A los 99 años murió la novelista Matilde Ladrón de Guevara

Matilde Ladrón de Guevara (1910-2009) fue cronista, poeta y novelista, pero reducir su figura al desempeño literario sería inexacto. Ella fue, antes que nada, una figura de la escena cultural chilena de mediados del siglo pasado: fue corresponsal de la revista Ecrán en Hollywood, trabajó con Arturo Merino Benítez, ingresó al Partido Femenino a mediados de la década del 40 y, en 1948, debutó en la literatura con el poemario Amarras de Luz.
Ayer, a las 20 horas, la escritora murió en el Hospital Militar a raíz de un cáncer generalizado, que fue descubierto hace un par de semanas, cuando fue al médico a raíz de una fractura de cadera. El 18 de agosto había cumplido 99 años y su salud ya se encontraba bastante frágil.
Entre su vasta producción, destaca Mi patria fue su música (1953), novela inspirada en el romance que sostuvo con el pianista Walter Gieseking; Adiós al cañaveral (1962), crónica donde contrapone las figuras del Che y Fidel Castro, y Madre soltera (1966), volumen que aborda un tema tabú para la época: la maternidad fuera del matrimonio.
Matilde Ladrón de Guevara fue cercana a Neruda (participaron en la misma directiva en la SECH y Neruda le prologó un poemario), y conoció a Salvador Allende, Fidel Castro y al Che Guevara. Los últimos años los pasó tocando todas las puertas posibles para liberar a su hija Sybila Arredondo, viuda del escritor peruano José María Arguedas que fue condenada a 15 años de presidio en Lima por supuestas relaciones con Sendero Luminoso. Sybila salió en libertad el 2002 y Matilde escribió Por ella, testimonio que recoge la experiencia de tener a su hija presa.
Aunque su literatura ha sido calificada de ideológica y esquemática por críticos como Ignacio Valente y Raúl Silva Castro, no pocos destacaron su vigor y coraje. El 2006, de hecho, fue postulada al Premio Nacional de Literatura.
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