The Dead Rabbit puede sonar a una película de Scorsese, pero no lo es. Se trata de un bar ubicado en Nueva York, un local que toma el nombre de una reconocida pandilla irlandesa que operó en la misma ciudad a mediados del siglo XIX, y que hace poco logró el objetivo más alto al que podían aspirar: posicionarse con su concepto irlandés como el bar número uno del mundo.

&"Teníamos una visión muy definitiva de lo que The Dead Rabbit era. Debía ser una amalgama de nuestros dos estilos favoritos, el de un bar-salón de cóctel de clase mundial y un pub irlandés adecuado. Sin embargo, para lograrlo, tenía que hacerle sentido a la audiencia estadounidense, y en particular, de Nueva York&", explica Rebbekah Dooley, mánager de relaciones públicas y marketing del bar.

The Dead Rabbit es una barra irlandesa del siglo XXI, un lugar que tiene algo para todos en los tres pisos que lo conforman. La primera planta, denominada Taproom, es un verdadero pub irlandés, en donde tomar de pie es una de las principales características.

Aquí hay más de 180 whiskies a disposición, grandes barriles de cerveza Guinness, una carta inspirada en la comida irlandesa/británica, y cócteles como The Irish Coffee, que lleva los honores como el más recomendado.

Su atmósfera cambia dependiendo de la hora del reloj. &"Durante el día es la más pura expresión del concepto de The Dead Rabbit, con una mezcla de turistas, trabajadores -desde los banqueros de Wall Street a constructores- y los clientes regulares&", cuenta Dooley. La música folk e irlandesa mutan en la noche para agregar mayor efervescencia, con un Dj los fines de semana, y los domingos están reservados para una tradicional sesión de música irlandesa de 6 a 9 pm.

The Parlor, en el segundo piso, corresponde al salón destinado a los cócteles con un estilo mucho más sofisticado. En esta, el piano es el encargado de dar ambiente, en donde el músico Terry Waldo deleita cada miércoles a partir de las 20.30 horas. Finalmente, The Ocassional, en el tercer piso, básicamente es el Taproom pero con mesas, aunque la tradición irlandesa de servirse de pie no se deja de lado.

Todo esto conforma al bar número uno del mundo, un premio que los fundadores Sean Muldoon y Jack McGarry anhelaron desde su apertura en 2013.

Como explica Dooley: "Todo el mundo estaba en la nube nueve. Fue una sensación fantástica realizar uno de nuestros principales objetivos desde que abrimos. El objetivo de The Dead Rabbit ganando el mejor bar del mundo siempre fue algo que mantuvimos frente y centro durante los días oscuros antes de la apertura del bar. No estoy diciendo que somos el mejor bar del mundo por cierto. La belleza está muy en el ojo del espectador&". MT