Mañana se estrena La buena vida, la esperada nueva película de Andrés Wood, y pese a que el director no apeló a la calificación de Mayores de 14 años que el Consejo de Calificación Cinematográfica le otorgó a su filme, no significa que haya quedado conforme con esta.

"No apelamos, pero tengo un problema ya que estoy en desacuerdo en cuál es la vara con que se mide a la película", aclara Wood. Por ello su problema no es en términos absolutos, sino que relativos. "Lo que siento es que a las películas chilenas se le evalúan más lecturas, más subtextos, y eso es un poquito injusto. Eso a otra películas (extranjeras) no se le juzgan", agrega.

Wood descarta persecuciones u otro tipo de animosidad que pueda tener el Consejo de Calificación con las películas chilenas, pese a que permanentemente las calificaciones son entendidas como injustas por el mundo audiovisual. Fresco está el caso de Fiestapatria, que el año pasado fue calificada para mayores de 18 años, lo que generó una protesta pública de cineastas nacionales.

"Yo no soy nada de perseguido, no tengo rollos con las personas", razona Wood. "Como lograr medir es una cosa de criterio y estoy seguro que no es por mala intención. Pero me siento perjudicado porque hay películas más fuertes y más explicitas que son calificadas de manera distinta", dice.

El director aclara que es la primera vez que tiene un "problema" con la calificación de sus filmes. Con Machuca, "que es una película mucho más explícita",  como dice, tuvo una calificación de Todo espectador con reparos para menores de siete años. Y por ello no entiende la calificación de Mayores de 14 años de La buena vida. "Yo no soy explícito y mi cine no es evidente. Esto es algo nuevo para mí", concluye.