Mundo

Arresto de Bolsonaro genera dudas sobre la fuerza de su movimiento de cara a elecciones de 2026

Según analistas brasileños, el hecho de que el expresidente no esté “presente” y no pueda liderar su partido puede traerle problemas a la oposición para posicionarse frente a Lula.

Jair Bolsonaro habla con la prensa al salir de la sede del Partido Liberal luego de que acudió a la sede de la Policía Penal donde le fue colocada una tobillera electrónica para ser monitoreado, en Brasilia, el 18 de julio de 2025. Foto: Xinhua/Lucio Tavora [e]LUCIO TAVORA

Quizás un error en el manejo de una tobillera electrónica, pero de seguro un duro tropiezo para su carrera política: luego de que el expresidente brasileño Jair Bolsonaro fuera sorprendido intentando romper su dispositivo de vigilancia que llevó semanas usando en su casa, la justicia de su país decidió ingresarlo a prisión. Así, junto con otros factores, evitaría que el líder de extrema derecha se fugara.

Pero este hecho, en vez de agrupar y unir más a su movimiento, terminó poniéndolo en tensión: ahora los líderes del Partido Liberal (PL) se tendrán que reunir con él en la cárcel, justo en un momento en que se decidían las candidaturas y apoyos para las elecciones presidenciales del próximo año.

Al final, la medida que determinó este sábado el ministro del Supremo Tribunal Federal (STF) Alexandre de Moraes, de enviar a la cárcel al exmandatario, congeló las articulaciones y reuniones de este partido, justo cuando se esperaba que se tomaran decisiones electorales.

Antes de la medida, Bolsonaro había solicitado autorización al Supremo Tribunal Federal para recibir visitas de aliados, entre ellos diputados del PL y el excandidato presidencial Padre Kelmon. Moraes autorizó la visita de la ex primera dama Michelle Bolsonaro al expresidente, quien se encuentra detenido en prisión preventiva en la sede de la Policía Federal.

El expresidente Jair Bolsonaro sale del hospital bajo fuertes medidas de seguridad después de someterse a procedimientos. Foto: Fabio Rodrigues-Pozzebom/Agência Brasil Fabio Rodrigues-Pozzebom/ Agênc

El diputado Eduardo Bolsonaro, hijo del expresidente, solicitó por X a sus seguidores que la noticia no los desanime: “Nuestro adversario quiere que estemos desesperados. Seguiremos, ahora más que nunca, trabajando para lograr justicia en Brasil, lo que comienza, como saben, con la agenda de amnistía”.

Los mensajes fueron similares dentro del bolsonarismo, pero ahora el movimiento se ve cara a cara frente a la posibilidad de que su gran protagonista no pueda elevar una figura lo suficientemente popular como para ser competitivo en las elecciones de 2026. Estos comicios tendrán lugar en octubre de ese año, y el mismo presidente Luiz Inácio Lula da Silva ya anunció que estará presente en la papeleta, en busca de su cuarto período como presidente del país más grande de Sudamérica.

Vale la pena recordar que Bolsonaro ya estaba “arrestado”, pero en régimen domiciliario: fue condenado en septiembre a 27 años y 3 meses de cárcel, por el intento de golpe de Estado que siguió a su derrota en las elecciones presidenciales de 2022 y la asunción de Lula el 1 de enero de 2023. La decisión del STA de encerrarlo definitivamente en una cárcel se basaba, entre otras cosas, en los casos de aliados de Bolsonaro, como la congresista Carla Zambelli y el exdirector de la Agencia Brasileña de Inteligencia (ABIN) y congresista Alexandre Ramagem, que también fueron condenados en la misma causa, pero alcanzaron a huir a Italia y Estados Unidos.

Simpatizantes del expresidente Jair Bolsonaro se manifiestan en la Avenida Paulista y en varias ciudades del país. Foto: Cadu Pinotti/Agência Brasil Cadu Pinotti/Agência Brasil

Uno de los principales riesgos que enfrenta el bolsonarismo después de estos acontecimientos, es perder el capital político que había ganado desde 2018 hasta ahora, donde distintos perfiles conservadores, evangélicos y militares se reunían alrededor del líder.

En entrevista con el diario O Globo, la antropóloga Isabela Kalil, quien también forma parte del Observatorio de la Extrema Derecha, cree que el expresidente “corre un grave riesgo de perder su capital político” al ir a prisión, ya que no ha designado claramente a un sucesor.

Para los investigadores, la situación difiere de la que experimentó el entonces presidente Lula en 2018, cuando fue encarcelado por el escándalo de corrupción Lava Jato meses antes de las elecciones, mientras aún se posicionaba como candidato. En ese momento, el líder del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) ya había señalado que Fernando Haddad lo sucedería en las urnas, lo que finalmente se cumplió.

“En el caso de Bolsonaro, al no ceder el testigo a nadie, ni siquiera a su propia familia, se arriesga a que su capital político se disipe sin ninguna estrategia. Cuanto más se descuide del momento de la sucesión, mayor será el riesgo de que sus votantes se sientan abandonados por su silencio”, dice la cientista política.

Jair Bolsonaro, el expresidente de Brasil.

En ese sentido, el mismo hecho de estar “desapareciendo” de la agenda mediática, sin dar discursos ni organizar manifestaciones tan masivas, compone el riesgo de que Bolsonaro deje de ser relevante. La politóloga Camila Rocha, directora del Centro de Imaginación Crítica del Centro Brasileño de Análisis y Planificación (Cebrap), afirmó a O Globo que la presencia física de Bolsonaro ya era relevante, por ejemplo, para atraer multitudes a los mítines de su campo.

Con esto, la transición del arresto domiciliario al encarcelamiento duro podría acentuar la sensación de que su imagen se está “desvaneciendo”. “Cuando Lula fue detenido en 2018, también en una sede de la Policía Federal, gozaba de buena salud, había acceso a él y concedía entrevistas. En cuanto a Bolsonaro, la situación es diferente. No se encuentra muy bien de salud y no parece haber mucho apoyo internacional de otros líderes para una posible liberación”, comparó la investigadora.

Para el politólogo Guilherme Casarões, uno de los coordinadores del Observatorio de la Extrema Derecha, mantener a Bolsonaro como herramienta de campaña dependerá de cómo el círculo íntimo del expresidente gestione el cambio del arresto domiciliario a la prisión. De momento, no hay un candidato que pueda autoerigirse como el sucesor del expresidente.

“Si el encarcelamiento de Bolsonaro conduce a una radicalización aún mayor de las posturas bolsonaristas, especialmente en materia democrática, el movimiento se volverá insostenible para los sectores de la derecha que pretenden permanecer en el juego político-electoral. Una ‘martirización’ de Bolsonaro, sin radicalización, podría ser la manera de mantener unida a la derecha de cara a las elecciones del próximo año”, evalúa Casarões.

“Cierta paranoia”

Respecto a su situación judicial, Bolsonaro afirmó este domingo, durante una audiencia de custodia en Brasilia, que el intento de violación del brazalete electrónico se debió a una “falla” causada por medicamentos. También negó cualquier intento de fuga.

“El testigo (Bolsonaro) afirmó que estaba ‘alucinando’ que había algún tipo de dispositivo de escucha en su tobillero y que luego intentó abrir la tapa”, dice el acta de la audiencia, archivada por la jueza auxiliar Luciana Sorrentino, que decidió mantener la prisión del expresidente.

Bolsonaro respondió que había experimentado “cierta paranoia” debido a los medicamentos que tomaba. Mencionó la pregabalina y la sertralina, utilizadas para tratamientos psiquiátricos, especialmente en casos de ansiedad y depresión.

También dijo que su sueño es irregular y que no duerme bien.

Por eso decidió usar un fierro de soldar para manipular el monitor de tobillo, ya que tiene formación en el manejo de este tipo de equipos. Bolsonaro informó que manipuló el dispositivo de vigilancia alrededor de la medianoche, pero luego “entró en razón” y dejó de usar el fierro caliente, momento en el que supuestamente se comunicó con los agentes de custodia.

El equipo médico de Bolsonaro describió el episodio en el que el expresidente intentó manipular su tobillera electrónica como una señal de “confusión mental y alucinaciones”, atribuyéndolo a una interacción farmacológica.

Según los médicos, se suspendió inmediatamente el uso de pregalabina y Bolsonaro se encuentra clínicamente bien, destacó el diario Folha de Sao Paulo.

Esta información consta en un boletín médico firmado por los doctores Cláudio Birolini y Leandro Echenique, quienes se reunieron con el expresidente la mañana de este domingo en la sede de la Policía Federal en Brasilia, donde Bolsonaro se encuentra en prisión preventiva.

Más sobre:BrasilBolsonaroPrisiónEleccionesLula da SilvaMundo

⚡Black Sale: información real + ventajas exclusivas

Digital + LT Beneficios$1.990/mes SUSCRÍBETE