Consulta popular y referendo en Ecuador: presidente Noboa somete a evaluación su gestión y mide su fuerza política
Este domingo los ecuatorianos decidirán, entre otros asuntos, si se instala una Asamblea Constituyente que redacte una nueva Constitución y si se permite nuevamente la presencia de bases militares extranjeras en el país.
El próximo domingo, el Presidente de Ecuador, Daniel Noboa, medirá por cuarta vez su popularidad en las urnas. Pero, a diferencia de la consulta popular y referendo de 2024, y las presidenciales de 2023 y 2025, la tensión en el clima social del país ha subido. En medio de este escenario, los ecuatorianos votarán para decidir, entre otros asuntos, si se instala una Asamblea Constituyente que redacte una nueva Constitución y si se permite nuevamente la presencia de bases militares extranjeras en el país. Además, deberán pronunciarse si están de acuerdo con reducir el número de asambleístas y suprimir el financiamiento estatal de los partidos políticos.
Casi 14 millones de ecuatorianos están llamados a las urnas en las 24 provincias del país. A ellos se suman 481.373 nacionales residentes en el exterior, que también podrán ejercer su derecho, según el Consejo Nacional Electoral (CNE).
Esta nueva consulta popular y referendo son vistos como un proceso que pondrá a prueba tanto el proyecto político como el nivel de respaldo ciudadano con que cuenta Noboa. Según el medio local Primicias, el descontento por la crisis de inseguridad, que apunta a que este 2025 será el año más violento de la historia, y el estado crítico de desabastecimiento en los hospitales públicos son dos de los principales problemas por los que el gobierno no ha respondido.
A eso se suma una larga lista de medidas, en este nuevo período, que han provocado críticas y preocupación en múltiples sectores: las polémicas leyes de Inteligencia, Solidaridad Nacional, Integridad Pública, Transparencia Social, Sostenibilidad Crediticia; la desaparición de la millonaria deuda tributaria de Exportadora Bananera Noboa -una empresa de la familia del Presidente-; la eliminación del subsidio al diésel -tras un paro nacional que se extendió por un mes-; la intención de explotar el páramo de Quimsacocha -la principal reserva hídrica para la ciudad de Cuenca-; el despliegue militar para reprimir la protesta social, y el regreso de las masacres carcelarias.
Noboa, principal impulsor del referendo, recibió licencia de la Asamblea Nacional para ausentarse de sus funciones y hacer campaña por el “Sí” hasta el jueves, día en que finaliza la campaña. Por su parte, el correísmo, principal fuerza de la oposición, y la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) han centrado sus esfuerzos en promover el “No”. Otras organizaciones, como el Centro Democrático y Sociedad Patriótica, también se oponen a la consulta.
Asamblea Constituyente
La principal motivación de Noboa para instalar una Asamblea Constituyente es dejar atrás la Constitución vigente, aprobada en 2008 con el impulso del entonces presidente Rafael Correa (2007-2017). El lunes, el mandatario declaró que espera que se redacte “una Constitución donde el bien esté por encima del mal”, en alusión al incremento del crimen organizado que, junto con otros factores, desató la actual crisis de violencia e inseguridad.
“Las preguntas (del referendo) quieren hacer uso de un descontento ciudadano respecto al tema de la inseguridad y del mal uso de los fondos públicos en la Asamblea Nacional, lo que se busca es que este descontento esté directamente vinculado a la aprobación del proceso constituyente, que es lo que realmente le interesa al gobierno de Noboa”, comenta a La Tercera Wladimir Sierra, analista político ecuatoriano.
“Esto es lo verdaderamente importante, porque lo que se busca es reestructurar la Constitución, y esta reestructuración no tiene tanto que ver con fallas que tiene el instrumento anterior, la Constitución del 2008, sino más bien con una reestructuración que haga posible la orientación hacia una economía neoliberal, que favorecería a una serie de grupos económicos que están tras el presidente Noboa”, agrega.
Desde el retorno a la democracia en 1979, Ecuador ha tenido tres grandes Constituciones que han marcado cada ciclo político. Estas son la de 1978, la de 1998 y la de 2008, destaca el diario El Universo.
La Asamblea Constituyente es una de las promesas de campaña más repetidas por Noboa. El órgano, según el plan del mandatario, estaría conformado por 80 personas, entre ellas 52 asambleístas provinciales, 22 nacionales y seis en el exterior. La Asamblea estaría activa por un período de seis meses, con la posibilidad de una ampliación de dos meses más.
El referendo se celebra en medio de una crisis de seguridad y violencia sin precedentes, considerada la más grave de la historia reciente del país y una de las principales inquietudes del actual gobierno de Noboa, quien gobierna desde noviembre de 2023.
Este domingo, de hecho, las autoridades de Ecuador anunciaron la muerte de 31 personas en dos eventos violentos ocurridos en menos de 24 horas en la cárcel de Machala, en la provincia de El Oro. El Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Privadas de la Libertad (SNAI) confirmó el hallazgo de 27 cuerpos sin vida, todos ellos pertenecientes a reclusos, algunos de los cuales habrían fallecido por “asfixia”.
Además, otras cuatro personas murieron tras registrarse un motín en la madrugada del domingo que dejó unos 43 heridos, entre ellos un agente de seguridad. Un equipo “táctico” de la Policía Nacional intervino hasta controlar las instalaciones “en su totalidad”, después de que el personal de prisión alertara del motín, que se produjo en protesta por “la reorganización de los privados de libertad en la nueva cárcel de máxima seguridad”.
Se trata de la cárcel del Encuentro, donde al menos 300 internos considerados peligrosos fueron trasladados en las últimas horas. Los primeros reos fueron rapados al estilo de las cárceles del gobierno de Nayib Bukele. También fueron sentados en el suelo, uno detrás de otro, como se hace en El Salvador. “Comenzamos con los más peligrosos”, señaló el ministro del Interior, John Reimberg, quien confirmó que fueron trasladados todos quienes se encontraban en la cárcel de máxima seguridad La Roca, en Guayaquil, entre ellos el exvicepresidente de la República Jorge Glas.
Noboa publicó la tarde de este lunes algunas fotos de los reos con trajes anaranjados, sin cabello y sentados uno detrás de otro. “El crimen quiso desafiar al Ecuador y empezar su campaña. Hoy el Ecuador le respondió con hechos”, escribió el mandatario.
Su discurso de mano dura frente a la inseguridad y su alineamiento con Estados Unidos han fortalecido su imagen entre un sector de la población, apunta el medio GK.
A pesar de las críticas, Noboa mantiene alrededor del 60% de apoyo a la gestión, según una encuesta de Click Report publicada en octubre. Mientras que Cedatos, otra encuestadora, dice que el Presidente tiene el 52% de aceptación.
Para la analista política Selene López, ese nivel de respaldo refleja una percepción más que una evaluación real de su gestión. “Hay una división: por un lado, existe rechazo por algunas de sus acciones -como las denuncias de represión en el paro nacional o el bloqueo de cuentas a organizaciones sociales-; por otro, un apoyo masivo suficiente para sostenerlo en la consulta popular”, comenta a GK.
Coincide Wladimir Sierra en “el mal manejo que hizo el gobierno de Novoa frente al paro nacional que se extendió por 30 días”. No pudo negociar adecuadamente, se negó a negociar con los movimientos indígenas y mostró una imagen más bien de un déspota y no de un demócrata. Esto ha mermado mucho el apoyo, sobre todo en clases medias ilustradas y en los movimientos indígenas”, explica a La Tercera.
A juicio del académico de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, el contexto en que se desarrollan la consulta popular y el referendo “es el de una pérdida de respaldo político, de capital político por el movimiento ADN (Acción Democrática Nacional), luego de haber ganado las elecciones, porque esas elecciones se ganaron bajo la promesa de disminuir los niveles de violencia y la presencia de los GDO (grupos delictivos organizados) en el país, de los grupos de delincuencia organizada vinculados al narcotráfico”.
Y agrega: “Luego ya de un año de gobierno no se han visto resultados favorables y esto va mermando la popularidad del presidente Noboa, de tal modo que él tiene que aprovechar este tiempo para poder todavía lograr hacer cambios sustanciales en el orden normativo del país, cambios sustanciales que beneficien sobre todo a grupos económicos. Si es que esto no se hace ahora, la pérdida de popularidad va a poner en cuestión la posibilidad de reestructurar el orden normativo”.
López explica que Noboa ha logrado mantener popularidad gracias a lo que llama “deliveries simbólicos”: acciones rápidas, de alto impacto mediático, que no resuelven los problemas de fondo, pero dan la sensación de una respuesta inmediata.
Interés de Washington
Según Infobae, Estados Unidos seguirá muy de cerca el resultado de la votación sobre la propuesta de volver a acoger bases militares extranjeras, ante el interés de la administración de su Presidente, Donald Trump, de volver a disponer de un punto de operaciones en el Pacífico Este Tropical.
Las Fuerzas Armadas de Estados Unidos ya operaron una base en las Islas Galápagos durante la Segunda Guerra Mundial y entre 1999 y 2009 en la costera ciudad de Manta, hasta que la prohibición impuesta en la Constitución de Correa les obligó a salir.
Las recientes visitas del secretario de Estado, Marco Rubio, y de la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, reabrieron la posibilidad de volver a tener tropas y equipos militares en territorio ecuatoriano si el país aprueba el “Sí”.
Noboa reveló -en entrevista con CNN- que las ciudades de Manta o Salinas en la costa podrían ser estratégicas para montar una base militar extranjera y también se refirió a la isla de Baltra, que forma parte del emblemático archipiélago de las Galápagos.
“Hay diferentes opciones que se tiene que llegar a un acuerdo o consenso de dónde sería el mejor lugar. Siempre Baltra ha sido un punto estratégico en las Galápagos porque de ahí se controla también la pesca ilegal y cualquier acto criminal lejos del continente”, dijo Noboa a la cadena de televisión.
Días después el mandatario fue blanco de críticas y de preocupación entre una parte de la población, expertos en seguridad y ambientalistas, por los posibles riesgos e impactos que una base militar pueda generar en las sensibles Islas Galápagos, primer patrimonio natural de la humanidad y orgullo nacional por su biodiversidad única en el mundo.
En las últimas semanas la administración de Noboa reportó una serie de operaciones en alta mar en conjunto con la Guardia Costera de EE.UU. que llevaron al decomiso de droga y la detención de personas en aguas internacionales. Los ejercicios coordinados no son nuevos, pues los últimos tres gobiernos de Ecuador suscribieron diferentes convenios para recibir asistencia estadounidense en la lucha contra las drogas sin necesidad de la existencia de una base militar extranjera.
Ecuador mantiene dos importantes convenios militares con Estados Unidos. Por un lado, el “Acuerdo Relativo al Estatuto de las Fuerzas” y, por otro, el “Acuerdo Relativo a Operaciones Contra Actividades Marítimas Transnacionales Ilícitas”, suscritos durante el gobierno del entonces presidente Guillermo Lasso y ratificados por Noboa en febrero de 2024.
Los acuerdos, detalla CNN, permiten la ejecución de operaciones militares conjuntas entre las fuerzas de ambos países para el combate a la delincuencia organizada y la inseguridad en Ecuador. Washington y Quito también cuentan con un acuerdo vigente de interceptación aérea, que fue suscrito por Lasso en 2023.
Estos insumos han permitido en los últimos años reforzar las operaciones con EE.UU. para el control del tráfico de drogas y detectar embarcaciones sospechosas. Por esta razón, el experto en seguridad y director del programa Orden, Conflicto y Violencia de la Universidad Central de Ecuador, Luis Córdova, comentó que no se necesitan bases militares extranjeras y que insistir en ello es más un tema “propagandístico”.
“Es un juego de palabras que está usando (Noboa) porque ve que hay un impacto negativo en la idea de una base militar en las Galápagos. Eso le va a costar y pasar factura, y por eso está cambiando el discurso”, dijo Córdova a CNN, e insistió en que el Presidente está midiendo la temperatura en las redes sociales.
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