AMLO: un admirador de Allende fanático del béisbol

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De carácter fuerte, carismático y hablar pausado, López Obrador es un nacionalista que provoca admiración y recelo.


Carismático, de hablar pausado, de carácter fuerte, pero sencillo, con sonrisa maliciosa, aires mesiánicos y populista. Así describen los que conocen a quien se convirtió en el nuevo Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. De la mano de su coalición Juntos Haremos Historia (compuesta por Morena, el Partido del Trabajo y Partido Encuentro Social) el "Peje" -apodo que recibió por el pescado pejelagarto de su estado natal Tabasco- puso fin a décadas de supremacía en el poder de los partidos tradicionales PRI y PAN.

Este líder social de izquierda, heredero del viejo priísmo nacionalista revolucionario, llegará a Los Pinos en su tercer intento por la Presidencia con la promesa de llevar adelante la cuarta transformación de México. "Nuestra lucha tiene como antecedentes las tres transformaciones que ha registrado la historia de nuestro país: la independencia, la reforma y la revolución", dijo en uno de sus mítines.

"Solo cuando llegue a la Presidencia vamos a saber si esta fe en sí mismo es hasta cierto punto fe en el pueblo mexicano que lo va a acompañar y fe que estas soluciones que propone son factibles o no, porque tienen herramientas que son como de otra era. De momento hay mucho recelo, hay mucha suspicacia. Él apela a la dignidad y al nacionalismo", explica a La Tercera, el periodista estadounidense Jon Lee Anderson, que acompañó a AMLO durante su campaña.

AMLO nació en noviembre de 1953, es el mayor de siete hermanos y lleva el nombre de sus padres Andrés López y Manuela Obrador, dueños de un negocio en el poblado de Tepetitán, en el estado de Tabasco. "Yo soy de un pueblo, que en ese tiempo tenía 600, 800 habitantes, no había camino, toda la comunicación era por río. Y no había diferencias sociales", ha rememorado el propio López Obrador.

Sus biografías lo describen como un niño libre y feliz que disfrutaba jugar béisbol en Tabasco. Un deporte que aún practica y que incluso lo utiliza para hacer analogías en sus discursos. "Estoy quitándome el estrés, bateando veo en la pelotita a los integrantes de la 'mafia del poder' y macaneo más fuerte'', dijo en una entrevista con el diario El Universal.

Quienes lo conocen señalan que cuando joven era muy bromista, risueño y burlón. "Fue un niño muy vivaracho -recordó su padre según la semblanza que el escritor Enrique Krauze hizo en 2006- pero tenía una enfermedad: no se le podía decir nada ni regañarlo, porque se trababa".

Fue su profesor de educación cívica Rodolfo Lara en la enseñanza media quien lo marcó al mostrarle los movimientos sociales de la época. Cuando cursó sus estudios superiores decidió emigrar hacia Ciudad de México para estudiar Ciencias Políticas de Administración Pública en la UNAM. "Allí tuve profesores chilenos y bolivianos que huían de la represión en los 70. Tuve una formación social buena", cuenta en el documental que realizó el cineasta Luis Mandoki.

Se ha casado dos veces. La primera en 1976 con la tabasqueña Rocío Beltrán, quien murió en 2003 a causa de lupus y con quien tuvo tres hijos. En 2006 se casó con Beatriz Gutiérrez Müller, con quien tiene un hijo.

Poco después de graduarse en la universidad ingresó a las filas del PRI. En 1976 inició su carrera política para dar su respaldo a la candidatura del poeta tabasqueño Carlos Pellicer para senador por el estado de Tabasco. En 1988 se salió del partido para fundar un año después el Partido de la Revolución Democrática (PRD) junto con otros reconocidos expriístas. Tras ocupar diversos cargos locales, en 2000 fue elegido alcalde de Ciudad de México, mandato en el que impulsó varias medidas sociales, por el que todavía es recordado por muchos de sus partidarios. Aunque también fue criticado por alguna de sus obras.

En su semblanza, Krauze recuerda que cuando lo conoció, en agosto de 2003, AMLO era alcalde de Ciudad de México y convocaba diariamente a los medios para una conferencia en la que informaba sobre su gestión. Allí, indica el escritor, en una sala anexa a su oficina tenía "sus objetos de culto personal": una escultura en madera de un indígena, una imagen de Juárez, una foto de Rosario Ibarra de Piedra, una más del propio López Obrador conversando con el "subcomandante Marcos" y otra de Salvador Allende.

Por el expresidente chileno siente una gran admiración. De hecho, cuando visitó a Michelle Bachelet en agosto del año pasado en La Moneda, pidió conocer la oficina de Allende, desde donde grabó un video para sus seguidores de Morena.

Luego postuló a la Presidencia en 2006 y 2012, hasta que la tercera fue la vencida.

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