Editorial

Hace un par de semanas mostramos miniproyectos prefabricados internacionales, fue el primer capítulo de un tema que desarrollamos más en esta edición, las construcciones prefabricadas, pero hoy en versión nacional. Si hay algo que Chile tiene para ofrecer al mundo son arquitectos de primer nivel y materias primas de calidad; el torpemente menospreciado pino, que se va casi todo para afuera, como madera sin mayor valor agregado, debería ser uno de nuestros principales materiales de construcción. Si eso se complementa con buenas tecnologías de aislación y de preservación, el resultado es de primer mundo. Pero esta opción es solo una de las variantes, para muestra, les presentamos una selección de muros con mucha tecnología asociada, fáciles de trabajar y muchos de ellos de faena seca.
Algunas empresas así lo han entendido y están invirtiendo, como el proyecto de Tecno Fast, quienes junto a la buena mano del arquitecto Felipe Assadi desarrollaron módulos predefinidos, los cuales por sumatoria consiguen levantar la casa soñada por muchos. Una solución inteligente que no solo permite múltiples configuraciones; al tener tiempos de producción e instalación conocidos desde el principio, y un presupuesto que incluye el 100% de la obra, se eliminan muchos de los ‘extras’ tan temidos al momento de decidir construir.
Si están pensando en una segunda vivienda, en una nueva casa familiar, o incluso en una ampliación, consideren la opción prefabricada, es para donde el mundo ha estado avanzando desde las emblemáticas ‘Case Study Houses’ construidas en la costa oeste americana a finales de los años 40 y donde la unión entre buena arquitectura, tecnología de punta y vivir moderno dio como resultado casas que hasta hoy son ejemplos a seguir.
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