Porsche Cayenne E-Hybrid: más rápido, dinámico y con más autonomía
Probamos el restyling de la tercera generación del SUV alemán en su versión híbrida, la que sorprende por sus capacidades.

Porsche rompe los esquemas. Se los rompe a la industria, pero también a sus apasionados clientes. Los rompe con su deportividad, con su innovación, por cambiar el paradigma de que un SUV no podía ser deportivo y meterse en el bolsillo a los miles de fanáticos que no podían creer cuando lo anunció. Porsche rompe los esquemas desde que nació hace 75 años y así ha sido siempre su historia.
Ahora refuerza ese sentido con la renovación de la tercera generación de Cayenne, lanzado hace solo unas semanas a nivel regional y donde no sólo pudimos verlo y tocarlo, sino también manejarlo. Porque no hay mejor forma de comprobar la rebeldía de Porsche que poner en el asfalto sus productos.

Ya hemos hablado de los cambios estéticos exteriores que recibió el nuevo Cayenne, pero si hay que hacer un resumen, diríamos que se ve más deportivos, con la cuota justa de músculos, que enaltecen su belleza. Toma más rasgos del Taycan, y eso es bueno. Muy bueno, al menos para mi.
Los cambios más importantes de este restyling están principalmente en el interior y su motor y es en ellos en los que nos centraremos.
Más pantallas
Con solo subirnos al nuevo Cayenne nos encontramos con el salto más importante que ha dado este SUV alemán. Un tablero completamente reformulado… y otra vez vemos la influencia de Taycan en él, ya que puede contar hasta con tres pantallas: la primera es el panel de instrumentos de 12,6′' curvada, justo delante del volante con una visualización excelente y sin visera. Así no más, volante y pantalla, sin esa pieza que daba sombra. Es quizás uno de los puntos controversiales, pero que pienso será solo costumbre, porque los varios cientos de kilómetros conducidos por los alrededores de Los Ángeles, la verdad no lo extrañé. No sólo por diseño, sino también porque efectivamente no hace falta, pues los datos entregados en la pantalla se ve bien, con buena resolución y un funcionamiento relativamente sencillo.

La segunda pantalla está ubicada en el centro del tablero y es de 12,3′', donde el Porsche Communication Management (PCM) se luce: es claro simple y de respuestas muy rápidas. A lo mejor podríamos pedir que también tuviera respuesta háptica a las pulsaciones pero, otra vez, a lo mejor es solo cosa de tiempo y costubre.
Ahí podemos compatibilizar los sistemas de Apple CarPlay y Android Auto, e, incluso, otras aplicaciones.
La versión testeada tenía como opcional la tercera pantalla, esta vez de 10,9 pulgadas y que está ubicada de frente al copiloto, quien puede ir entretenido viendo lo que desee. ¿Pero eso no distrae al piloto? No, toda esa información no es visible desde el asiento de quien conduce.

Obviamente que esto llevó a una reorganización de la consola central, la que a mi parecer quedó bien, mucho más simple, donde está un panel masivo de negro piano que incluye los controles de la climatización semitáctiles. Lo único que no me gustó es donde quedó el selector de mancha (a la derecha del cuadro de instrumentos). No me pareció cómoda.
Motor eficiente y entretenido
Probamos el Cayenne E-Hybrid, el que viene equipado con un V6 3.0 turbo con 353 Hp y 500 Nm combinado con un bloque eléctrico (176 Hp) que en conjunto erogar 470 Hp de potencia. Ahora bien, esta nueva entrega viene con una batería que tiene una capacidad de 25,9 kilovatios hora, un incremento sustancial respecto a las cifras anteriores, que le permiten aumentar su autonomía hasta 74 kilómetros (según ciclo WLTP) y en condiciones urbanas puede cubrir hasta 90 kilómetros solo en modo eléctrico.

Si bien pesa 2.500 kg (130 kg más que el antiguo) podemos decir que estamos frente a un muy bloque. Es equilibrado y agradable de utilizar, a bajas revoluciones encontramos una buena potencia, progresiva cuando estamos en la mitad del tacómetro y que estira muy bien en la zona alta. Obviamente todo es ayudado con esta combinación de bloques, que lo hacen muy atractivo, una mezcla perfecta.
Me gusta eso de poder manejarlo en modo 100% eléctrico, incluso a 80 km/h. Obviamente donde más se disfruta es en el tráfico de la ciudad y cuando se requiere el conjunto total, como cuando vas subiendo una montaña o en el momento de adelantar en carretera.

Otro cambio importante es el trabajo que se le hizo a la suspensión, la cual es completamente nueva, permitiendo absorber mejor y mantenerte lo más pegado al piso cuando se le eige en curva. Un acierto, pues le otorga mucho más dinamismo y agarre.
Dirección, transmisión y frenado, es un cambo que está bien resuelto en el Cayenne y esta vez, no fue necesario hacer ajustes.

Sin duda, este Cayenne E Hybrid es un gran acierto para quienes buscan comenzar su transición a los autos eléctricos, pero aún no se atreven
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