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Jacob van Rijs: "Sería interesante ver qué podemos ofrecer a Chile".

Hace unas semanas, uno de los tres fundadores de MVRDV, oficina holandesa de arquitectura y urbanismo entre las más reconocidas a nivel mundial en los últimos años, estuvo en Chile. Jacob van Rijs habló y escuchó a los arquitectos chilenos que expusieron en un evento organizado por la AOA. Compartió ahí y con nosotros algo de su experiencia diseñando ciudades, ideas que sorprenden por su simpleza y que, sin embargo, se ven escasamente en la práctica.

Alguien le dijo a Jacob van Rijs que Chile era como una isla. Cuando el arquitecto holandés –socio fundador de MVRDV, una de las firmas que más crecen en popularidad y volumen de proyectos alrededor del mundo– aterrizó en Santiago, hace algunas semanas, aún le parecía rara la comparación, pero entendió parte de ella: "Tienes que volar desde lejos, toma un rato llegar aquí. Pero cuando llegas notas que estás en un lugar diferente. Las montañas y el mar tan cerca. Desde luego hay un gran impacto del paisaje en la ciudad".

Más allá de las condiciones geográficas, tuvo la impresión de que hay algo pasando acá, que las cosas se están moviendo rápido: "Eso es muy interesante para nosotros como arquitectos. Venimos de una situación donde muchas cosas ya están fijas y la gente se asusta frente al cambio porque piensan que será menos bueno. Aquí hay una perspectiva más optimista: las cosas serán mejores. Es muy interesante trabajar en lugares que están surgiendo (coming up), donde las cosas van más rápido". Es la percepción de uno de los tres cerebros a la cabeza de una de las oficinas más habituales en las publicaciones de arquitectura, con decenas de proyectos publicados, tuiteados e instagrameados, un hombre con experiencia en planificación de ciudades, profesor del Technische Universität Berlin, Chairman del Royal Institute of Dutch Architects' (programa para globalizar la arquitectura holandesa), miembro del Dutch Trade and Investment Board, catedrático y conferencista que viaja por todo el mundo. Un poco por eso, y un poco gracias a la iniciativa de Gabriel Peña –arquitecto de padres chilenos que vive en Holanda, quien realizó las conexiones entre ambas embajadas para que se diera este intercambio–, Jacob van Rijs llegó a Chile.

"Por supuesto ustedes tienen una tradición arquitectónica fantástica ya, muy diversa, lo pude ver en las presentaciones que hicieron los arquitectos chilenos (dentro del evento organizado por la AOA al que fue invitado). Hay una tradición urbanística muy fuerte, con edificios de los 50 y 60; algunos pueden ser muy simples, pero están bien diseñados, con hermosos balcones. Uno se entusiasma mucho viendo estas obras antiguas. También con las nuevas. Los arquitectos que trabajan en ellas se están haciendo más conocidos, pero tienen un origen, han sido entrenados, han adquirido experiencia, pero es importante darse cuenta de que hay una historia de generaciones previas que fundaron las bases", dice Van Rijs. En las salidas que hizo con arquitectos chilenos le pareció que el impacto de las infraestructuras es grande, especialmente las carreteras, que estamos llegando a ese momento en que debemos mirar hacia la ciudad que tenemos y comenzar a reparar, a mejorar conexiones, atmósfera, calidad del verde, etc. "Repensar el diseño urbano es importante y la calidad del planeamiento se vuelve crucial. Hacer edificios, conexiones, puentes, parques bien pensados, requiere mucho más esfuerzo, participación de gente diversa, instituciones, permisos, fondos. Los arquitectos tienen un rol en promover y concientizar sobre el potencial que esto tiene, pero también se necesitan líderes que apoyen esta visión para que pueda materializarse".

Trabajando en países tan distintos como Francia, Japón, Corea, Hong Kong, EE.UU., Inglaterra, Noruega, Dinamarca, Portugal y España, han podido conocer todas las fórmulas en que estos procesos pueden darse. Muchas veces se trata de una asociación entre públicos y privados: "Al final ninguna de las dos partes debería tener la última palabra. Debería orquestarse como una mezcla de ambas posiciones. Por supuesto necesitas una cantidad de actividades e inversión para lograr ese costo extra. Si necesitas construir una carretera, el dinero vendría indirectamente de inversiones que se hacen para mejorar esa área. Usualmente tienes oficinas de proyectos que conectan los equipos de diseño con las partes que financian. Hay un montón de gente involucrada, especialmente en el planeamiento urbano. Necesitas tener equipos de diseño en la administración, departamentos de diseño urbano. A veces se trabaja con oficinas jóvenes que proponen ideas nuevas. Esto pasa mucho en Ámsterdam, en el desarrollo del puerto. Cada pocos años se diseña un nuevo barrio. Hay pequeños concursos, se seleccionan equipos pero la ciudad siempre mantiene el control. Y esto es independiente de los resultados de las elecciones políticas, entonces el equipo de diseño no cambia cuando las autoridades cambian. Si los socialistas estaban al mando y los liberales ganan, los urbanistas no cambian".

Por estos días MVRDV está construyendo un gran puente en Seúl: "El alcalde fue quien decidió que esto iba a pasar. Organizó un concurso y tiene una gran influencia en el proceso. Realmente lo puede llamar su proyecto, su iniciativa. Esto sería muy distinto en los Países Bajos, donde se trata más de partes neutrales. Organizar significa mantener a todos juntos e involucra tiempos de trabajo mucho más largos. En Corea este proyecto fue hecho en tres años desde la competencia, lo que sería absolutamente imposible en Holanda". Van Rijs dice que nos olvidamos de que construir una ciudad es una responsabilidad y un proceso que duran décadas y siglos. "Una ciudad bien diseñada es importante para las futuras generaciones. Debería haber un plan a largo plazo, con perspectiva. Las ideas y el diseño pueden cambiar, pero es bueno tener una especie de visión hacia el futuro, hacia dónde vamos. Puedes tener diseño grandioso, torres hermosas de grandes arquitectos, pero si se plantan en una calle o un barrio donde las cosas no están organizadas de una buena manera, entonces puede ser mejor tener un barrio donde la arquitectura es menos fantástica, pero es un gran barrio porque está bien organizado, las funciones, las actividades y la vida en las calles participan más en la calidad de vida que la arquitectura individual. El cómo se unen los elementos, cómo la ciudad está conectada y cómo funciona dependen mucho de la base en que se diseña. El planeamiento urbano es un elemento bastante subestimado. La gente quiere ver objetos, edificios, y el diseño urbano es algo que a veces olvidamos".

¿Cómo se planea hacia el futuro? Deberíamos plantear una base para un desarrollo en el futuro lo suficientemente flexible, pero también suficientemente contralado para que no se escape de las manos. Como oficina tratamos de hacer un marco para la creatividad en el diseño, pero también con un carácter colectivo. En Oslo, por ejemplo, reunimos principios como estos: hay una cierta medida que está fija y otra que es flexible. Mantienes todo estrictamente organizado y la gente puede tomar esas reglas y desarrollar desde ahí. Los edificios pueden ser muy distintos, pero en conjunto forman un espacio urbano colectivo que está organizado de una manera que es más que las partes separadas, mantiene una cierta atmósfera y es reconocible".

La metodología MVRDV –según uno de sus creadores– es más acerca de las ideas y conceptos que sobre el estilo y apariencias. Se trata de encontrar la mejor solución a través de investigación y recolección de datos. "La gente piensa que los arquitectos hacemos bocetos, y eso es todo. Por supuesto aún dibujamos, pero no es que tomemos decisiones a partir de cómo se ve un dibujo. Hay mucha más inteligencia involucrada, muchas partes interesadas, elementos como el tráfico, la energía, la ecología, participación de distinta gente. Es realmente otra escala y nivel. Organizar, orquestar y comunicar esto es parte de nuestros roles en los diferentes lugares donde trabajamos. Hablamos con la gente, vemos qué está pasando, y decidimos la dirección en que irá la solución. Es mucho más acerca del diálogo, no tanto de ganar una competencia, diseñar y ¡bam!".

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LA OTRA ESCALA

Cuando se trata de planeamiento urbano, MVRDV piensa en el carácter del barrio, de la ciudad:

¿Cómo se puede desarrollar un proyecto que mejore y al mismo tiempo ofrezca un cierto marco donde cada edificio individual es parte de un todo colectivo? Eso es finalmente una ciudad.

"Pero hacer un edificio, un solo objeto, es algo completamente distinto", dice Van Rijs. Nos pide revisar la colección de proyectos de MVRDV y notar que, aunque se pueden identificar ciertas aproximaciones, es muy diversa. "Respetamos mucho oficinas como Zaha Hadid y Frank Gehry, que son realmente maestros, pero nosotros venimos de otra esquina, en el sentido de que no tenemos una caligrafía supermarcada. No es que reconozcas inmediatamente un proyecto nuestro. No, nos gusta más sorprender, que digas 'espera un minuto… esto es de estos tipos'. Que sea algo completamente inesperado. La tienda de vidrio en Ámsterdam no ganó premios de los arquitectos sino de la gente. La gente lo votó. Nos puso muy felices ganar un premio del público, de la audiencia general. Realmente lo aman, lo entienden, les parece excitante y les gusta que esté en su ciudad. La arquitectura es un ejercicio cultural. Depende de donde estés tienes que tratar de encontrar la mejor solución. En este caso teníamos que ser radicales si queríamos hacerlo de vidrio y no de plástico, sin elementos de acero detrás. La idea era clara y todos trabajamos juntos, dijimos 'hagamos que funcione de la manera más extrema posible. Lo que significó para el cliente que tomara un poco más de tiempo, y costara un poco más. Pero al final fue mucho mejor de lo que esperaban. Es un proyecto excepcional, pero indica cuál es el potencial de nuestra manera de trabajar: tratar de identificar elementos locales, tratar de jugar con ellos y dar algo de vuelta para que la gente diga 'qué interesante'". Esa es la parte cool de la profesión, especialmente cuando se trabaja en distintos lugares. Es siempre una aventura. MVRDV se abre a hacer algo en cualquier parte mientras les parezca interesante: "Nos gusta inventar algo nuevo en lugar de repetirnos. Por supuesto desarrollas habilidades y fortalezas, entonces de alguna manera repites, pero el resultado es diferente; en lugar de ser un edificio que es como otro que hiciste un par de años antes".

¿Cómo enfrentan lo cool que se han vuelto? Ahora tenemos dificultades en organizar los requerimientos. Ja ja ja. Tenemos que ser selectivos. Ya no podemos decir siempre sí. Ahora trabajamos en equipos diferentes. La oficina creció de 65 a 180 empleados en los últimos dos años. Tenemos que asegurarnos de que tenemos la capacidad y la calidad.

¿A partir de esta visita es posible que tengamos un proyecto de MVRDV en Chile? Siempre estamos buscando nuevas soluciones, inspiración. El intercambio también va en la otra dirección: hay mucho potencial en los arquitectos chilenos, probablemente saldrán. Me entusiasma estar acá. Ojalá pueda volver con proyectos nuevos para Chile. Hay que esperar el momento correcto. Sería interesante descubrir qué podemos ofrecer.

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