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Juez Moraes en recta final del juicio contra Bolsonaro: Trama golpista intentó imponer “una verdadera dictadura” en Brasil

El Tribunal Supremo empezó este martes la fase final del juicio, con vistas que se extenderán hasta el próximo 12 de septiembre. El líder de la ultraderecha latinoamericana enfrenta una pena de hasta 43 años de prisión.

El ministro relator Alexandre de Moraes, en la sesión del STF para juzgar al expresidente Jair Bolsonaro y a otros siete imputados en el complot golpista. Foto: Fabio Rodrigues-Pozzebom/ Agência Brasil

Sin la presencia de Jair Bolsonaro inició este martes la recta final del juicio contra el exmandatario brasileño por presunto intento de golpe de Estado.

El expresidente no asiste a la audiencia por cuestiones de salud. La prensa brasileña reporta que el exjefe de Estado, quien se encuentra en prisión domiciliaria, padece esofagitis. La familia del exmandatario de 70 años ya había confirmado que afronta problemas de salud, por lo que no solicitó la autorización que requeriría para abandonar su domicilio y estar presente en las sesiones.

Este martes, luego de que la recta final del juicio iniciara poco después de las 9:00, al presentar su informe sobre la causa penal relacionada con la presunta conspiración golpista, el juez del Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil, Alexandre de Moraes, aseguró que los acusados buscaron imponer “una verdadera dictadura” en el país.

Fue una “verdadera organización criminal” que intentó romper el orden democrático en momentos en que el país atravesaba “una nociva radical y violenta radicalización política”, sostuvo el magistrado y relator del caso.

“Solo queda lamentar que en la historia republicana brasileña haya habido un nuevo intento de golpe, atentando contra las instituciones y contra la propia democracia, para instalar un estado de excepción y una verdadera dictadura”, agregó De Moraes.

La defensa del que fuera “mano derecha” de Jair Bolsonaro, Mauro Cid, negó en la primera audiencia del juicio por el intento de golpe de Estado que su cliente, figura clave de la trama golpista, fuera coaccionado para aceptar colaborar con la Justicia a cambio de una posible reducción de condena.

“No hay ni un solo mensaje suyo que proponga, aliente o valide ningún atentado contra la democracia o el sistema electoral. Lo que sí hay es la recepción pasiva de mensajes en su WhatsApp, que ni siquiera reenvió”, señaló uno de sus abogados.

En tanto, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, animó a su predecesor, Jair Bolsonaro, a que demuestre que es inocente durante el juicio por intento de golpe de Estado tras las elecciones presidenciales de 2022.

“Espero que se haga justicia, respetando el derecho a la presunción de inocencia de los procesados. Quiero que Brasil conozca la verdad y solo la verdad. Él puede defenderse como yo no pude. Y no me quejé, no lloré, luché. Si es inocente, que demuestre que lo es”, dijo Lula en declaraciones recogidas por el diario O Globo.

Sentencia el 12 de septiembre

Los magistrados del alto tribunal debatirán los pormenores del caso durante al menos cinco días, entre este 2 y el próximo 12 de septiembre, cuando está previsto que culmine toda la fase decisiva y se conozca la sentencia.

Desde que ocurrió el presunto intento de golpe de Estado, con el asalto a las sedes de los tres poderes del país en Brasilia, por parte de simpatizantes de Bolsonaro, el 8 de enero de 2023, en total 1.190 personas han sido declaradas responsables de esos ataques contra el Palacio de Planalto, el Congreso y el Supremo Tribunal Federal, destaca la prensa local.

El grupo incluye a los supuestos autores materiales, quienes se encontraban en la Plaza de los Tres Poderes ese domingo de enero, y a los instigadores, quienes de alguna manera colaboraron con los hechos.

Ahora, el Tribunal Supremo examinará a quienes la Procuraduría General de la República (PGR) considera los “líderes” del movimiento golpista.

Además del expresidente Jair Bolsonaro, la lista de acusados ​​incluye a cuatro exministros de Estado: Anderson Torres, Augusto Heleno, Paulo Sérgio Nogueira y Walter Braga Netto, el excomandante de las Fuerzas Armadas, Almir Garnier Santos, el exjefe de los servicios de inteligencia del país, Alexandre Ramagem, y un exayudante de campo, Mauro Cid, quien se convirtió en denunciante.

De ellos, seis son militares. En definitiva se trata de un juicio histórico en el territorio brasileño.

Las pruebas detrás de las acusaciones

En el escrito de acusación, que se escucha a partir de este martes, el fiscal general Paulo Gonet acusa a Bolsonaro de liderar una organización criminal, “basada en un proyecto de poder autoritario”, con el objetivo de intentar un golpe de Estado y con una fuerte influencia de sectores militares.

En sus alegatos finales, presentados el mes pasado, Gonet afirma que el expresidente “actuó sistemáticamente, durante su mandato y tras su derrota electoral, para incitar a la insurrección y desestabilizar” la democracia.

Asimismo, Gonet argumentó además que los actos golpistas del 8 de enero fueron el acto final del movimiento que abogaba por la ruptura democrática.

La acusación contra el llamado “núcleo crucial” de la trama golpista reúne mensajes, documentos y vídeos que, a juicio de la Fiscalía General de la República, demuestran la conspiración para desacreditar el sistema electoral, iniciada en julio de 2021, y crear un entorno propicio para la toma de poder en caso de una derrota electoral al año siguiente, como finalmente ocurrió.

En total, hay 1.764 elementos en la causa, que suman 80 terabytes de archivos, el equivalente, por ejemplo, a más de 26 millones de fotos almacenadas o aproximadamente 20.000 largometrajes en calidad HD.

Bolsonaro está acusado de organización criminal armada. Intento de abolición violenta del Estado Democrático de Derecho; golpe de Estado; daños calificados como violentos y grave amenaza a la propiedad federal, causando daños considerables a la víctima; y daños a bienes declarados.

Por tanto, las penas máximas combinadas, de ser condenado, podrían alcanzar los 43 años de prisión.

Durante su interrogatorio, Bolsonaro admitió haber discutido “alternativas” a su derrota electoral de 2022, pero negó haber intentado un golpe de Estado. Declaró entonces que el plan no prosperó y que las propuestas fueron descartadas.

Ahora, está por definirse la sentencia del exmandatario, cuyo futuro político ya se encuentra en pausa luego de que en junio de 2023 fuera inhabilitado a ejercer cargos públicos por ocho años. Sin embargo, Bolsonaro remarcó que “no está muerto” políticamente.

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