Divisiones étnicas amenazan con cambiar el mapa de Medio Oriente
La guerra en estos países ha sacado a relucir las diferencias ente kurdos, sunitas, chiitas y alawitas, que según los analistas, configuran un nuevo mapa que echa por tierra las divisiones geográficas tras la Primera Guerra. Por Cristina Cifuentes

Los conflictos en Siria e Irak han elevado las divisiones étnicas y religiosas que existen en la región, por lo que a juicio de muchos analistas la posibilidad de un cambio de mapa es altamente probable. “No hay vuelta atrás. La desintegración es un hecho natural de la vida. Los futuros arreglos serán de acuerdo con las divisiones existentes”, dijo a La Tercera, Uzi Rabi, director del Moshe Dayan Institute de la Universidad de Tel Aviv.
El analista de origen iraní-iraquí y gran conocedor de la zona, señala que es erróneo seguir pensando en el mapa con las fronteras trazadas por el acuerdo Sykes-Picot de 1916 (pacto secreto entre Francia y Reino Unido, con el consentimiento ruso, para dividirse los territorios de Medio Oriente en caso de que la Triple Entente derrotara al Imperio Otomano en la Primera Guerra Mundial, que se extendió de 1914 a 1918), por lo que estados como Irak, Siria o Libia dejarán de existir.
Y no es el único que piensa así. En una columna de la publicación estadounidense World Affairs, el analista Michael Totten dice que “Irak se terminó”, ya que es una “nación con cáncer y con respirador artificial”. “Es hora de aceptar que es muy probable que el país muera”, señala.
Así, los kurdos se ubican en el norte de Irak y corresponden a cerca del 20% de la población. Pero también están en el sur de Turquía. Desde comienzos de los 90 han tenido su propio gobierno y son una región autónoma en las tres provincias del norte de Irak. Mientras que en Siria se han situado también en el norte y, por ejemplo, el jueves anunciaron la creación de un nuevo distrito administrativo en la ciudad de al Abyad.
La situación de los kurdos preocupa a Washington, debido a que, por un lado, sabe que debe armarlos para combatir al Estado Islámico, pero teme que al hacerlo alimente las aspiraciones políticas e independentistas de este grupo en la región. Según The New York Times, Estados Unidos necesita ayudar a las fuerzas kurdas tanto en Irak como en Siria, por lo que ha entregado respaldo militar al gobierno regional en Irak y ha coordinado los ataques aéreos con la fuerza kurda dominante en Siria, las Unidades de Protección del Pueblo (YPG).
Otra de las entidades que distinguen los analistas son los sunitas, que en Irak corresponden al 20% de la población. Y en Siria, antes de que comenzara la guerra civil representaban entre el 70% y el 74% de la población. Actualmente muchos kurdos viven en zonas bajo el control del Estado Islámico.
A su vez, los chiitas son una mayoría en Irak y una minoría en Siria. Según el diario The Wall Street Journal, Irán está buscando que se fortalezcan en gran parte del territorio, abarcando hasta Líbano y Yemen. “La forma de operar en Irak, Líbano y ahora Siria es debilitar a estos países al crear milicias chiitas”, dice el periódico.
Para Uzi Rabi, el caso de Siria es claro. “Veo un ‘Alawitistán’, es decir una zona bajo el control de los alawitas (rama de los chiitas que corresponden al 10% de la población) del Presidente Basher Assad, ahora defendida por rusos e iraníes, que se convertirá probablemente en la pequeña Siria. Luego un Drusistán, tierra de drusos, en la frontera con Israel; un Kurdistán y áreas cristianas al norte; y un área en manos del Estado Islámico, que se expande también en Irak, englobando Mosul”, señala. “El régimen de Assad ha abandonado definitivamente al resto de Siria. Ahora tenemos la Latakia de Assad, las principales ciudades de lo que fue Siria y el Estado Islámico”, concluye.
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