Nacional

Un Chile que deja de creer: censo confirma que el país es cada vez menos católico y el auge de los no religiosos

Según el Censo 2024, actualmente el 54% de las personas mayores de 15 años en el país se declara católica, mientras que en 2002 ese número llegaba al 70% y en 1992, al 77%. Así, el catolicismo, que durante décadas ha sido la fe mayoritaria, continúa su caída acelerada, mientras crece con fuerza el grupo de quienes no se identifican con ninguna religión.

JONNATHAN OYARZUN/ATON CHILE

Durante buena parte de su historia, el catolicismo ocupó un lugar central en la cultura y vida pública del país. Fue, por mucho tiempo, la confesión predominante, con fuerte presencia en los ritos sociales, la educación, el discurso moral y hasta en la política. Pero ese predominio ha ido cediendo, de forma sostenida, en las últimas tres décadas, perdiendo fieles, y con un número creciente de personas que ha dejado de declarar una religión.

Al respecto, el Censo 2024 pone cifras a esta tendencia: actualmente el 54% de las personas mayores de 15 años en Chile se declara católica. En 2002 ese número llegaba al 70% y en 1992, al 77%.

La caída es consistente y se aceleró, según expertos, después de 2010. En ese período estallaron múltiples denuncias por abusos sexuales cometidos por miembros del clero, junto a acusaciones de encubrimiento institucional.

“Muchas personas se vieron desilusionadas, desencantadas”, dice el sociólogo Eduardo Valenzuela, académico del Instituto de Sociología y de la Escuela de Gobierno de la Universidad Católica.

Desde la Iglesia Católica reconocen que los resultados interpelan directamente a la institución. El presidente de la Conferencia Episcopal y arzobispo de La Serena, René Rebolledo, afirma que los datos del censo “nos desafían a discernir estos resultados y conversarlos, dialogarlos a toda instancia”.

Aunque reconoce que aún no ha tenido la oportunidad de analizarlos con otros obispos, señala que “debemos asumir estos datos con un espíritu de autocrítica y discernimiento”. Rebolledo añade que hoy “ya no basta la pertenencia cultural o la tradición para sostener la fe”, y cree que los católicos deben volver a lo esencial: “La centralidad de Jesucristo, el anuncio del Evangelio, la cercanía con las personas”.

El sociólogo Valenzuela explica que “el cambio venía ocurriendo desde los años noventa, pero en la última década se vuelve más rápido y pronunciado”. Y suma: “La caída en la adhesión al catolicismo no es lineal, se acelera después de 2010, y eso tiene que ver tanto con factores culturales de largo plazo, como con una pérdida de confianza institucional más reciente”.

Pero la medición censal no solo refleja el retroceso del catolicismo. También da cuenta del ascenso de una categoría que hasta hace poco parecía residual: quienes no tienen ninguna afiliación religiosa. Ahora representan el 25,8% de la población mayor de 15 años que respondió la pregunta sobre religión, es decir, uno de cada cuatro chilenos adultos. En 2002 eran apenas el 8,3%. En poco más de dos décadas, el porcentaje de personas que se declara sin religión se triplicó, consolidando uno de los cambios culturales más profundos en la historia reciente del país.

Si bien el fenómeno es nacional, hay diferencias territoriales. Las regiones del Maule (81,7%), Ñuble (80,1%) y O’Higgins (79,4%) concentran los mayores porcentajes de personas que profesan alguna religión. En cambio, zonas como la Región Metropolitana, Antofagasta o Valparaíso muestran los niveles más altos de personas sin religión, superando en algunos casos el 30%.

En el país hay 15.205.784 personas mayores de 15 años, de las cuales 15.118.269 respondieron sobre religión o credo. De ellas, el 74,2% (11.214.961 personas) dice tener una creencia religiosa, mientras que el 25,8% (3.903.308 personas) señala no tener ninguna. Otras 87.515 no declararon su posición.

Una brecha generacional

También hay matices por edad y género. Quienes se declaran creyentes tienen un promedio de 46,7 años, casi una década más que quienes señalan no tener religión, cuyo promedio es de 38,8 años. Aunque las mujeres siguen siendo mayoría entre las personas religiosas (54,5%), la brecha de género se ha acortado.

Hoy, tanto hombres como mujeres están dejando la religión. “Antes era común que en una pareja él no creyera y ella sí. Eso ya no es tan así. También las mujeres participan de este proceso de secularización”, sostiene Valenzuela.

Y agrega: “La mayoría de quienes se declaran sin religión no son necesariamente ateos. Muchos siguen creyendo en Dios o en alguna forma de espiritualidad, pero ya no se sienten representados por las instituciones religiosas tradicionales”.

El arzobispo Rebolledo coincide: “La fe es un don que se acoge y se vive por convicción, no por imposición. Esta convicción solo puede crecer si nos hacemos presentes en la vida de las personas, especialmente de los jóvenes, porque es donde más se nota la desafección”. Según el líder eclesiástico, el actual contexto requiere comunidades “más sencillas, más espirituales, creativas, testimoniales y solidarias”, capaces de salir al encuentro de quienes se han alejado.

Consultado sobre el impacto que la crisis de los abusos sexuales ha tenido en la desvinculación de los fieles, Rebolledo no esquiva el punto, afirmando que “la desafección tiene muchas raíces, pero una de ellas -y no menor- es nuestra responsabilidad como Iglesia en el tema de los abusos sexuales. Son crímenes que han causado una herida muy profunda”.

El arzobispo recuerda que el propio Papa Francisco instó a los obispos chilenos a enfrentar con decisión esta realidad, impulsar una cultura del cuidado y avanzar en procesos de reparación. “Nunca será suficiente en prevención”, reconoce, “pero hemos formado miles de agentes pastorales; hemos acompañado a víctimas y trabajado por cambios reales”, añade.

Evangélicos y otras religiones

En paralelo, el número de personas que se identifica con iglesias evangélicas o protestantes mantiene un crecimiento lento, pero sostenido: un 16,3% en el Censo 2024, frente al 13,2% de 1992. Actualmente suman 2.466.607 personas.

A pesar de ello, no han absorbido el éxodo católico. La mayoría de quienes se alejan del catolicismo simplemente se declara sin religión. La presencia evangélica se mantiene con más fuerza en zonas rurales del sur, especialmente en La Araucanía y el Biobío.

Además del catolicismo y el protestantismo, el censo registra otros credos con menor adherencia: la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días cuenta con 94.266 seguidores; los testigos de Jehová suman 121.805, y hay otras religiones como el judaísmo (28.153), el islam (10.197), el budismo (18.221), el hinduismo (4.530) y el catolicismo ortodoxo (10.912). En total, 89.856 personas declararon profesar “otras religiones o credos” no especificados.

El fenómeno no es exclusivo de Chile. Un estudio reciente del Pew Research Center identifica al país entre los que más han visto crecer la población sin afiliación religiosa en la última década, junto a Uruguay, Australia y Estados Unidos. En el caso chileno, el proceso se interpreta como una expresión local de una tendencia global: una secularización asociada a mayor escolaridad, urbanización, autonomía personal y acceso a información.

Más sobre:CensoIglesia CatólicaReligiónIglesia Evangélica

COMENTARIOS

Para comentar este artículo debes ser suscriptor.

Piensa sin límites. Accede a todo el contenido

Nuevo Plan digital $990/mes por 5 meses SUSCRÍBETE