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Desembarque en Ñuñoa

Grecia, Pedro de Valdivia, Crescente Errázuriz y Pedro Aguirre Cerda. En ese cuadrante de Ñuñoa se concentra una gran cantidad de "casas barco" o modernas. Y aunque hoy no tienen el mismo valor que a principios de los años 40, muchas se conservan en excelente condiciones. Hicimos un recorrido por un barrio escondido del tiempo y de los cambios urbanos.

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Quizás es porque la municipalidad mantuvo una altura baja en esa zona y detuvo el crecimiento o tal vez porque se liberó el uso del suelo en ese sector, permitiéndole aplicaciones alternativas. Lo cierto es que pudimos comprobar que en los alrededores de la avenida Campo de Deportes, en la comuna de Ñuñoa, se mantienen intactas varias de las casas modernas construidas en la primera mitad del siglo XX.

Según Carlos Frías, director de Obras Municipales de Ñuñoa, "nunca quisimos densificar ese sector con edificios porque nos parece que es una zona con una sensibilidad y expresión urbana diferente. La baja altura es una manera de proteger esas casas ya que si se hubiese liberado, sin duda ya no existiría ninguna".

A comienzos de la década del 30, esa zona correspondía a los Campos de Sports. El año 1938, el presidente Arturo Alessandri inauguró el Estadio Nacional y se lotearon los terrenos que estaban a su alrededor. Ahí comenzaron a construir "casas barco", las cuales eran muy propias de la época. Y aunque no fue la intención convertirlo en un barrio moderno, muchos siguieron la tendencia de Le Corbusier y construyeron sus casas con un referente maquinista, inspirándose principalmente en los buques.

Sin embargo, con el loteo no se especificó el tipo de casas que se debía construir. "Pero las casas son igual que la moda y estas construcciones obedecen a un desarrollo arquitectónico de esa época", agrega Frías.

Asimismo, el arquitecto Andrés Téllez, secretario académico de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Diego Portales, profesor del magíster en Arquitectura en la Universidad Católica y miembro de Docomomo Chile, señala que "no existía una imposición reglamentaria con respecto al estilo de las construcciones, sólo la idea de calles anchas y arboladas y casas rodeadas de jardines y parrones. Esa era la manera de asimilar ciertos aspectos de la cultura chilena que todavía no terminaba de ser agraria pero comenzaba a ser más urbana".

Navegando hacia la modernidad

La razón de ser de las casas en este sector se debe a tres importantes fenómenos: el nacimiento de una nueva clase social, el surgimiento de los nuevos barrios y la expansión de la ciudad especialmente hacia el sector oriente. "El cuadrante donde se encuentran las casas barco era el lugar que se había determinado para hacer crecer las nuevas comunas en la periferia de Santiago. Aparentemente, era el modelo más apropiado para construir un hábitat nuevo", explica Téllez.

Asegura que estas casas son características de lo nuevo que venía en esa época y destaca que los propietarios de ellas eran principalmente imigrantes de origen palestino, sirio e italiano que buscaban rearmar su tejido social. "Eran pequeños y medianos empresarios que encontraron en la arquitectura moderna un lugar donde ubicarse. Fueron ellos los que de alguna manera impusieron su propio gusto", dice el académico.

Además, añade que "muchos optaron por lo moderno porque sencillamente era más práctico: había menos detalles decorativos que aplicar, por lo tanto era más económico, su construcción era más rápida y ofrecían un estilo de vida más ágil y dinámico. Todo esto por las fachadas en curva con los vidrios en banda que permiten ver panorámicamente el paisaje".

Georgina Huerta, vecina de Ñuñoa, dueña de una casa moderna del sector, asegura que para ella y su familia, una casa con estas características es una bendición. "Es de piezas amplias y espaciosas, no como las casas de ahora que son chicas y estrechas".

Lamentablemente, estas casas no son muy valoradas en la actualidad ya que, según Téllez, la sociedad chilena es relativamente conservadora. "En un principio, se suponía que construirse una casa moderna correspondía a cierto status y así lo veían algunos sectores de inmigrantes, pero la verdad es que fueron fuertemente rechazados porque se suponía que eso no era buen gusto y sus dueños eran calificados como 'nuevos ricos".

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