Sacar de circulación a los conductores ebrios durante los fines de semana será la principal modificación estructural que el Gobierno planea imprimir al sistema de condenas con penas alternativas actualmente vigente en el país.

La idea, plasmada en el proyecto  que modifica la Ley 18.216 sobre medidas alternativas a la reclusión, es descongestionar los recintos penales, aumentar la eficacia de las penas e impedir que las personas condenadas por conducción en estado de ebriedad conduzcan entre la noche del viernes y la mañana del lunes.

"Entonces, lo que buscamos con esta reforma -explicó el ministro de Justicia, Felipe Bulnes- es sacar de circulación a los sujetos acostumbrados a beber justo en los días y noches en que más se repite la ingesta de alcohol: el fin de semana".

Según el secretario de Estado, el proyecto implica "plasmar una simple modificación que le permita al juez decidir cuándo y en qué circunstancias aplicar la pena. Si una persona cayó en situación de delito por conducir ebrio, el juez podrá contar con la reclusión parcial, que ya no le somete al condenado a un régimen total, sino que se le podrá aplicar sólo los fines de semana en forma continua. Así logramos una pena más inteligente y efectiva desde la perspectiva criminológica", aseguró.

Añadió que en términos de plazo, la pena no se modificaría, puesto que si la condena actual es de seis meses de reclusión nocturna, el mismo período sería cumplido, pero sólo en días de fin de semana.

En la actualidad, el 20% de los accidentes de tránsito con resultados fatales tiene como causa basal el consumo de alcohol. Pese a las sucesivas campañas de prevención y endurecimiento de los controles para conductores, la estadística no ha bajado en la última década.

Según cifras de la Comisión Nacional de Seguridad del Tránsito (Conaset) cada fin de semana largo que hay por festividades mueren unas 20 personas por la ingesta de alcohol.

ALCOHOL Y HURTO
La idea del gobierno es flexibilizar la reclusión nocturna, que a partir de la aprobación de la medida pasará a llamarse: reclusión parcial. En definitiva, se trata de una reforma sustancial al sistema de condenas, con penas alternativas actualmente vigente.

Según Bulnes, la propuesta abarcará también a otro tipo de delincuentes, como los especializados en hurto, a quienes se les podrá aplicar la llamada reclusión diurna. Esta alternativa busca restringir la libertad de estos individuos en los horarios en que regularmente tienen acceso al comercio general y los supermercados.

El proyecto de lley, que ingresará esta semana a la comisión de Constitución y Justicia de la Cámara, viene a complementar otro proyecto similar que venía estudiando hace un año ese misma instancia parlamentaria.

Según el secretario de Estado, "lo que buscamos es que por un lado, los delitos sometidos a penas como reclusión nocturna, remisión condicional y libertad vigilada, experimenten modificaciones que le permitirán al juez, a la hora de aplicar la pena, contar con más alternativas que hagan la condena realmente efectiva".

En la actualidad, la población penal (cumpliendo condena o en prisión preventiva) del país asciende a casi 52 mil personas, a los que se añaden unos 55 mil sometidos a penas alternativas. Desde que se implantó la reforma penal, la población sujeta a medidas alternativas ha aumentado en 51%, siendo la reclusión nocturna la de mayor volumen.