Factoria Italia: Grandes gestos

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Los diferentes actores de la industria de la construcción francesa –a través de una organización independiente y transversal– premian anualmente proyectos que destacan el patrimonio construido e integran de manera ejemplar el tratamiento sostenible (incluido el ecológico), la gestión de las personas (constructores, usuarios, etc.) y la ingeniería financiera equilibrada. En noviembre del año pasado el equipo de arquitectos chilenos a cargo del proyecto Factoría Italia fue reconocido por considerar todo eso en su propuesta.




El Gest d'Or es un premio que se otorga en Francia a obras de arquitectura que propician el rescate patrimonial y el espacio público. Desde París avisaron a Albert Tidy, Gabriel Cáceres y Daniel Lazo que habían sido uno de los dos equipos de arquitectos no franceses que serían reconocidos el año recién pasado por un proyecto que no podía encajar mejor en esa valoración.

"Es un premio que se entrega en el museo del Louvre. Nosotros recibimos el Gest d'Argeant, el gesto de plata, que es una de las categorías altas del premio. Fue curioso porque en esa misma ceremonia se entregó el reconocimiento a la trayectoria de un arquitecto y en esta oportunidad se lo dieron a Paul Chemetov, quien fue socio muchos años de Borja Huidobro; estuvieron asociados en el proyecto del Ministerio de Finanzas de París", cuenta Albert Tidy en representación del equipo de arquitectos TLC (Tidy, Lazo, Cáceres).

Él explica también que como un premio que conjuga urbanismo, sociedad y patrimonio tenía muchas posibilidades de entender y apreciar lo que se está haciendo en Factoría Italia. "Porque va mucho más allá de un edificio, interviene prácticamente media manzana y se instala como futura puerta de acceso a un sector que se consolida como distrito de diseño en Santiago. Además va a activar una serie de otros programas, como 500 estacionamientos, un supermercado, comercio, viviendas y oficinas. Por otro lado, rescata una antigua fábrica de sombreros de principios del siglo pasado que no tenía ningún tipo de protección patrimonial, que estuvo bajo la amenaza del apetito inmobiliario. Son dos socios, Daniel Schapira y Jack Arama, quienes decidieron conservar estos magníficos pabellones para mantener su historia y al mismo tiempo liberar un gran estacionamiento para convertirlo en una plaza pública. Es un proyecto que involucra patrimonio por los edificios históricos que celebra; por otro lado está la escala urbana, y tercero el aspecto social, porque reconoce la vida del barrio y entrega grandes superficies como espacio público.

La primera etapa del proyecto, la que abarca el nivel suelo y subterráneo, se entregará en marzo próximo. Se trata de una gran plaza, los estacionamientos, el supermercado, un centro de eventos y minibodegas. "El programa superior contempla un hotel de características muy especiales, un mercado gourmet, tiendas y viviendas, oficinas creativas y minicentro cultural. Esa etapa debería partir finalizada la primera, y para la construcción pensamos que tomará un par de años más". Tidy cuenta que ha sido un proyecto difícil por lo inusual que es, en el que llevan cuatro años involucrados y en el que han aprendido mucho como equipo: "Entendemos que las fuerzas que operan en un proyecto de esta magnitud son complejas. La arquitectura tiene que asumir un rol más líquido si se quiere, adaptándose a estos cambios, evoluciones, expansiones y contracciones del proyecto".

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