La rebelión de los curas formados por Karadima

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Los sacerdotes Astaburuaga, De la Fuente y Vial. Foto. Richard Ulloa

Siete religiosos y dos laicos viajarán el 1 de junio a la cita con el Papa Francisco, en el Vaticano.


"¡No!". Esa fue la respuesta de los sacerdotes que enfrentaron a los medios de comunicación al preguntárseles si recibieron ayuda espiritual o algún otro tipo de colaboración de la Conferencia Episcopal de Chile (Cech) o de la Nunciatura Apostólica, antes de que el Papa Francisco los invitara al Vaticano, como víctimas de abuso por parte del expárroco Fernando Karadima.

Se trata de los presbíteros Eugenio de la Fuente y Alejandro Vial, quienes formaron parte la Unión Sacerdotal del Sagrado Corazón de Jesús, creada por Karadima en la parroquia El Bosque, de Providencia. A ellos se suman los sacerdotes Javier Barros y Sergio Cobo, quienes también formaron parte del estrecho círculo de jóvenes formados por Karadima, y que viajarán a Roma junto a otros tres religiosos y dos laicos completando un grupo de nueve personas.

Javier Barros, quien hoy oficia liturgia en los templos San Expedito (Ñuñoa) y San Francisco de Sales (Providencia), llegó siendo niño a la parroquia El Bosque, junto a su hermano Jorge, también sacerdote, en los 70. En ese lugar hizo la Primera Comunión.

Ayer, cuatro décadas después, en su entorno recuerdan que cuando se hizo pública la denuncia de abusos sexuales, en abril de 2010, algunos cuestionaron la información, mientras que otros sí le dieron sentido. En ese último grupo estuvieron su hermano y él. Al mes siguiente decidieron no asistir más a la parroquia de Av. El Bosque.

En agosto de ese año, los hermanos Barros, además de Vial, De la Fuente, Sergio Cobo (quien también irá al Vaticano) y otros cinco sacerdotes explicitaron su alejamiento formal de Karadima a través de una carta pública.

Ahora, ocho años después, partirán a Roma, el próximo jueves 31 de mayo, para sostener audiencias grupales e individuales con el Papa Francisco, quien los invitó a entregarle sus testimonios de lo vivido respecto de los abusos.

De la Fuente y Vial, más Francisco Javier Astaburuaga, entregaron detalles de cómo se gestó el viaje. El proceso formal para invitar al grupo se inició hace un mes y medio, de manera directa, sin pasar por la mediación de la Nunciatura Apostólica ni la Cech.

Tras arribar al Vaticano, el viernes 1 de junio, alojarán en la Casa Santa Marta, cerca del Palacio Apostólico y la Basílica de San Pedro. Privilegio que no tuvo el grupo de obispos chilenos citado recientemente por Francisco, y que sí tuvieron otras víctimas: Murillo, Cruz y Hamilton. Al día siguiente, asistirán a la misa con el Papa y en la tarde se reunirán para ahondar en el Informe Scicluna.

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