Simple
Blanco y toques de color. Una pareja encantadora, el barrio ideal y la cocina perfecta para que todo esté en su lugar y al mismo tiempo se sienta la invitación a disfrutar.


Sin dudas esta cocina tiene un estilo muy contemporáneo y de aires nórdicos. Limpieza visual, materiales de estilo casi quirúrgico, elementos justos, pero necesarios. Inserta en un bello departamento antiguo, que sus dueños compraron hace más de cinco años, esta cocina comparte el ADN de la estructura madre; buenos huesos, un edificio de arquitectura de aires neoclásicos, con los lujos de otros tiempos que hoy nos regocijan; espacios amplísimos, nobleza desde cielo a suelo, que se resume en altura de los techos y madera en los pisos. Todo sumando el placer de vivir en entornos de escalas precisas, con vecinos conocidos, jardines y parque a un paso y un largo y envidiable etcétera de bondades.
En esta oportunidad, quienes gozan de esta realidad es una pareja de músicos, él de sangre alemana, ella chilena. Claudius Rieth él, ella Carolina Nissen. Claudius es músico e ingeniero de sonido, además uno de los fundadores de estudiostriana y por estos días está lanzando su nuevo disco solista "Get out". Ella, Carolina, es compositora y música, y este 2015 publicará su tercer disco. Además está participando como co-conductora en un programa de TV "Buscando el Instrumento Madre", acerca de viajes y órganos de tubos, financiado por el CNTV que se estrenará el 2016 en televisión abierta.

Juntos, lo mínimo que contagian es una serena cadencia, al igual que los espacios que habitan, como su cocina, recientemente remodelada. El trabajo de botar muros, ganar luz y renovar pavimentos y muebles lo hicieron con la ayuda del arquitecto Vicente Rivera, de www.conciso.cl, con experiencia en este tipo de intervenciones.

“Botamos la pared que separaba la cocina de la pieza de servicio. Cambiamos todos los muebles y artefactos, menos el refrigerador. Al medio pusimos un mesón que usamos para el diario y también para invitar a amigos”, cuenta Carolina, y añade que uno de los motivos que los impulsaron a hacer esta segunda remodelación fue que desde un terreno colindante botaron una casa antigua que había para levantar un edificio, “perdimos mucha luz, por eso el blanco fue un imperativo”. En este sentido, agrega, “la elección de los materiales y colores fue mutando en el proceso principalmente porque cuando por fin elegíamos algo, o no estaba en stock o había que esperar mucho hasta que estuviera disponible. El porcelanato del piso es gris tipo cemento, opaco, un color muy práctico porque no se ve sucio con lo primero que cae al suelo. Los muebles son blancos de melamina sincronizada brillante, para sacarle partido a la luz. La encimera, el mesón y los bancos decidimos que fueran de madera para darle calidez y que no se viera tan clínica. Nos dimos cuenta de que la elección de la baldosa blanca para la pared nos daba la libertad de jugar con colores vivos. Por eso en toda la cocina hay puntos de color como la radio, los individuales, el canasto de la ropa limpia, la pizarra, etc.”.
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