La subsecretaria de la Niñez, Carol Bown, plantea que la sociedad está cambiando. Que las mujeres y jóvenes se están empoderando y comienzan a reconocer la violencia como inadmisible, en todos los niveles, ganando confianza para salir a denunciarla.

¿Cuál es la realidad de este tipo de violencia en el país?

La violencia en el pololeo ha sido invisibilizada. Es un tema que no se habla, no se trata y que cuando los niños tienen un problema, y lo señalan, a veces no se reacciona de la forma adecuada. Es decir, los papás o el adulto al que acuden pueden minimizar la situación o, incluso, si se atreven a hacer una denuncia, puede que alguien les diga 'no es tan grave'. Eso es algo que tenemos que erradicar.

Los centros de salud muestran aumento de estos casos.

Han ido aumentando las denuncias, también, porque se han hecho campañas de concientización de que esto está mal. Campañas de "amar sin violencia", para generar el cambio cultural de que las niñas, adolescentes y también los niños, entiendan que no es normal ser víctima de violencia y se atrevan a hacer las denuncias.

¿Cuesta que lo hagan?

Como hay manipulaciones de por medio, los niños muchas veces creen que lo que están viviendo es una relación normal. Es muy fuerte para una niña que su primera relación sea violenta, porque lo normalizan, creen que así es el amor.

¿Ya se han logrado cambios?

El que hayan aumentado las denuncias demuestra que es positivo el que haya campañas de concientización. Hoy hay mucha más conciencia de que hombres y mujeres tenemos una relación de igualdad y que nunca es aceptable dejarse violentar por la persona con la que nos estemos relacionando.

¿Ha influido el movimiento feminista?

El movimiento feminista, y todos los que llevan al reconocimiento de la mujer, en su dignidad, como igual al hombre, ayudan a que se empoderen también las niñas y tengan conciencia de que no es aceptable ser tratadas de una forma que no corresponde; no solo en la violencia física, sino que también en la sicológica. Y todos los mensajes van generando un cambio cultural que permitirá a las mujeres y niñas entender qué no es normal y qué es inaceptable. Que se deben hacer las denuncias, que uno se debe alejar.

Hay casos en menores de 14 años. ¿Cómo abordarlos?

Los papás, cuidadores, profesores y todos los que tengan a cargo el cuidado de niños, tienen el deber de hablar estos temas, de acercarse, generar confianza y no manifestarlo en forma negativa. Cuando uno a un niño le enseña que si le pegan o lo abusan está mal, no nos van a contar, porque se van a sentir culpables. Tenemos que decirles que ellos no son los culpables si les pasa algo, que eso no tiene que pasar, pero que si pasa, nos tienen que contar para ponerle fin. Hay que manifestarlo en una forma en que diga "me tienes que contar porque yo quiero ayudarte", y eso es difícil, pero tenemos que transmitir esa confianza.

¿Hay menores más proclives a sufrir violencia?

Los niños repiten patrones. Si las formas de relacionarse de sus papás es violenta, tienden a normalizar ese tipo de situaciones, por lo tanto los adultos tenemos que estar conscientes de que lo que hacemos es siempre un ejemplo ellos.

¿Qué le parece la próxima promulgación de la ley Gabriela?

Es muy querido por las mujeres que se considere la razón de género y no solo las relaciones de convivencia, sino también de pololeo como causante del femicidio y además que cree el delito y genere agravantes cuando hay menores de edad.