El desembarco en Chile de Denaria, la asociación de defensa del dinero en efectivo
En entrevista con La Tercera, representantes de la agrupación a ambos lados del Atlántico comentan los peligros de la desaparición del efectivo.
A medida que la tecnología avanza, cada vez las monedas y los billetes pierden espacio frente a la tarjeta de débito. Una encuesta reciente de Mercado Pago, por hablar del caso chileno, da cuenta de que el 48% de los entrevistados suele andar sin dinero en efectivo frente a un 52% que dice asegurarse siempre de portarlo. En ese mismo estudio, un 70% de los consultados creen que en menos de dos décadas el efectivo dejará de usarse.
Por esto mismo, llegó a Chile la asociación Denaria, una institución que pretende defender el uso del efectivo, y que se mantenga el derecho a este uso. La agrupación nació en España hace tres años, y funciona en distintos países de Europa. En entrevista con La Tercera, Fernando Yáñez, Presidente Ejecutivo de Denaria Chile, y Mario Valls Martín, gerente de Denaria España, comentaron los peligros que implica la desaparición de las monedas, billetes y cajeros automáticos en la vida moderna.
¿Por qué de todos los países de América Latina llegan primero en Chile? ¿Cómo empieza este trabajo de Denaria en Chile?
FY: Sucede que acá en Chile hay empresas, está Loomis, está Prosegur, está Brink’s, hay varios proveedores de muchas piezas y partes de la industria que mueve el efectivo en los países. Y en especial hubo un interés de parte de estas empresas de empezar a promover el uso y defensa del efectivo tal como existe en España, en Portugal, en Alemania.
Entonces, en Europa hay una corriente que ya tiene sus años y que probablemente se dio que Chile fuera el primer país que potencialmente pudiera en América Latina desarrollar esta actividad. No es gremial, es más bien una actividad casi filantrópica, porque en el fondo es hacerse cargo de una necesidad de un grupo no menor dentro de la sociedad.
¿Cómo ven la situación del uso del efectivo en Chile actualmente?
FY: Estamos obviamente en muchos aspectos a la vanguardia en lo que es el desarrollo tecnológico y en la búsqueda de la profundidad del uso de los medios de pago electrónico. Pero no es menor la cantidad de gente que circula en Chile con efectivo. Te puedo asegurar de que el Chile profundo es muchísimo más dependiente del efectivo que lo que nos podemos imaginar.
En el mundo rural, el pago del chanchito, del lechón, de la lechuga, eso todo funciona con efectivo. Todavía hay mucha Pensión Garantizada Universal (PGU) que se paga en efectivo. Después están los necesitados, las poblaciones en donde el negocio, el comercio, se hace en las casas. Yo he conocido mucho que tú vas a una población y está la viejita que tiene su local de abarrotes, de detergente, de pan, y toda esa gente, toda, funciona con efectivo.
Entonces, uno dice, ¿es el momento para pensar que se elimina el efectivo? Hay algunos que sí lo están pensando, porque el avance de la tecnología no lo podemos detener. Pero en forma paralela, hay un grupo de personas que efectivamente están requiriendo del efectivo día a día. Si no, los cajeros automáticos habrían desaparecido, el Banco Central habría eliminado el efectivo, y así.
Uno de los argumentos en defensa del efectivo tiene que ver con las crisis, tiene que ver con los terremotos, tiene que ver con las posibilidades de que el sistema se caiga electrónicamente y la gente, y todos los intercambios se hagan en efectivo. ¿Cómo eso afecta a Chile, en particular?
FY: Obviamente está la vulnerabilidad frente a un evento catastrófico, y lo vivimos el año 2010 en el terremoto y tsunami, no había cajeros automáticos, no se movía. Entonces, el tema del efectivo en ese minuto se hizo patente, y por lo tanto todo el intercambio de bienes y servicios en un período de tiempo fue necesario hacer, como emerger, el mayor uso del efectivo. Eso es una catástrofe, pero hay circunstancias en que nos encontramos en un apagón, como el de febrero. Oye, estuvimos un día, pero podría haber sido un rato más, y era todo Chile, con dificultades de comunicación, no había celular porque no había energía, no había cajeros automáticos, se acabaron las baterías de los celulares.
Entonces, necesitamos el efectivo nuevamente, para ir a comprar el puchito, para ir a comprar el pan. Y hay mucha gente que su primera dependencia es el efectivo, es el que sufre. Entonces, y aquí me voy a meter en una vista que es importante, es la equidad, la igualdad, la libertad.
Yo te diría que son conceptos que van asociados al uso del efectivo. Entonces, en caso de catástrofes, están las circunstancias de grupos especiales, los viejos que son analógicos y que se mueven todavía en el tiempo del billete, son grupos que, a medida que la corriente tecnológica va avanzando, van quedando como en el margen. Y entonces, hay de repente, y aquí en Chile ha pasado, circunstancias en que despertamos y decimos, oh, oh, cuidado, necesitamos tener cuidado con aquel que necesita y requiere del efectivo. Entonces, va a haber que pensar en reforzar leyes, podría ser visibilizar mejor a través de encuestas el uso del efectivo.
¿Cuáles son los principales riesgos en términos puramente económicos del cada vez menor uso del efectivo? ¿Cuáles son los riesgos de que el efectivo desaparezca incluso?
MV: Mira, el tema de la desaparición del efectivo implicaría unas pérdidas irreparables para la sociedad en su conjunto. Una sociedad sin efectivo es completamente vulnerable. Piensa en un caso de un ciberataque o un caso de un cataclismo o un terremoto, etcétera. Entonces, por poner un ejemplo, aquí en Europa, no sé si sabes, el paradigma de la sociedad sin efectivo, que ellos lo han promulgado y decían que era muy interesante, en Suecia.
Entonces, en Suecia se sentían muy orgullosos de que habían llegado casi a eliminar el efectivo. De hecho, en Suecia, solamente el 5% de las transacciones se pagan en efectivo. Es decir, yo he intentado ir a pagar en una tienda en Suecia, con dinero, con coronas, y la chica de la tienda me decía “discúlpame, pero es que no tengo caja registradora”. O sea, es que es imposible pagar. Entonces, esas infraestructuras las han eliminado.
¿Qué es lo que ocurre? Y ahora se han dado cuenta de la vulnerabilidad que han introducido en el país. Desgraciadamente, con la desgraciada guerra entre Rusia y Ucrania, ellos tienen frontera con Rusia. Y se han dado cuenta que han convertido un país completamente vulnerable. Porque es que los rusos, simplemente con atacar a los servidores de Suecia, paralizan toda la economía del país. Y en este momento están intentando echar marcha atrás a la situación donde ellos mismos se han metido.
Y eso pasa en Suecia, eso pasa en Finlandia. Finlandia tiene más de mil kilómetros de frontera con Rusia. Y pasa en general en todos los países. Entonces, ahora el Banco Central Europeo está empezando a pensar, “oye, tenemos que proteger el euro como elemento de soberanía de Europa”.
En Europa eso está en retroceso, ya que hay leyes para defender el efectivo que empiezan a trabajarse ya. Pero, ¿ha habido un momento en que este riesgo estaba en su máximo punto?
MV: Bueno, el riesgo está ahora mismo, sigue. De hecho, el Banco Central Europeo hace una encuesta cada dos años que se llama SPACE, donde ve cuál es la utilización del efectivo. Y sistemáticamente va cayendo todos los años.
Por ponerte un ejemplo, en el año 2016 se pagaba en efectivo en Europa el 79% de las transacciones que se hacían en el punto de venta. Ahora mismo, en el año 2024, se pagan el 52%. Y eso de media. Pero es que hay países como, por ejemplo, tengo aquí anotado Holanda, solo se paga el 22% de las transacciones. Finlandia el 27% y España el 57%, por darte algunos datos. Eso por un lado.
Por otro lado, y te hablo desde la perspectiva europea, han introducido a Europa en una vulnerabilidad sistémica muy importante. ¿Por qué? Porque si tú pagas con tarjeta, pagas o con Visa o con Mastercard, si pagas con móvil, pagas o con Apple o con Google, las cuatro compañías son compañías americanas. De tal forma que yo como ciudadano europeo puedo ir al Banco Central Europeo y decirle: “Oiga, ¿cómo ha defendido usted mi soberanía europea?”. Si mañana, supongo que no pasará nunca, pero si mañana Donald Trump se enfada con Europa y corta las comunicaciones, ¿qué pasará?
Otro de los argumentos que se dan a favor del efectivo tiene que ver con las discriminaciones posibles que implica su eliminación, el hecho de que ciertos grupos no tengan acceso al sistema económico. ¿Cómo ven eso?
MV: Sí. Nosotros nos hemos dado cuenta aquí en España, cuando decidimos iniciar Denaria, el hecho de la gran ayuda que supone el hecho de tener efectivo. Nosotros, cuando creamos la asociación Denaria, abrimos la puerta a todas las asociaciones y múltiples asociaciones han decidido a unirse a Denaria.
Dentro de ellas está la asociación de personas mayores, está la asociación de mujeres que viven en el entorno rural, está también la asociación Síndrome de Down aquí en España. Por ejemplo, en el caso de la asociación Síndrome de Down, fueron ellos con muchísimo interés que nos llamaron por teléfono: “Oye, que me he enterado de esta asociación, queremos formar parte”.
Al final te quedas un poco impactado, pero ¿por qué tanto interés? Y entonces nos dijeron algo que, cuando estás al principio, no caes en estos detalles, pero es verdad. Y es que desde la asociación decían que cualquiera de los asociados, una persona con Síndrome de Down, no puede ir a un banco a abrir una cuenta bancaria para que le den una tarjeta. No puede, porque no se la van a dar. Tiene que ir con su tutor, con sus padres, con alguien que se haga responsable de él. Con lo cual, nos decía el presidente de Síndrome de Down, no saben la libertad que perderían mis asociados si no hay efectivo. Pierden muchísima libertad. Por tanto, queremos formar parte de la asociación y defender el efectivo.
Realmente eso te da mucha fuerza cuando estás creando este tipo de asociaciones, porque estás defendiendo su voz frente al Banco Central, frente a los políticos, frente a toda la sociedad en general.
FY: La bola de nieve que se nos viene, o la locomotora, con todo su peso, de la tecnología y el desarrollo de los medios de pago digitales, es un hecho. Tengámoslo presente que es imposible detenerlo. Lo que hemos visto acá en Chile es que necesitamos de ambos, efectivo y tarjeta. Necesitamos la complementariedad. Necesitamos la inclusión. Porque si no, estamos marginando y estamos dejando de lado lo que está mencionando Mario.
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