Carabineros: 39% de los detenidos por bombas molotov en Santiago son menores

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Registro del ataque con bomba molotov de un manifestante a dos funcionarias de Fuerzas Especiales de Carabineros, el lunes 4 de noviembre.

En un mes, la policía ha detenido a 120 personas por ataques incendiarios. Un informe del OS-7 y OS-9 revela cómo operan y se organizan estos grupos.


La tarde del lunes 11 de noviembre, mientras se realizaban manifestaciones en el Parque Bustamante, personal de Carabineros detuvo a tres menores que, según la policía, habrían lanzando bombas molotov contra un vehículo blindado. Los tres jóvenes, asegura un informe de los equipos investigativos del OS-7 y OS-9 de Carabineros, formaban parte de "una facción con roles y funciones claramente establecidos para atentar mediante bombas incendiarias contra funcionarios de Fuerzas Especiales". Y no solo eso: también el documento detalla que los menores habrían tenido un "plan de fuga", que incluía "cambio de ropa" una vez consumado el ataque.

Este es uno de los 33 procedimientos que terminaron con personas detenidas en la Región Metropolitana y en los cuales se detectó el uso de artefactos incendiarios como bombas molotov. En estos operativos, realizados entre el 18 de octubre y el 15 de noviembre, Carabineros arrestó a 49 personas por "atentado incendiario" contra uniformados.

Los antecedentes son parte de un análisis efectuado por la institución, en el que se analiza el perfil de quienes son aprehendidos portando o manipulando este tipo de elementos incendiarios.

A nivel nacional, la cifra de detenidos llega a 120 personas. De este universo, dice el informe, el 67% tenía "antecedentes penales y/o policiales previos". En la Región Metropolitana, 21 comunas concentran el 36% de las detenciones por molotov. La lista la lidera Santiago, con 10 procedimientos y 20 detenciones. Le sigue Providencia, con ocho procedimientos y 11 arrestos.

De los detenidos en la capital, 46 son hombres y tres son mujeres. Sus edades fluctúan entre los 14 y 55 años, con un promedio de edad de 22 años. De todos ellos, dice el documento de Carabineros, hay 18 hombres y una mujer que son menores de edad, es decir, el 39% del total.

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Dos personas preparando una bomba molotov.[/caption]

Grupos organizados

El informe, además, detalla que las personas que cometen estos delitos tienen "niveles de organización mediante diversos grupos que se han diferenciado entre barras bravas de clubes nacionales de fútbol, estudiantes (secundarios y universitarios) pertenecientes a los grupos más radicalizados en términos de referencia antisistémica y otros grupos de mayor dispersión social".

Las cámaras de vigilancia instaladas en la vía pública y recintos afectados por quemas, además del uso de drones, permitieron obtener pruebas para las detenciones de quienes, según la policía, cuentan con "planificación operativa, elaboración de manuales, medios de comunicación y otros".

Según el análisis policial, una porción de los manifestantes utiliza "técnicas violentistas, mecanismos de seguridad e implementación logística de apoyo", además de registros que muestran "eliminación de evidencia, escapes del sector de violencia y ocultamiento de los manifestantes". Sobre este punto, la policía detalla que estos grupos cuentan con "centinelas" para eliminar evidencias, "como ropas y mochilas", y realizar "desplazamientos sin resguardo policial, el cual es avisado por otros manifestantes que entregan las llamadas 'rutas limpias'".

La información de Carabineros, además, revela que estos grupos no se "organizan" mediante llamadas telefónicas, sino que lo hacen a través de mensajería directa, como WhatsApp o Telegram. Con esas aplicaciones coordinan principalmente "la entrega de insumos logísticos", tales como botellas de vidrio, mechas y capuchas. Los mensajes también se refieren a "los lugares donde ocultan sus insumos, siendo preferentemente los mismos establecimientos educacionales", detalla el análisis.

El coronel Julio Santelices, vocero de Carabineros, explica que "el despliegue preventivo y operativo ha implicado un trabajo planificado de alta exigencia". Santelices agrega que "a través del trabajo metodológico, científico y riguroso de las respectivas unidades especializadas" han permitido obtener pruebas "contundentes" para hacer "frente a las altas exigencias y estándares del sistema penal".

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