Los puentes de Ona

Fotos: FOCH.

De una manera similar a la que irrumpió como tienda en 2004, cambiando no solo el panorama de Lastarria sino que la visión de la artesanía y sus cruces con el diseño, hoy en 2020 Ona se propone ser el primer e-commerce de artesanía original chilena, proponiendo a su vez una nueva mirada al artesano y entregándole autonomía en este nuevo mundo digital.




Ona quería seguir siendo Ona en un mundo diferente. Para eso se fijaron como meta posicionarse como el primer e-commerce de artesanía original chilena. “Calzó con que cuando nació Ona en el 2004 fue con la frase ‘arte de origen’. Ese concepto siempre ha estado presente para nosotros, desde la acepción ‘originario de’, que pertenece a un lugar, que tiene un territorio definido, una trazabilidad, un creador y una materialidad; también lo original desde lo creativo, lo único, una respuesta diferente, que te permite tu origen”, explica ahora su creadora, Macarena Peña.

Ona era una tienda, pero también era un puente. Al principio buscaba unir la producción informal del mundo rural con un mercado formal. “Ese fue el primer desafío. En 2004 no había tiendas que pusieran en valor al artesano como creador, como artista, como portador de patrimonio. Fuimos bien vanguardia en cómo el diseño puede aportar a la artesanía, y hoy diría que es el diseño quien necesita de la artesanía para seguir viviendo en Chile. Se dio vuelta la tortilla: antes se trataba de cómo el diseño podía ayudar para que los artesanos pudieran vender; hoy se trata de cómo la artesanía popular, este arte de origen, patrimonial y con carácter, puede aportar a los diseñadores y los emprendimientos relacionados para conseguir algún valor agregado. Por eso pasa que tantos diseñadores se gradúan y parten altiro a buscar estos creadores. Hoy los diseñadores necesitan más a los artesanos que los artesanos a los diseñadores”, opina Macarena.

A estas alturas pasar al formato tienda online no sería realmente innovador. Ona se propone nuevamente ser un puente, esta vez entre el mundo digital y el rural, entregarles autonomía en este nuevo escenario. “Estamos trabajando con una plataforma de otro emprendimiento chileno, un marketplace que se llama bootic.io. Eso los hace mucho más cercanos y uno puede innovar con ellos. Les propongo poner una ficha del artesano, georreferenciarlo a su casa, de manera que el que está comprando pueda saber dónde están haciendo su producto, conectarlos a través de un código QR para que el comprador pueda preguntar cómo va su pieza, para que la artesana también pueda contar con información de sus clientes. Los ingenieros de bootic.io trabajan para desarrollar todas esas características en la plataforma”, explica Macarena. Por otro lado, Ona formó un equipo para hacer las mejores fotos, componer las mejores descripciones y vincular a los artesanos a través de sus redes sociales. “Si partimos con ese lenguaje que les resulta más cercano, después será más fácil que se adapten a esta plataforma que es un poco más compleja, pero la idea es que eventualmente puedan hacer control de stock”.

Lo más importante, aseguran, es nunca transar la calidad. “Ona siempre se ha caracterizado por tener una curatoría muy fina y basada en la tradición. Mucha gente habla ahora del ‘nuevo lujo’, yo prefiero la antigua tradición. Una buena olla porotera de Pomaire es un lujo que tiene que ver con la pieza única, lo hecho a mano, materias primas nobles, técnicas heredadas por generaciones”.

www.onachile.com

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