Siente la calle, ¡sé parte de ella!
Insertos en un mundo que reduce por día el tiempo, que acorta los metros cuadrados per cápita y que se agita al son del estrés, reaparece un actor que juega un papel desahogante, que quita la prisa y llena la vida de oportunidades: la calle.

“¿Qué es lo primero que nos viene a lamente al pensar en una ciudad? Sus calles. Cuando las calles de una ciudad ofrecen interés, la ciudad entera ofrece interés”, plasmó en su libro Muerte y Vida de las Grandes Ciudades, la urbanista norteamericana y autodidacta Jane Jacobs. La realidad es que el urbanismo de nuestras ciudades ha tenido que adaptarse al correr de los tiempos y la calle, entonces, se presenta como una unidad medular de donde nace la intención de “ser parte de”, de conocer nuestro mundo más cercano y de volver a reconquistar un espacio que, por diferentes circunstancias, se está perdiendo. ¿Qué significa la calle?, ¿por qué la hemos perdido?, ¿cómo habitarla?, ¿qué hacer para volver a recuperarla? y ¿cuáles son los buenos ejemplos? son algunas de las preguntas que nos hicimos acerca de este espacio que ojalá, cada día, se vuelva más útil y recurrente en nuestras vidas.
Partamos por definir la calle como el espacio urbano, público, que permite la circulación de personas y vehículos, y que da acceso a los diferentes tipos de viviendas de una sociedad. Su función principal es dar movilidad, que sobre ella ocurran desplazamientos y ser un soporte para el desarrollo de las actividades ciudadanas. Tomamos el concepto de calle, entonces, como unametáfora para entender lo que es el espacio público.
:el abandono de la calle
Somos más, qué duda cabe, efecto que ha incrementado la demanda de espacios públicos y como consecuencia, de la calle, vista hoy como posibilidad de antejardín.
Asimismo, este crecimiento trae como consecuencia mayor infraestructura en obras viales y por ende mayor velocidad en los desplazamientos y cambios en losmedios de transporte. Lo que inevitablemente ha generado una creciente sensación de inseguridad a nivel de ciudad, uno de los fenómenos más agudos y cuyos efectos se reflejan en el sentir de la calle como un lugarmás adverso y difícil que en tiempos pasados.
Un estudio reciente de Feedback para Chilectra señala que un 22,1% de los santiaguinos nunca ha asistido a una plaza o parque público en el último año y sólo el 12% lo ha hecho menos de una vez al mes.
Según Pablo Allard, arquitecto urbanista, investigador Observatorio de Ciudades UC y consultor en urbanismo e infraestructura.“La percepción de inseguridad que hay es muy alta, no sólo desde el punto de vista de que te vayan a asaltar, sino que también por el aumento del parque automotriz y la falta de respeto entre nosotros mismos. Es este incremento de la fricción propia de la sociedad, sumado al mayor movimiento y la actitud poco cívica de los ciudadanos, que ha hecho crecer el temor a usar la calle, de apropiarse de ella y recuperarla. La manera en que se ha administrado la mantención de veredas, avenidas, vías, plazas y parques no ha sido las más apropiada, ya que se ha delegado en los municipios estas responsabilidades, y muchas de ellas tienen recursos muy escasos y poca facilidad para recurrir a fondos extraordinarios.
Así, por ejemplo, si en el barrio alto, donde viven cerca de 600mil chilenos, que no ocupan el espacio público porque cuentan con 20 m2 per cápita de área verde, en el sector sur oriente, que tiene cerca de unomillón y medio de chilenos de escasos recursos viviendo apretados en sus casas, sin jardines y, por lo tanto, con mayor necesidad de ocupar las calles, se contabiliza 2 m2 per cápita de área verde pública, cuando la OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda entre 8 y 9 m2 de área verde per cápita”.
De esta manera, hay un aumento de la fricción social y la aberrante inequidad de los espacios públicos hace que terminemosmetiéndonos dentro de la casa, que los niños se pongan asiduos al uso de Internet, que jueguen más videojuegos y que terminemos reconociendo almall como aquel lugar que tiene una oferta urbana diversa.
Chile, comparativamente con otros países vecinos, no tiene desarrollado el concepto de vida urbana, es cosa de ver lo que pasa en Argentina. “Nosotros, por nuestra idiosincrasia y geografía, somosmás isleños, hemos decidido vivir puertas adentro. Los chilenos rápidamente invitan a la casa, pero en otros países te invitan afuera de ella”, comenta Marisol Saborido, arquitecta coordinadora en Chile del programa regional Ciudades sin Violencia hacia lasMujeres, Ciudades Seguras para Todos y Todas, de Unifem (Fondo de Naciones Unidas para el Desarrollo de la Mujer), e investigadora de Sur Corporación sobre estudios sociales y educación, y además miembro de la Red Mujer y Habitat de América Latina.
Es aquí cuando nace la pregunta de cómo reconquistar este espacio público tan cercano, tan a la mano, que se presenta como una solución dentro del agitado tiempo que vivimos hoy. Nacen así los cuestionamientos sobre cómo volvemos a nuestra calle, cómo la convertimos en nuestra cancha y la hacemos parte de nuestra cotidianidad.
Uno de los puntos relevantes es la calidad de las condiciones subjetivas y objetivas que hacen posible la apropiación en términos de acondicionamiento físico de los espacios. “Esto tiene que ver con el cómo hacer para que un espacio sea disfrutable y seguro para todos, con elementos básicos que van en relación a que un lugar esté bien iluminado, con buen mobiliario urbano y buenas veredas, con bordes activos, llenos de comercio y lugares para estar, que contemple diferentes formas de tránsito como las ciclovías y que éstas a su vez tengan continuidad en la trama, y que también se pueda andar seguro con los sistemas de rodado como coches, juegos de niños y sillas para minusválidos. Cada público que ocupa la calle tiene diferentes requerimientos para el uso de ella y todos tienen derechos a su uso y apropiación de la calle. Los espacios públicosmás amigables y apropiables son aquellos que aguantan una mayor diversidad, tanto en términos de usuarios como en diversidad de actividades. Que la calle sirva para mil cosas y actividades,eso es lo que le da riqueza”, cuenta Marisol Saborido.
Los enfoques que debe tener la arquitectura y el urbanismo para diseñarmejor el espacio público deben ser claves, “es importante la calidad y consistencia del diseño, tanto urbano, arquitectónico, paisajístico y delmobiliario.No podemos permitirnos incongruencias de estilo y formas tan grotescas como las presentadas en el conjunto de concesiones Borde Río/Balthus, que para sorpresa de muchos son obras de la misma oficina de arquitectos.
También se debe considerar el tamaño, pues la experiencia dice que existe una dimensión crítica y optima para que ciertos usos y sus costos de mantención sean equilibrados, es obvio que dimensiones como las del parque de las Américas no son fáciles de administrar, pero perfectamente se pueden trabajar fracciones de éstas. También se debe considerar la limpieza y seguridad. La iluminación es muy importante, particularmente durante el invierno; los corredores peatonales bien iluminados aportan a la seguridad, y la preponderancia de la luz blanca por sobre la amarilla es clave. Aunque también deben existir plantas y flores, que son mucho más económicas de mantener y reemplazar que el césped, mejor aún si se utilizan especies autóctonas del valle central que tienen menores requerimientos de agua. Deberían haber sillas plegables, ¿quién puede tener una conversación en grupo sentado en un banco? Las sillas son adaptables a las condiciones del clima, seguir el paso del sol a la sombra y su movimiento es un registro de la vida del parque. Si son de un diseño único o particular, se autorregularía su robo, ya que los propios ciudadanos llamarían la atención a quienes traten de robarlas”, aclara Pablo Allard.
Un ejemplo destacable que demuestra una buena gestiónmantenida a lo largo del tiempo es lo que ocurre dentro de la comuna de Providencia, la quemantiene una calidad urbana y una continuidad en su acción. “Providencia ha trabajado para que sus áreas verdes y sus calles sean el patio de las casas, que tengan un uso y vida. Por lo mismo ponemos toda la energía para que exista seguridad, orden y limpieza en ellas. No queremos espacios públicos contemplativos, sino espacios que te inviten a hacer cosas, a interactuar con ellos”, nos dice Alejandro Henríquez, director de aseo, ornato y mantención de la comuna.
:actores callejeros
La calle tiene un aspecto muy importante en cuanto a la convivencia democrática, es ahí donde aprendes a convivir con el otro, cuando lo reconoces y lo respetas, transformándose en un espacio de alteridad, no de identidad, no de lo idéntico y lo igual a ti. Y ¿quiénes son los encargados de iniciar esta especie de ocupación?
Es importante aclarar de dónde debe venir esta intensión, quiénes la deben hacer y ser el punto de partida. Primero están los vecinos, quienes deben conocerse y organizarse. “Recuperar el sentido de vecindad, conocer a tus vecinos inmediatos, a los que comparten tu cuadra o tu piso en el caso de un edificio. Esto se damás en los sectores populares, pero no así en los medios-altos donde hay mayor movilidad residencial. Luego está elmunicipio, que debiera responder a las demandas, ideas o propuestas de los propios vecinos. Es lamentable que en general sólo hagan causa común cuando se ven amenazados por una autopista, planta de gas o vertedero, y no aprovechen la capacidad organizativa para promover mejoras en sus barrios.
Si se toman decisiones apoyadas por el municipio que generen un sentido de comunidad, como puede ser por ejemplo el pedir permiso a la municipalidad para cerrar una conocerse, algo tan sencillo y que se hace en muchos países.
Ocupar las plazas y jardines públicos. Atreverse a celebrar los cumpleaños en ellas, llevar la piñata, que los adultos inviten a la plaza a un aperitivo, en fin, para así volver a conquistar estos espacios perdidos por el individualismo y el miedo”, confirma Allard.
Esta articulación, que viene dada por los ciudadanos y los gobiernos locales, debe ir programando actividades y eventos que vayan haciendo de la calle un cuerpo autónomo que invite a quienes están sobre ella a sentir lo que es hacer calle.
No estamos solos en esto. Brasil, Argentina, Chile, Colombia, Venezuela, entre otros países de América Latina, registran hoy un notable crecimiento urbano según el Instituto para la Ciudad en Movimiento. El mismo organismo creado en 2000 en Francia, cuyo fin es contribuir a la reflexión sobre la ciudad y los desplazamientos urbanos en todas sus formas. Uno de sus estudios dio como resultado la exposición internacional “¡La Calle es Nuestra... de todos!” que hoy recorre cuatro continentes. Una tendencia que va en aumento sobre el planeta, la misma que toma a la calle como órgano vital de una sociedad, dejando atrás el ser un mero elemento delimitante entre lo privado y lo público y transformándola en los palillos que tejen el sentido de una sociedad, la misma que hoy más que nunca debe aprender a “hacer calle”.
Para terminar cito una asertiva frase de Allard: “A los que nos resistimos a abdicar no nos queda más que arriesgar un poco, salir a la calle, vivir nuestro barrio, caminarlo, buscar esa plaza o ese rincón cercano, y pedirmajaderamente a lamunicipalidadmás lomos de toro,más discos pare ymás señales de niños jugando, apagar la tele y volver a sacar la pelota. En una de esas terminamos jugando una simple y gloriosa pichanga callejera, como esas que hacíamos cuando éramos niños”.
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