Marco Avilés, escritor peruano: "En Perú hay gobernantes populares que finalmente son ladrones"

Marco Avilés
Avilés postula que la participación de Perú en el Mundial de Rusia es una metáfora de la sociedad. Foto: ANN S. KIM

De paso relámpago por Santiago, el autor de "De dónde venimos los cholos" plantea que Perú aún vive bajo el paraguas de Fujimori y que Alan García "era un político corrupto sin salida".


Marco Avilés (Abancay, 1978) se define como periodista, cholo y migrante, en ese orden. Su autodescripción no es casual. La vida de este autor peruano ha estado marcada por esas tres temáticas: trabajó como cronista en El Comercio, publicó los libros No soy tu cholo y De dónde venimos los cholos -elogiados por la crítica internacional- y ahora reside en Maine, en la costa este de Estados Unidos, donde ha debido recurrir a oficios como ayudante de cocina y traductor. "En Perú, cholo es un término despectivo, aunque entre cholos podría ser cariñoso, como 'mi cholita'. Ahora que hay batallas como el feminismo o el MeToo, lo cholo también contiene una lucha, que es hermana de las otras peleas", plantea.

De paso relámpago esta semana por Santiago, además del tema cholo, Avilés lanza una teoría: que la participación de Perú en el Mundial de Fútbol de Rusia 2018 es una metáfora de la sociedad peruana. "La selección representaba todas esas identidades marginalizadas, porque era una selección negra y chola, entonces sirvió para una reivindicación del orgullo. El problema es que hemos ido al Mundial tras 40 años, pero no tenemos la seguridad de que vayamos a la siguiente Copa, porque los problemas estructurales no los hemos resuelto: somos informales e improvisados", dice a La Tercera en un café de Providencia.

¿Lo cholo y el racismo siguen siendo temas ocultos en el Perú actual?

Ha evolucionado. El escenario ha cambiado respecto de los últimos 20 o 10 años. El racismo es un tema abierto, es un tema del debate público, aunque no tan presente como la igualdad de género. Un político peruano llegó a decir que eligieron a Martín Vizcarra como Vicepresidente de Pedro Pablo Kuczynski porque todos eran blancos y faltaba color en la plancha presidencial.

¿El Presidente Martín Vizcarra se define como cholo?

No lo he escuchado, pero es cholo en el sentido de que es una autoridad de provincia: es un tipo de cholo.

Perú tuvo un Presidente, Alejandro Toledo, que se autodefinía como cholo e incluso le decían "Choledo"… ¿Toledo hizo algo por el 'cholismo'?

Toledo encarnaba la lucha contra la dictadura de Fujimori. Aprovechó su choledad y dijo que él sería el próximo Pachakutik, el primer Presidente indígena, etc, etc. Pero todas esas cosas eran discursos vacíos. Toledo es un personaje calculador y corrupto según supimos al final.

¿Vizcarra no se asume como cholo?

No tiene un discurso claro, aunque sí tiene un discurso sobre lo provinciano. El nació en Lima pero ha trabajado mucho en provincia, en Moquegua. Tiene un discurso sobre el orgullo provinciano. Ha habido otros Presidentes, como Toledo u Ollanta Humala, pero el tema de la corrupción ha dejado de lado todas estas posibles reivindicaciones que pudieron tener.

Vizcarra tiene la ventaja que se ha encontrado en un momento en que la corrupción es precisamente el gran tema en Perú, donde expresidentes están procesados o en la cárcel por este tema. ¿La agenda anticorrupción del Presidente lo beneficia por ahora?

La agenda anticorrupción es la única manera de gobernar ahora, porque si no la tienes podrías ser otro corrupto más, que es lo que se ha visto en el último tiempo. Vizcarra es un personaje con imagen de técnico, que no forma parte de la elite política. Me parece que ha leído bien el momento y ha decidido dar esa batalla. ¿Qué tan cierto será? ¿Hasta qué punto llegará? No lo sabemos. En todo caso, los peruanos sienten una absoluta desconfianza por quiénes están gobernando. Puedes tener gobernantes populares que finalmente son ladrones.

De todos modos, al menos afuera de Perú existe la percepción de que con tanto ex presidente preso o procesado, las instituciones están funcionando, incluida la justicia. ¿Está de acuerdo en que los peces gordos están pagando?

Hay un respaldo de la ciudadanía por los fiscales y jueces que están haciendo ese trabajo. Pero ese trabajo genera una tensión política permanente por la reacción de parte del fujimorismo y el aprismo.

¿Cómo observó el suicido de Alan García, ocurrido ad portas de que fuera arrestado en el marco del caso Odebrecht?

Era un político corrupto sin salida. Alan García vivió rehuyendo de la justicia desde su primer gobierno. No era algo de ahorita. Su carrera ha sido huir de la justicia. Era un político fatigado, envejecido, que no entendía el lenguaje de las redes sociales, por ejemplo. Lo que vimos con su suicidio fue que no tenía escapatoria y que estaba solo.

¿Quién dejó solo a Alan García?

García no admitía segundos. El Apra era él y nadie más. Esa actitud mesiánica fue dejándolo solo.

¿Va a desaparecer el Apra sin Alan?

Ahora no hay líderes que puedan sacar adelante ese partido. Los que están ahí están muy en la onda de Alan García.

La corrupción cruza a prácticamente todas las corrientes políticas en Perú: fujimoristas, apristas, humalistas, ppkausas. ¿Alguien se salva?

La corrupción es un problema generalizado y también la gente de izquierda, que se considera como más limpia, es corrupta. Eso es lo que la gente lee: todos son corruptos. Tenemos que fijarnos en las empresas, porque los políticos son solo fusibles transitorios.

¿En Perú todavía viven bajo el paraguas de Fujimori?

Claro. Toledo, Alan y Ollanta continuaron con ese modelo, que por ejemplo desprecia a la educación. El Perú que empieza con Fujimori es terriblemente liberal, en el peor sentido y lo ves en el tránsito: no hay orden, cualquiera puede tener un taxi; es un Perú muy desordenado y sin ley. Ese Perú está vigente, es el Perú de Fujimori, un Perú informal.

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