
“Infundió temor”: aerolínea se querella por primera vez contra pasajero por aviso de falsa bomba en el aeropuerto de Santiago
En una acción legal a la que antes no había recurrido una aerolínea, la empresa SKY acusa que un pasajero de un vuelo a Calama amenazó con "darle un balazo al capitán" y de que portaba una bomba. El hecho activó un gran protocolo de seguridad, provocó la cancelación del viaje y alteró el funcionamiento del terminal aereo.

A las 19.30 horas del 26 de mayo pasado estaba programado el despegue del vuelo 266 de la aerolínea SKY con destino a Calama. Pero el viaje que comenzaba en el terminal 1 del Aeropuerto Arturo Merino Benítez se vio drásticamente interrumpido por el aviso de un pasajero, quien afirmó que portaba una bomba.
La amenaza, que finalmente se confirmó que era falsa, llevó a que la aerolínea recientemente presentara una querella en contra del hombre que realizó el supuesto aviso de bomba.
La empresa, de origen nacional, en su escrito de siete páginas ingresado ante el 1° Juzgado de Garantía de Santiago presentó la acción judicial bajo los delitos de amenazas, falso aviso de incendio, calamidad o emergencia y por desórdenes públicos.
La querella corresponde a la primera de este tipo ingresada por una aerolínea, dado a que no existen antecedentes en Chile de que una empresa de este tipo haya llevado antes la justicia a un pasajero que realizó esa amenaza, pero sí por otras, como un caso de Latam, que se querelló contra un pasajero por abordar un vuelo en estado de ebriedad.
Hasta ahora solo existía el precedente del 2018, cuando tras una serie de falsos aviso de bomba por parte de dos sujetos, el Ministerio del Interior presentó una querella por Ley de Seguridad Interior del Estado.
“Le pondría unos balazos al capitán”
El incidente denunciado por SKY ante la justicia comenzó mientras los pasajeros del vuelo 266 esperaban abordar el avión. En ese momento, un viajero que abordaba el avión que lo llevaría a Calama comenzó a emitir “expresiones que alteraban la tranquilidad de los demás pasajeros y comprometían la seguridad del personal aéreo y del vuelo”, señala la querella.
A raíz de aquello, la aerolínea -relata en su acción judicial- tuvo que solicitar la colaboración de la Seguridad de la Aviación Civil (Avsec), quienes llegaron hasta la manga que unía el avión con el terminal para revisar la situación.

Fue en ese momento que el pasajero, cuyo nombre está anonimizado, comenzó a decir en voz alta “le pondría unos balazos al capitán”, en alusión al piloto del vuelo. Pero no fue lo único, pues posteriormente amenazó: “Tengo una bomba en mi mochila”. Dichos que fueron escuchados tanto por los pasajeros como por los funcionarios del terminal aéreo y de la propia SKY.
Dada la amenaza se activaron los protocolos de seguridad, el piloto a cargo del vuelo canceló el embarque, se dispuso el desalojo de los pasajeros y del propio hombre que anunció un supuesto ataque, quien fue bajado del avión por el personal de seguridad del aeropuerto.

Seguido de aquello, la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) tuvo que llegar al avión con un perro identificador de explosivos, llamar al Grupo de Operaciones Policiales Especiales (GOPE) de Carabineros, quienes finalmente pudieron descartar el aviso del artefacto explosivo.
Pese a eso, y ante todo el operativo de seguridad que se activó, el vuelo debió ser cancelado y reprogramado. Además, la aerolínea también acusa al sujeto de generar “un evidente trastorno a la seguridad de la aviación y al orden público, alterando el normal funcionamiento del aeropuerto, movilizando recursos de las policías y provocando alarma entre los pasajeros y la tripulación”.
Caos aeronáuticos
La querella presentada por la aerolínea, según expone en el documento, se basa en que la acción del pasajero se dio bajo un contexto “altamente sensible y regulado” como son las operaciones aéreas, las que de sufrir reprogramaciones o altercados afectan no solo la operación de un vuelo, sino la del aeropuerto completo.
“Por lo que el hecho de que la amenaza haya tenido lugar al interior de un aeropuerto y en medio de un procedimiento de embarque, resulta objetivamente grave y suficiente para generar temor suficiente y justificado en los receptores del mensaje”, agrega la querella de SKY.

Fuentes de este medio que conocen sobre las operaciones aeroportuarias explican que cada vuelo tiene un espacio establecido para realizar su viaje, en los tiempos establecidos, por lo que cualquier hecho que lo afecte genera un efecto también en otros vuelos. A lo que se suma el perjuicio económico que sufren las aerolíneas y la molestia que se genera en otros pasajeros, quienes también se pueden alterar o sufrir situaciones de estrés.
En ese sentido, la acción judicial concluye que “las amenazas proferidas por el querellado fueron idóneas", ya que “infundió temor”, tanto en la tripulación como en los pasajeros, así como también generó “consecuencias materiales como la activación respectiva de protocolos, alterando el normal funcionamiento del vuelo y de la operación del aeropuerto”.
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