¿Mediana o promedio? La cifra que pone en entredicho la baja de tiempo en las listas de espera en salud

Durante la cuenta pública, el Presidente Boric se comprometió a que los tiempos de espera por una intervención quirúrgica se reduzcan en un 40% al término de su mandato. Incluso, indicó que ya había un balance positivo, pues la espera ya había bajado un 32,7%. Sin embargo, diversos especialistas apuntan que la medición que utilizan las autoridades no es la indicada.


Tal como el año pasado, el Presidente Gabriel Boric volvió a reafirmar en la cuenta pública su compromiso con reducir los tiempos que las personas esperan por una atención en el sistema público. “Uno de los grandes flagelos de nuestra sociedad es la llamada lista de espera”, partió diciendo.

Y al igual que el 1 de junio de 2022, el Mandatario aseguró que el objetivo es llegar a una mediana de espera para la una cirugía de 200 días -promedio de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE)- al término de su gobierno: “Como Presidente de la República quiero señalarles que será nuestra prioridad reducir en un 40% los tiempos de espera al finalizar mi mandato. Esto significa bajar de los actuales 330 días para una cirugía a 200, llegando a la menor cifra en los tiempos de listas de espera desde que se registran centralizadamente”.

Eso sí, las cifras han mejorado desde la cuenta pública anterior, incluso la ministra de Salud, Ximena Aguilera, calificó el avance como “un gran logro”. Y es que según el último balance, la lista de espera para consultas de especialidad (médicas y odontológicas) alcanzó 2.229.758 registros, pero en 2022 llegó a las 2.023.741 atenciones. Y aunque la lista aumentó un 11,2% respecto del año pasado, la mediana de tiempo de espera disminuyó de 336 a 261 días, lo que corresponde a una baja de 22,3%. Mientras que hasta el pasado 31 de marzo la lista de espera asociada a intervenciones quirúrgicas anotó 304.812, con una mediana de espera que llegó a los 330 días. El año pasado, hasta esa misma fecha, eran 330.452 las intervenciones en espera, con un retraso de 490 días, es decir, se configuró una disminución del 32,7% en cuanto a tiempo.

Para reducir la lista de espera, el Ministerio de Salud creó el Plan Nacional de Recuperación de Cuidados y Disminución de Tiempos de Espera, que coordina el subsecretario de Redes Asistenciales, Fernando Araos.

Una de las principales estrategias del plan era aumentar la producción asistencial, para eso se extendieron los horarios de trabajo de los centros de salud y también para concretar más intervenciones se optó por realizar procedimientos en días inhábiles, logrando así 20.639 cirugías más a finales del año pasado. También se ha trabajado para recuperar pabellones que estaban en desuso: en marzo de 2022 había 106 quirófanos fuera de operación y en el corte de octubre de 2022 había 63.

Además, la ministra de Salud explicó durante la cuenta pública de la cartera que “la segunda estrategia que se implementó fue la de acercar la atención al territorio, mejorando la resolución de los problemas de salud en la atención primaria, esa es la clave para que se reduzca el ingreso a estas listas de espera, pero no porque no se atienda a la gente, sino porque se le otorga una atención más cercana a donde ellos viven, disminuyendo el traslado y los tiempos”.

Para esto, el año pasado la cartera recibió recursos extraordinarios por sobre la expansión presupuestaria para resolver los retrasos: 120.000 millones de pesos adicionales y, de ellos, 85 mil millones se destinaron exclusivamente para mejorar la producción de cirugía en la red pública.

Desde la cartera aseguran que para seguir reduciendo los tiempos “se tienen que aumentar los recursos, mejorar la gestión con apoyo de los equipos Minsal y seguir fortaleciendo la estrategia de realizar cirugías en horarios extraordinarios”, como ahora que es los fines de semana.

Y la propuesta es vista como viables por algunos expertos. Ricardo Fábrega, decano de la Facultad de Salud de la Universidad Santo Tomás y exsubsecretario de Redes Asistenciales, cree que reducir la media de espera a 200 es posible: “No me parece descabellado, es un planteamiento factible pospandemia. Han trabajado bastante duro, y gran parte del exceso que hubo fue porque la crisis sanitaria paralizó la red”.

Pero también hay reparos. El también exsubsecretario y decano de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Autónoma, Luis Castillo, sostiene que “la meta presidencial es factible dada la medición. Eso sí, la mediana no es una medida correcta para medir el impacto del manejo en las listas de espera, pues la correcta es el promedio”.

¿Realmente bajaron las cifras?

Jorge Acosta, director del Programa de Salud y Bioética del Instituto Res Pública, también indica que la herramienta estadística utilizada por la autoridad no es la más adecuada.

Anteriormente, para hablar de tiempos de espera se utilizaba el promedio, resultado que se obtiene al dividir la suma de varias cantidades por el número de sumandos. Sin embargo, las autoridades actuales usan la mediana, que se entiende como la medida estadística que representa el valor que se encuentra en la mitad de un conjunto de datos ordenados. La mediana es útil para describir la posición central de un conjunto de datos y es menos sensible a valores extremos o atípicos que el promedio (o media).

En ese contexto, el también asesor médico del Instituto de Políticas Públicas en Salud (Ipsuss) explica que “de acuerdo a los datos del gobierno, hay 305 mil personas esperando una cirugía a finales de marzo de 2023. De ese registro, hay 163 mil casos nuevos, es decir, 53% del total de los casos. Y como es más de la mitad, evidentemente la mediana va ser representada por un número menor al de 365 días, porque son personas que entraron hace menos de un año”. Asimismo agrega que “el otro 47% de los casos tienen en promedio una espera de más de 900 días”.

El especialista explica que si comparan los promedios, la reducción de las listas de espera es tal, pero menor. El año pasado, la mediana de espera para una intervención quirúrgica era de 490, mientras que ahora es de 330, provocando una disminución del 32,7%. Ahora, el promedio de espera en 2022 era de 603 y ahora es de 515, lo que configura una baja sólo del 14,7%.

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