Sobrecargadas y sin redes de apoyo: 8 de cada 10 cuidadores de personas con discapacidad son mujeres
Las cifras entregadas por la Primera Consulta Ciudadana de Personas con Discapacidad y sus Cuidadores, realizada en conjunto por el Observatorio para la Inclusión de la Universidad Andrés Bello y la Municipalidad de Lo Barnechea, son una muestra de la larga lista de tareas pendientes que hay en torno a este grupo: desde más apoyo a quienes ejercen tareas de cuidado hasta una mayor inclusión laboral de quienes tienen algún grado de discapacidad.
Distintas investigaciones y encuestas lo han evidenciado a lo largo del tiempo en Chile: cuando hay un miembro de la familia que sufre alguna discapacidad, son las mujeres quienes asumen su cuidado, muchas veces dejando de lado sus trabajos e incluso descuidando sus propias necesidades.
Sin embargo, una reciente consulta ciudadana realizada por el Observatorio para la Inclusión de la Universidad Andrés Bello y la Municipalidad de Lo Barnechea, que analizó entre enero y mayo de este año la realidad de 1.200 personas de esa comuna que tienen discapacidad y sus cuidadores, ha entregado nuevas y reveladoras cifras: un 84% de quienes cuidan son mujeres y en su mayoría, familiares directos. Además, 8 de cada 10 no ha recibido ningún tipo de capacitación formal para ejercer cuidados especializados y sus redes de apoyo son inestables.
Pero lo más doloroso, quizá, es este número: el 58% de quienes se dedican a cuidar son personas que están altamente sobrecargadas, y cuatro de cada diez reconocen que no han podido tener un período de descanso en al menos cinco años.
¿Cómo abordar una realidad que, a pesar de los números, se mantiene aún casi invisible y afecta no sólo a las familias de personas con discapacidad, sino también a quienes tienen personas mayores en sus casas? Una realidad que, por cierto, golpea de forma importante al país, ya que más de 3.200.000 de personas sufren algún tipo de discapacidad en Chile; es decir, el 17% de la población mayor de 2 años.

En búsqueda de una respuesta, la UNAB y la Municipalidad de Lo Barnechea –la primera en el país en realizar una encuesta de estas características– hicieron una especie de radiografía local con el fin de diseñar políticas públicas más inclusivas y adaptadas a la realidad de los vecinos, vecinas y quienes trabajan en la comuna.
El instrumento para realizar esa medición se construyó a partir de los lineamientos de la Clasificación Internacional del Funcionamiento, la Discapacidad y la Salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que permite establecer un mapa de todas las aristas que influyen en la vivencia tanto de la discapacidad como de sus requerimientos de cuidado.
“Esta encuesta, pionera a nivel nacional, permitirá al municipio tomar decisiones pertinentes y oportunas que respondan a las necesidades de sus vecinos con discapacidad”, dijo durante la presentación del estudio Alejandra Ríos, directora del Observatorio para la Inclusión de la UNAB, mientras que Felipe Alessandri, alcalde de Lo Barnechea, agregó que estos resultados confirman lo que los profesionales municipales ya habían visto en terreno: “Muchas familias están sobreexigidas, sin redes ni apoyos, y las personas con discapacidad enfrentan barreras invisibles en su día a día”.
Integración laboral: una necesidad urgente
Otros importantes resultados arrojados por la encuesta muestran que las principales discapacidades que viven quienes residen o trabajan en Lo Barnechea tienen que ver con movilidad, salud mental y discapacidad intelectual.
Un 54% de quienes tienen alguna discapacidad la define como “moderada”, y un 44% reconoce que no ha tramitado su credencial del Registro Nacional de la Discapacidad, que permite recibir una serie de beneficios y agilización en las atenciones.
A nivel laboral, en tanto, 6 de cada 10 personas con discapacidad no tienen trabajo: una cifra elevada si se piensa que un 30% de este grupo tiene una carrera de educación superior, mientras que aquellos que tienen discapacidad más severa reciben los ingresos más bajos: menos de 250 mil pesos mensuales.

Por último, un dato que pone en alerta a la municipalidad es que casi 8 de cada 10 encuestados declaró conocer muy poco o nada acerca de los servicios municipales disponibles para vecinos con discapacidad y sus cuidadores, lo que da cuenta de la necesidad urgente de mejorar los canales de difusión y comunicación de estas iniciativas.
“Contar con datos locales confiables nos permitirá dejar de especular y empezar a actuar con evidencia. Nuestra meta es diseñar una política comunal de inclusión que reconozca y apoye estas realidades de manera concreta”, dijo el alcalde Alessandri.
Por su parte, Alejandra Ríos, del Observatorio para la Inclusión UNAB, destacó que “saber, por ejemplo, que la discapacidad física o de movilidad es la de mayor prevalencia a nivel local, o que tanto las personas con discapacidad como sus cuidadores se concentran mayoritariamente en el sector Pueblo de Lo Barnechea y Cerro 18, orientará a las autoridades en el diseño de políticas y apoyos focalizados que mejoren la calidad de vida de los vecinos con discapacidad de Lo Barnechea”.
Raúl Figueroa, director del Instituto de Políticas Públicas de la Universidad Andrés Bello -organismo del que depende el Observatorio para la Inclusión-, relevó la importancia del trabajo en conjunto con la municipalidad: un modelo que debiera ser replicado en otros lugares del país.
“Hay que entender que la gestión local no es solo intuición, sino que es atreverse a escuchar a la comunidad y, sobre la base de la necesidad que la propia comunidad manifiesta, diseñar políticas basadas en evidencia, y por esa vía, priorizar también el uso de recursos que sabemos que son escasos. Gracias a esta información, las autoridades van a poder tomar mucho mejores decisiones para llegar más rápido y de manera más precisa a quienes realmente lo requieren”, aseguró.
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