Home gallery
Amante del arte, coleccionista y apasionada por las cosas bellas, Maria Casado abrió las puertas de su casa para convertirla en una de las primeras 'home galleries' de la Argentina.
“Usted tiene que hacer algo que le llene el alma”, le dijo su esposo, Pedro Güiraldes, cuando las hijas en común habían crecido lo suficiente. María Casado, entonces, no tuvo que pensar demasiado y en seguida se decidió por el arte: ese medio en el que siempre había vivido inmersa casi sin darse cuenta, y que la motivaba más allá de las paredes decoradas con esmero.
“Crecí rodeada de arte: mi padre era un arquitecto racionalista muy conocido -Eduardo Casado Sastre- y mi madre era una persona de un gusto exquisito y una sensibilidad extrema. En mi casa había muchos libros de arte y el diálogo cotidiano tenía que ver con colores, estructuras, pinturas y arte en general. Creo que es un privilegio haber tenido padres que me ayudaran a conectar con mi sensibilidad y a conmoverme con una simple mirada”, explica.
Fue en el año 2002, más exactamente en el mes de octubre, que abrió las puertas de su casa por primera vez. “Quería traer el arte a la zona norte de Buenos Aires, pero me interesaba el arte contemporáneo y una galería de ese género en una zona tan tradicional como esta parecía una locura. Así que decidí innovar y abrir mi casa para recibir amigos y otros tantos interesados en conocer a los artistas que invitaba a exponer en mi living; un ámbito diferente, intimista y ajeno a las estructuras clásicas”, cuenta María sobre el origen de esta idea que, con el tiempo, se convirtió en un referente local.
Por este living, íntegramente reciclado por Juan Constanzo, y por este jardín frondoso, proyectado por Flor Alzaga, pasaron artistas de la talla de Marcia Schvartz, Alfredo Pryor, Giulio Pierri, Lux Lindner, Alberto Passolini, Vicente Grondona o Fernanda Laguna. De a poco la galería se fue conformando como tal y dejó atrás el mote de “espacio de exposiciones”. En la actualidad, María Casado Home Gallery participa en Arte BA y otras ferias del circuito latinoamericano con sus propios artistas.
El éxito de esta galería atípica, un formato que se repite en otras capitales del mundo, tiene que ver con la independencia artística y con una visión más participativa: “Lo contemporáneo tiene que ver con nuevos formatos, con inventar situaciones distintas de lo esperado en el mercado del arte y en su forma de mostrarlo”, explica María, sabiendo que fue una pionera, y agrega que lo suyo siempre estuvo vinculado al arte actual, a la energía de los jóvenes creadores y a la posibilidad de dejarse invadir por la contemporaneidad que cada uno de ellos encarna, también, al instalarse en su propia casa. “Hay que estar abierto a todo tipo de pensamiento. La apertura crea lazos y situaciones nuevas”.
Y es que los espacios artísticos alternativos, dentro de los cuales cuadran las llamadas ‘home galleries’, proponen una mirada diferente de la obra que muestran. Tal vez más cercana a un sentir colectivo, tal vez más blanda y ajena al cubo blanco de una galería tradicional o un museo (tan formal, tan distante). Lo cierto es que esta propuesta se adecuó a la vida de María Casado y familia, para convertirse en un estilo de vida: “Mi casa cambia con cada muestra y las paredes, los espacios íntegros, se adecuan a cada curaduría”, explica, mientras señala las paredes cubiertas por la obra de Marcolina Dipierro, Elena Dahn y Nico Vasen, sus últimos artistas invitados. “Es un placer y un orgullo cobijar a tantos artistas y que mis hijas convivan con el ambiente artístico local”, concluye.
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