Elecciones legislativas en Argentina: El liderazgo de Javier Milei puesto a prueba
Si hasta hace unos meses La Libertad Avanza aseguraba una victoria contundente para las "midterms" de este domingo, las últimas semanas han puesto en problemas económicos y políticos al gobierno libertario.
El evento más esperado de un año agitado: las legislativas argentinas, que tendrán lugar este domingo, han llegado a ser consideradas como “más importantes que la presidencial de 2027”, y el mismo mandatario estadounidense Donald Trump pareciera haberse confundido, cuando conversó con la delegación transandina sobre lo crucial de estos comicios.
Las “midterms del Mileinato”, como en otras ocasiones, se muestran como la fecha clave para el futuro del presidente argentino Javier Milei. Se renueva la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado, pero no es solo la capacidad de legislar la que está en juego: también se siembran los liderazgos políticos en miras a las presidenciales, y se mide la posibilidad de Milei de postular a un segundo mandato.
De momento, las posibilidades de esto último van en baja. Los cambios económicos de Argentina aún no se reflejan en una mejora para la vida de los votantes, y en medio de una seguidilla de polémicas de corrupción, el partido oficialista La Libertad Avanza retrocede frente a la opinión pública.
Fue el ministro de Economía, Luis Caputo, quien subrayó la relevancia de estos comicios: el miércoles aseguró que eran “más importantes que las presidenciales de 2027”, en medio de una crisis de volatilidad en la cotización del peso argentino. Precisamente esta semana, el país atraviesa una crisis cambiaria provocado por un “abrazo de oso”, el apoyo financiero que Trump prometió a Milei, pero condicionado al triunfo del líder libertario en las legislativas.
Caputo dijo al respecto: “El mundo está mirando estas elecciones, quiere ver que nuestra gente revalida este curso”. Según lo anunciado, el salvataje norteamericano a Argentina consistiría en un swap (intercambio de monedas) por 20 mil millones de dólares, una línea de crédito a través de bancos privados por otros 20 mil millones y la intervención del Tesoro estadounidense en el mercado cambiario argentino.
Pero curiosamente, en una elección legislativa como esta, es difícil encontrar el criterio de lo que alcanzaría a ser una “victoria”. En entrevista con La Tercera, el historiador y cientista político de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Fernando Pedrosa, comenta: “En el plano electoral, el gobierno muestra un pragmatismo absoluto. Su objetivo no es solo ganar, sino alcanzar el ‘número mágico’: un tercio de la Cámara de Diputados. Con alrededor del 35% al 37% de los votos, podría alcanzar la cantidad de bancas necesarias para bloquear un eventual juicio político y evitar que el Congreso frene sus vetos. En este sentido, aunque la prioridad oficial es imponerse -aunque sea por un voto-, la meta real es asegurarse la cantidad de bancas necesarias para seguir gobernando sin sobresaltos (y sin mayorías parlamentarias)”.
Ahora bien, hay un antecedente reciente que desanimó profundamente las esperanzas libertarias: la victoria de Axel Kicillof en los comicios legislativos de la provincia de Buenos Aires, el 7 de septiembre pasado. El gobernador peronista se impuso con un 47% de los votos contra el 33% de La Libertad Avanza.
“Si bien no se esperaba una derrota de tal magnitud, el foco estuvo puesto en garantizar la mayor cantidad posible de diputados propios, sin depender de alianzas ni concesiones a partidos cercanos. Sin embargo, desde entonces, la inestabilidad política y la unión de toda la oposición en el Congreso para obstaculizar las iniciativas del oficialismo han generado un clima de tensión que complicó la gobernabilidad, y eso se vio en los sacudones del plan económico en general, y del dólar en particular”, explica Pedrosa.
Esta derrota en el territorio más poblado del país golpeó de manera contundente en las expectativas de Milei y cercanos. En declaraciones a La Tercera, el politólogo de la UBA Julio Burdman comenta: “Desde que se produjo esta caída en las expectativas, el gobierno está experimentando un cambio también en lo que espera de esta elección. Probablemente hace cuatro, cinco, seis meses el gobierno se veía ganador, estábamos discutiendo el margen de su triunfo, y ahora creo que el gobierno se daría por contento por ganar por un voto, y sobre todo, por evitar que el peronismo de Cristina de Kirchner y Axel Kicillof ganen las elecciones”.
En medio de los problemas económicos, este miércoles presentó su renuncia el canciller argentino Gerardo Werthein, luego de las críticas que recibió su gestión a causa del “malentendido con Trump”. Luego que el inquilino de la Casa Blanca supeditara su ayuda al país sudamericano a un buen resultado electoral, las declaraciones terminaron motivando la turbulencia financiera, agudizando la incertidumbre y empujando la caída del peso argentino.
Uno de los líderes de opinión del movimiento mileista, Daniel “El Gordo Dan” Parisini, criticó duramente a Werthein. “Tal como avisamos, Donald piensa que las elecciones argentinas que se avecinan son las presidenciales y no las midterms (las de medio término o legislativas), y por lo tanto tiró obviamente que si perdemos, entonces Estados Unidos no ayudará a una Argentina con un presidente kirchnerista. Si tan solo tuviésemos un canciller que escuchara lo que viene diciendo Donald Trump respecto del tema, la cosa hubiese sido distinta”, señaló Parisini a través de un posteo en X.
Al respecto, Burdman señala: “Está todo el mundo observando esto y sobre todo Estados Unidos. Trump hizo una apuesta fortísima por Milei, y en esa apuesta se nota que Trump pretende que Milei gane las elecciones para quedarse tranquilo de que está apostando a un candidato que tiene continuidad y futuro, un candidato a la reelección. Por eso creo que esta cuestión, que se repite elección tras elección legislativa, se hace todavía más estresante y más tensa”.
Pedrosa, por su parte, indica: “El principal problema del gobierno ha sido político. La administración de Javier Milei no logró sumar aliados ni consolidar acuerdos con gobernadores permeables o con dirigentes del PRO dispuestos a acompañar su programa. Apostó a un ajuste profundo y a una transformación radical del Estado con apoyos escasos en el Parlamento, lo que derivó en un aislamiento creciente”.
Tras la elección en la provincia de Buenos Aires, ese escenario se agravó, y ahora toda la oposición se ha mostrado unida para bloquear sus leyes e imponer otras, lo que generaría “un clima de permanente confrontación legislativa”, según el experto.
“Se espera que esta situación comience a modificarse con un posible recambio de ministros y la eventual incorporación más formal del PRO, el partido de Mauricio Macri, al gobierno. Si esa alianza se concreta, y si Milei logra el resultado esperado en las elecciones legislativas, el oficialismo podría alcanzar una mayor estabilidad política”, indica Pedrosa. En ese, uno de los buenos escenarios para Milei, el gobierno contaría con un bloque legislativo más amplio, respaldo de algunos gobernadores y una base social más sólida para sostener un programa de reformas que, hasta ahora, avanza con más voluntad que apoyo real.
Respecto a los problemas económicos que el país sigue enfrentando, Burdman apunta: “Ya estamos en el segundo año de gestión, y todavía no se ven todos los resultados en materia de actividad económica. Algunas metas del gobierno se cumplieron, sobre todo la del control de la inflación y la reducción del déficit fiscal. Hay otras buenas noticias que también se pueden observar, pero en la calle esto no se percibe tan así, porque hay un problema con los niveles de ingreso. Hay salarios bajos en Argentina, o ingresos bajos con respecto a los precios. Tampoco estaba activado antes el crédito, no hay crédito hipotecario y las tasas son muy altas para el crédito, por lo tanto la gente depende de sus ingresos y los ingresos no son de todos satisfactorios”.
De momento, la pelea entre La Libertad Avanza y el peronismo, representado por la coalición Fuerza Patria, muestra una competencia cerrada. Un promedio de encuestas elaborado por el diario El País muestra que, mientras el espacio oficialista se llevaría un 36,7% de los votos, la oposición conseguiría el 34,8%.
De todas maneras, Pedrosa asegura que es difícil anticipar el resultado. “Parece que no será una gran victoria para el gobierno, aunque tampoco una derrota contundente. Lo más probable es que logre su objetivo central: obtener el número de bancas suficiente para blindarse frente a la ofensiva opositora. También podría reducir la ventaja que el peronismo mantiene en la provincia de Buenos Aires, lo que le permitiría presentar el resultado como un avance. Sin embargo, la oposición también podría imponerse en algunos distritos clave, lo que le abriría la puerta para proclamar, con igual convicción, que el verdadero triunfo fue suyo”, sostiene.
“Al tratarse de elecciones nacionales disputadas provincia por provincia, cada fuerza buscará construir su propio relato de triunfo. Por eso, más que un ganador claro, este domingo dejará una batalla por la interpretación: la verdadera victoria se jugará en los medios, en las redes y en el control del discurso público”, comenta el historiador.
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