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El arte de caminar o la oficina del futuro según De Lucchi

Michele De Lucchi @GiovanniGastel_2014.JPG
Michele De Lucchi @GiovanniGastel_2014.JPG

Michele de Lucchi cita a George Bataille para referirse a que desde el inicio de los tiempos el ser humano ha buscado algo más que satisfacer sus necesidades básicas, desde las cuevas de Lascaux, “cuando alguien se dio el tiempo para dibujar en las paredes... Estamos  siempre en esa situación: buscar una razón más fuerte, más gratificante, más significativa para caminar por el suelo de este planeta”.

Ese es el motor que impulsa y da sentido a su más reciente proyecto que gira en torno al tema del trabajo, que desde  una mirada profunda y reflexiva el arquitecto italiano cuestiona, analiza y replantea creando estructuras, muebles, pero sobre todo una lógica y sensibilidad distintas.

“Hoy mucho más que en el pasado, los sistemas (de  oficina) y sus mercados se han vuelto en gran parte redundantes, porque la idea del trabajo de oficina y su mismo espacio se están desintegrando a causa de nuestra siempre mayor movilidad, de tecnologías más personalizadas y de la mayor atención hacia el bienestar del individuo”. Son las palabras con que De Lucchi inicia el pequeño libro sobre su instalación creada para el Salón del Mueble de Milán; una interpretación del mundo del trabajo en el  futuro próximo.

La Passeggiata se llama el paseo o la caminata, una visión bien distinta de la imagen que para muchos puede evocar la palabra ‘oficina’, asociada a deberes, rutina, tedio, encierro. De Lucchi invita en cambio a revisar de nuevo cómo y dónde trabajar, cómo inspirarse, cómo crear, en una propuesta cargada de poesía  y humanismo; un proyecto embebido del peso y la sustancia del sentido profundo de la vida, de las cosas -que parece tan obvio habría que insuflarle al mundo del trabajo-, pero que muchas veces  se pierde en la vorágine del día a día.

Reunir a las personas

¿De dónde parte la idea? De Lucchi cuenta que  “se podía pensar una oficina no tanto respecto de  los escritorios, muebles, las sillas, la decoración, sino sobre el espacio que hay entre los muebles, centrando la atención  en el recorrido que se hace desde el ingreso al puesto de trabajo, o a la sala de reuniones, justo porque de ahí nace todo. De ahí, del ambiente, se percibe  qué tipo de oficina es, se encuentran las personas, se entra en contacto con los otros... ¿qué sentido tiene la oficina hoy, en una  época en la cual se puede trabajar en cualquier lugar, si no es reunir, juntar  a las personas? La Passegiatta nace  de  esta idea: reunir a la gente, crear una razón para ir a la oficina, si no verdaderamente conviene más ir al bar, a las salas de los hoteles o a los lugares en que se trabaja mucho mejor. Encontrar las reglas para transformar  la oficina en un lugar al cual querer ir será el problema de todas las empresas del futuro; hacerla  un lugar al cual  te pone contento ir porque ahí encuentras a las otras personas, encuentras la vida”.

¿Cómo explica La Passeggiata? Si se piensa en caminar, se piensa en la filosofía griega, en el ágora, en  los filósofos peripatéticos. La Passeggiata es justamente la metáfora de la búsqueda filosófica: un caminar continuo en busca de algo.. Estos filósofos fueron los primeros en relacionar el acto de caminar con el pensamiento y el conocimiento. Como fundamento de todo esto está que cuando se camina, sobre todo en la montaña, a cada paso el paisaje cambia, pero  siempre es la misma montaña. Es una metáfora de la búsqueda en medio de un mundo que tiene tantas caras diversas y pienso que esto es apropiado para la idea del trabajo, ¿qué  es el trabajo si no buscar algo, el significado de las cosas y su relación con las cosas? Así que me dejé crecer la barba por esto y yo soy también un filósofo griego que se  ha puesto a pasear.

Hoy, las nuevas tecnologías han trastocado  el confín entre el  tiempo y el espacio de trabajo y de ocio: comemos en el escritorio, trabajamos en la casa, hacemos reuniones en el restaurante, hay una contaminación de ambos, ¿qué le parece, no se vuelve un poco pesado, un continuo? En algunos casos sí, esto no quiere decir que deba haber solo esto. Pienso que el ambiente de oficina se diferenciará mucho, se volverá  mucho más diverso, habrá  ambientes muy domésticos e íntimos y otros  muy libres y abiertos, como una calle de la ciudad o un centro comercial. El trabajo ya está preparado para recibir una nueva organización. Se necesita cambiar las reglas, las antiguas ya  no funcionan ni con la mentalidad ni con la tecnología de hoy. Es una paradoja que no se puede aceptar.

La oficina del futuro es un lugar de relaciones, ¿cómo se potencian y  qué pasa con el espacio individual cuando los escritorios y cubículos son compartidos y las plantas libres? Hay también, pero no son tantos, solo algunos, y en cambio hay tantos espacios de relaciones, en el sentido de crear ocasiones para poder hablar y aprovechar la contribución de las personas, sus ideas, no dejarlas hacer burocracia de oficina que no sirve para nada. La organización somos nosotros, nosotros la hacemos y podemos crear una organización mejor y más eficiente.

Usted dice que hay que encontrar el sentido a las cosas en el trabajo, ¿a dónde lleva esta ‘passeggiata’ si la finalidad muchas veces parece ser solo producir? Sí,... sobre todo producir ideas, porque si no se producen ideas, se hacen siempre las mismas cosas y ninguno está satisfecho y hoy no se vende más nada.

¿Y cómo hacemos  para producir ideas? ¡Paseando! Mirando las cosas y buscando en cada una un significado nuevo

¿Ha visto nuevas y buenas ideas aquí en el Salón, qué le parece? Sí, tantas que son sobre todo inspiraciones. El Salón del Mueble de Milán es bello por eso: da tanta inspiración. Hay tantas cosas que no se fabricarán ni se transformarán en productos, ni menos serán vendidas, pero eso no tiene importancia, lo que importa es influir sobre la mentalidad en desarrollo y entregar el sentido de que las cosas no terminan acá, sino que pueden ir más allá.

De Paseo con De Lucchi

La instalación emplazada en Workplace 3.0 -los pabellones dedicados al mundo del trabajo del Salón del Mueble de Milán- se organiza en cuatro momentos o espacios que De Lucchi individualiza (El Club, Free Man, Lab y Ágora), cada uno centrado en un tipo de trabajo y modo de relacionarse distinto, para  los que el arquitecto ha proyectado una serie de mobiliarios y estructuras. El  Paseo es un recorrido continuo, circular, sin fin, entre escritorios, cubículos y distintas áreas; un modo de poner en movimiento las ideas y la creatividad.

El Club

“El Club es un lugar de trabajo, como los lobbys de los hoteles, de los aeropuertos, los lugares de espera, que antes se llamaban ‘sala de aspetto’, qué bonito, quiere decir donde se espera , pero también ‘sala del aspecto’, donde se reconoce la cara de una empresa, la personalidad del lugar que vamos a encontrar. Así como se reconoce una persona que se sabe cultivar se reconoce una empresa que lo hace. Aquí podemos imaginar un tipo de trabajo informal, muy libre, donde las personas miran y se dejan ver”.

De Lucchi presenta escritorios, sistemas de pared y divanes.  Destaca por su belleza el Studiolo para Unifor, con aire antiguo en sus formas, pero cálido y receptivo gracias a la transparencia y la madera.

Free Man

“El área es para  encontrarse, crear relaciones, existir como individuos, ser libres, escoger, pensar y concentrarse en trabajar sobre uno  mismo, estar mínimamente aislados, sin ser molestados, esa es la regla de los hombres libres. Hemos diseñado muebles entre los cuales se puede caminar, habitáculos en los que se puede andar dentro, esta es la libertad”, dice De Lucchi.

Lab

“Hoy es extraño encontrar una oficina  que tenga que ver con el trabajo manual, y sin embargo es tan importante poder fabricar con las manos, saber lo que puedes y quieres hacer con ellas. La oficina de hoy y mañana debe contemplar esto. Es el contacto inmediato contigo mismo, con lo que te pasa por la cabeza y se traspasa a los objetos”.

De Lucchi diseñó un cubículo de madera, tipo container  para Edilegno, que sirve para alojar cada uno de los  tres  talleres que integran la instalación: uno para la madera, otro para la impresión 3D y otro para el bordado digital,  técnicas artesanales que han evolucionado con la tecnología.

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