituto Profesional Los Leones se ha volcado a la digitalización de sus actividades. Manuel Bórquez, vicerrector académico, expone que han ido implementando cápsulas prácticas grabadas por docentes, las cuales han sido orientadoras en carreras del rubro de la minería y construcción. Por ejemplo, los profesores se graban en obras de edificación mostrando procesos como moldajes o instalación de pisos flotantes. En tanto, en carreras del área de la salud, han trabajado con un software 3D que facilita la comprensión de contenidos. “Se van realizando demostraciones en todos los planos, además de la función de los principales músculos y articulaciones”, detalla el vicerrector.

El Instituto Profesional Agrario Adolfo Mattei también se adaptó: ¿Cómo lo hacen los alumnos para demostrar que pueden conducir un tractor? Con filmaciones manejándolo. ¿Dónde consiguen el vehículo? Exalumnos los prestan. Y otro ejemplo audiovisual: estudiantes de zonas alejadas envían grabaciones de siembra y fertilización al voleo en la plaza de sus ciudades, como Futaleufú. Además, para los estudios de Producción Hortícola Urbana, se les hace llegar una caja con semillas, sustrato y fertilizantes y ellos deben reportar semanalmente el estado de las plantas hasta su cosecha. “Esta realidad nos obligó a ser creativos a la hora de impartir conocimientos y de calificar lo aprendido”, dice la rectora Andrea Mora.

Incluso establecimientos de índole social, como lo es el Infocap, tuvieron que reinventarse. La institución venía realizando cursos presenciales desde 1984 y de un día para otro todo cambió. Por eso se tuvieron que volcar a lo digital para seguir entregando los contenidos. En ese sentido, cuentan que el año pasado implementaron su propia academia digital, en la que realizaron tres cursos para 1.587 personas en situación de vulnerabilidad social.

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