Jonah Lomu murió casi arruinado. Sus gastos médicos y la generosidad con sus amigos afectaron el patrimonio del ícono del rugby. Pero la historia del deporte muestra otros casos en los que, aunque por distintas razones a las del neozelandés, algunos deportistas han perdido todo lo ganado. Te presentamos cinco ejemplos.

Garrincha: uno de los mejores futbolistas brasileños de la historia. Tenía los pies girados 80 grados hacia adentro, una pierna seis centímetros más larga que la otra y la columna torcida y así se convirtió en un increíble atacante. Fue campeón del Mundo en 1958 y 1962. Aprendió a fumar a los 10 años y cayó en el alcoholismo. La leyenda dice que en los entrenamientos dejaba al borde de la cancha una botella para refrescarse, pero no con agua, sino que con cachaza. Murió por una pancreatitis en medio de la miseria, con 14 hijos. El Maracaná repleto lo despidió el 20 de enero de 1983.

George Best: le decían el Quinto Beatle y fue quizás el primer futbolista que se transformó en ídolo también del espectáculo. "Gasté mucho dinero en licor, mujeres y autos de carrera. El resto lo desperdicié" y "en 1969 dejé las mujeres y el alcohol; fueron los peores 20 minutos de mi vida" son frases que demuestran el  estilo de vida de este jugador irlandés. Falleció en noviembre de 2005.

Paul Gascoigne: se calcula que el jugador inglés despilfarró alrededor de 22 millones de dólares a causa del alcoholismo y las drogas. En 2010, perdió su casa y se declaró indigente.

Allen Iverson: el jugador de la NBA ganó 200 millones de dólares, pero su ostentación le pasó la cuenta. Por ejemplo, viajaba con su barbero y su estilista, además de un grupo de 50 amigos a los que les pagaba desde la comida hasta los pasajes.

Scottie Pippen: sumó 120 millones de dólares en la NBA. Pero el derroche, la mala planificación y pésimas inversiones lo llevaron a la quiebra.