Hijo de Nabila Rifo desde la cárcel: “Por lo menos mi mamá está tranquila. Nunca nadie más le va a pegar”

Los hijos de Nabila Rifo llevan cerca de tres meses recluidos; el Juzgado de Garantía de Coyhaique decretó internación provisaria para el menor de 17 años y prisión preventiva para Luis Torres, de 20 años.


Luis Torres de 20 años, junto a su hermano de 17, mataron a golpes a la pareja de su madre, Nabila Rifo, quien fue víctima en 2016 de un brutal ataque por parte de su conviviente de ese entonces: le arrancó los ojos, varios dientes y dejó una huella imborrable en los casos de violencia intrafamiliar en Chile.

Los hijos de Rifo llevan cerca de tres meses recluidos; el Juzgado de Garantía de Coyhaique decretó internación provisoria para el menor, mientras que Torres cumple la medida cautelar de prisión preventiva.

En entrevista con La Tercera, cuenta que en cada pelea que tenía su madre con el hombre que la dejó ciega sentía ataques de pánico y lamenta que la noche en que ocurrió la golpiza no estaba junto a ella.

“Fui a la psicóloga cuando mi mamá aún estaba en el hospital”, cuenta Torres. “Le dije que sentía rabia. Me daba impotencia no poder haber estado allí cuando le estaban pegando. Me decía a mí mismo: ¿Por qué me habré ido esa noche?”.

Siete años después de aquel día, Gerardo Bañares, un mecánico de 35 años que tenía antecedentes por VIF, irrumpió en su vida. Torres narra cómo presenció agresiones con un cuchillo, cachetadas y empujones. La violencia psicológica, también se volvió común.

“Una vez vio que ella hablaba con un amigo. Y él (Bañares) le dijo: ‘voy a matar a este huevón, lo voy a hacer cagar a cuchillazos. Y tú vas a estar al lado mío, para que sepas cómo le hago eso’”, recuerda.

La situación fue corroborada por su madre, el día de la muerte de Bañares: “Al principio mis hijos lo aceptaban bien, lo querían. Hasta que un día yo le dije a Gerardo que le dejara unas empanadas a Luis -declaró Rifo-. Ahí Gerardo se enojó y me pegó un palmetazo en la cabeza, momento en que mi hijo se empezó a dar cuenta de que Gerardo me trataba mal”, explicó a los uniformados.

El fallecido había sido denunciado por Torres y su hermano de 17 por lesiones leves, Carabineros también había ingresado una denuncia de oficio contra Bañares por lesiones menos graves de violencia intrafamiliar hacia Rifo, las causas se cerraron tras su muerte.

La muerte de Bañares

Según Torres, el desenlace que terminó con la muerte de Bañares comenzó cuando el mecánico llegó a la casa de la familia Rifo lanzando piedras, amenazando a su madre y a ellos.

“Nos decía, cabros cul…, me los voy a hacer mierda. A mi mamá también le decía, si te pillo sola, te voy a hacer mierda”, dice Torres.

Los dos hijos se enfrentaron a Bañares, el menor lo golpeó con un bate que lo dejó inconsciente y Torres lo atacó con una manopla.

El primogénito cuenta que “estaba como cegado, no despertaba. No me di cuenta de lo que estaba haciendo. Era como estar en un sueño. Después lo vi tirado. Entré a la casa y desperté. Vi la manopla ensangrentada. Le dije a mi hermano chico, perdón. Quizás me vaya preso, porque lo vimos tirado. Estábamos tristes. Fue raro. Nunca había experimentado algo así”. Luego de ver esa escena, Torres se dirigió a la comisaría y se entregó a Carabineros.

Con la lejanía que otorgó el tiempo a ese fatídico día, manifiesta desde la cárcel que “estoy muy tranquilo. Estoy preso, pero por lo menos mi mamá está tranquila. Nunca nadie más le va a pegar, ni nada”.

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