Cómo aprender a disfrutar el presente
<img height="21" alt="" width="94" src="https://static-latercera-qa.s3.amazonaws.com/wp-content/uploads/sites/7/200811/193348.jpg" /> <br /> ¿Quiere vivir con menos estrés y tensión? La gran receta para ello es entrenarse para vivir el momento. Ello implica dejar de rumiar los errores que cometió en el pasado y no preocuparse de lo que viene a futuro.

¿Vive preocupado por el futuro o pensando en lo que ocurrió en el pasado? ¿Se sorprende a veces tras haber leído una página completa, de que no recuerda nada porque su pensamiento voló hacia otra parte? ¿Piensa constantemente en las vacaciones cuando está trabajando, pero cuando éstas llegan analiza los desafíos laborales que le esperan para la vuelta?
Si algunas de sus respuestas son afirmativas, usted sufre de poca capacidad para vivir el momento y disfrutar el presente. Una característica muy frecuente, que lleva a las personas a sufrir más estrés del que debieran, porque dejan de vivir el hoy para rumiar errores pasados y desvelarse por el futuro.
La buena noticia es que hoy los sicólogos sostienen que esa habilidad, que algunos tienen en forma innata, puede construirse.
"Lo habitual es que vivamos preocupados por nuestros pensamientos y lo importante es salir de ello", explica el doctor Jon Kabat-Zinn, del Massachusetts Institute of Technology (MIT). Según él, los seres humanos necesitan vivir más el presente, lo que en sicología se conoce como "consciencia plena": estar atentos y abiertos a lo que sucede en nuestro entorno. Esto permite tomar distancia de nuestros pensamientos y observarlos, sin juzgarlos. En otras palabras, en lugar de dejar pasar la vida, vivirla atentamente.
Quienes aprenden a disfrutar el momento obtienen beneficios tanto en su salud física como a nivel mental. La consciencia plena, según diversos estudios, reduce el estrés, fortalece las defensas, alivia el dolor crónico, disminuye la presión arterial y mejora la salud cardíaca. Pero también se ha detectado que mejora la empatía, la seguridad y la autoestima, al tiempo que la persona acepta sus debilidades. Disminuyen las respuestas impulsivas y se es capaz de recibir críticas sin sentirse amenazado. Cuando vivimos con "consciencia plena" y en pareja, somos menos conflictivos y nos adaptamos mejor a los desafíos.
Otro beneficio directo de disfrutar el presente es que el ego está menos involucrado. "Es menos probable que relacione su autoestima con lo que le pasa, enfrentando los hechos tal como son", afirma Michael Kernis, sicólogo social de la U. de Georgia. Además, una persona consciente responde en forma reflexiva y no automática. Esto porque cuando alguien ocupa su mente en forma plena, aumenta su autocontrol y se siente menos amenazado.
Tener consciencia plena de lo que se está viviendo es la mejor vacuna contra la agresividad. En un estudio de la U. de Georgia, a algunos alumnos que deseaban integrarse a un grupo de amigos se les informó que habían sido rechazados. Al saberlo, varios respondieron en forma agresiva, pero quienes antes habían realizado ejercicios para desarrollar la consciencia plena se mantuvieron serenos.
Para quien desee lograr tales ventajas, los expertos ofrecen cinco ejercicios que pueden sacarlo de su distracción y enfocarlo de regreso a lo que está haciendo.
1) Despreocúpese del futuro y saboree el presente
Aprender a disfrutar el momento, como saborear un café o tomar un baño, permite a la persona sentir emociones positivas y reducir los síntomas depresivos, asegura Stephen Schueller sicólogo de la U. de Pensilvania. "Ello, porque la mayoría de los pensamientos negativos están relacionados con el futuro y el pasado", explica.
En su libro "Eat, Pray, Love", Elizabeth Gilbert relata el caso de una amiga que cuando estaba de viaje y veía un lugar bonito exclamaba: "¡Es tan hermoso! Quiero regresar aquí algún día". Gilbert se esforzaba "en intentar convencerla de que ella ya estaba ahí".
2) Enfrente las tareas sin pensar en ellas
La sicóloga de la U. de Harvard, Ellen Langer, autora del libro Consciencia plena, sostiene que hay que superar el error de pensar mucho en lo que se está haciendo, porque ello lleva a hacerlo peor. "Si estás en una situación que te produce ansiedad -como hablar en público, bailar o que te presenten a alguien- pensar en que estás ansioso sólo aumenta la ansiedad", dice. Enfocarse menos en su mente y más en lo que se tiene que hacer facilita las cosas y si se cometen errores, no es el fin del mundo.
3) No esté pendiente del tiempo; deje que fluya
Los sicólogos dicen que la forma más plena de vivir el presente es dejarse absorber por lo que uno hace, es decir "fluir". La idea es que la profundidad del involucramiento lo absorba poderosamente, manteniendo la atención tan enfocada, que el tiempo vuele sin notarlo. El fluir es difícil de lograr, pero tener por delante una tarea desafiante es la mejor condición para que ocurra.
4) Si algo le molesta, no lo evite. Acéptelo
Que algo nos moleste o nos cause ansiedad es inevitable. Pero si nos enfocamos en combatirlo y superarlo, a menudo empeoran, dice Stephen Hayes, sicólogo de la U. de Nevada.
Si está estresado, eso ya es un problema; pero si además usted odia estar estresado, se agrega otra tensión. Por eso, en estos casos es mejor aceptar lo que sucede, sin tratar de manipularlo. Hay que aceptar que hay ciertas cosas que están más allá de nuestro control, y esto no tiene nada que ver con resignación.
5) Involúcrese
Es probable que conduciendo haya llegado a donde iba, sin saber cómo. Son momentos de tal inconsciencia que se funciona con el piloto automático y no se está alerta a lo que le sucede, dice Langer. La vida pasa y no hay registro. Esta distracción sucede, por lo general, cuando la persona deja de poner atención en algo que ya conoce. Hay que mirar el mundo con los ojos sorprendidos de un primerizo y darse cuenta de que hay un permanente cambio. Es decir, enfrentar todo como por primera vez y, así, se vuelve a a sentir entusiasmo.
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