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Edorta Murua: "Hay clubes que desarrollan talento y otros que lo compran"

El vasco explica su metodología de trabajo, reconocida mundiamente. Analiza sus primeros días en la U y el desafío de liderar la cantera azul.

Edorta Murua camina por las canchas del Centro Deportivo Azul con absoluta seguridad. El vasco (51 años), quien hoy cumple cinco días en el club, asumió la conducción de las divisiones menores de Universidad de Chile. Y aunque no viste de corto ni utiliza zapatos con toperoles, ya se ganó el rótulo de "refuerzo bombástico" para las próximas cuatro temporadas.

Su currículum lo avala. 15 años ligado al fútbol formativo, destacando su paso por el Atlético de Madrid y el Athletic de Bilbao. Es catalogado como un referente en el área de las cadetes a nivel mundial. Su metodología de trabajo ha sido replicada por los equipos más poderosos del orbe, entre los que destacan Bayern Leverkusen, Chelsea y Guadalajara.

En la U, sin embargo, la tarea no será fácil. El cuadro azul ha posicionado pocos juveniles en el primer equipo en los últimos años, situación que genera preocupación. En su primera entrevista en Chile, Murua explica a La Tercera su método de trabajo y adelanta sus objetivos para los próximos cuatro años, en los que comandará el fútbol formativo del equipo que entrena en La Cisterna. Lo único que pide es no hablar del fracaso de la Roja Sub 20, pues no se atreve a emitir juicios por el escaso tiempo que lleva en el país.

Su método de trabajo ha recibido muchos halagos. ¿La clave es focalizar los ejercicios de manera individual?

No lo llevaría a algo tan cerrado. La prioridad en la formación son los futbolistas, por lo que no se puede trabajar con la mentalidad de jugadores profesionales, en el que se hace énfasis en obtener resultados a corto plazo.  Cada futbolista es un proyecto individualizado, un proyecto diferente. Trabajamos en base a cada jugador, a saber que cada uno tiene sus objetivos. Todo a largo plazo.

¿El sistema implica mantener diálogos a diario con los jugadores?

No podemos saber si las personas van comprendiendo si no convivimos con ellos. No se trata de una cercanía paternal. Es una cercanía para dejar claro lo que queremos hacer. A partir de ahí viene el aprendizaje. Nosotros tenemos que saber qué siente el jugador con cada ejercicio que realizamos. Hay que explicarle por qué lo hace y recién en ese momento empieza a relacionarse con el juego y lo asume como una responsabilidad.

¿Cómo lo hace para convencer al futbolista con su metodología?

Siempre les ponemos el mismo ejemplo. Debemos diferenciar lo que es un jugador de fútbol a un futbolista. El jugador de fútbol es aquel que tiene talento y hace cosas con el balón. En cambio, el futbolista no sólo hace cosas con el balón, sino también es capaz de manejar las variables del juego, los espacios, entre otras cosas. Cuando se llega a ese punto es que está interpretando el fútbol.

¿Qué es lo más importante al momento de formar un futbolista?

La técnica, la inteligencia y el físico. Las tres cosas son importantes. Todo jugador puede ser capaz de pensar, pero también los jugadores deben tener capacidad técnica y física. Cuando reúne todo, tienes condiciones para enfrentar diferentes situaciones y abrirse a otras desconocidas.

¿Se considera un revolucionario del fútbol formativo?

No, para nada.

Pero su metodología suma muchos elogios y hasta ha sido replicada por la UEFA...

Sí, es cierto. Mucha gente quiere trabajar el fútbol formativo de la misma manera que se realiza en el fútbol profesional, entonces olvida que las inferiores son trabajos de largo plazo. Los futbolistas no son proyectos de un año, sino es algo de cuatro, cinco o seis años. Ojalá que diez años en un sitio. Hay que trabajar con perspectiva y dejando de lado recompensas.

¿Por qué en Europa lo llaman el Iluminado?

(Se ríe). No soy ningún iluminado, sólo soy un trabajador. Soy muy inquieto en lo que se relaciona al fútbol. Todo mi aprendizaje viene de las experiencias que extraigo en el campo. No soy una persona que está en una oficina e inventa una fórmula y ya está. Todas las cosas se van armando de lo que vemos en el día a día, con ejercicios, con visión. Es clave tener buenos futbolistas, pero también es fundamental volvernos cada vez mejores entrenadores.

En Chile los futbolistas no son asiduos a hablar con la prensa, algo que aprenden desde pequeños. ¿Está de acuerdo con eso?

No es algo que me involucre, pero lo podría tratar. No es que yo los vaya a formar para hablar con la prensa, pero dentro de nuestra área de comunicaciones podemos ayudar a los futbolistas a comportarse ante la prensa. Que sepan distinguir las preguntas más incómodas, que no den titulares gratuitos. Además de cómo deben hablarle al compañero, todo lo relacionado a la comunicación es muy importante.

¿Por qué decide venir a la U?

Por Andrés Lagos (gerente del fútbol joven). La U generó una curiosidad por algo que me supieron transmitir: miraban hacia adelante. No es fácil tener una visión sin saber lo que vas a encontrar. Me dejaron claro que querían dar un paso adelante y que yo estuviese presente en ese proceso. Hay una visión de futuro y de querer probar cosas diferentes. Eso coincide con mi idea de lo que es la vida y de los proyectos que me atraen.

¿No considera que venir a Sudamérica es un retroceso en su carrera?

No, todo lo contrario. Lo veo como un mundo de posibilidades que me pueden aportar mucho a mi carrera. Creo que acá hay un gran interés por buscar lo mejor para el club. No digo que yo tenga la fórmula mágica, pero si de alguna manera puedo proporcionar algo que aún no se ha trabajado en Chile.

Lleva una semana trabajando en las inferiores de la U. ¿Cuál es su evaluación?

Cuando trabajas en el fútbol formativo está claro que trabajas con talento. La U lo tiene. La cuestión es cómo queremos desarrollar este talento y potenciarlo. Tenemos jugadores y queremos que ellos se consoliden. Llevamos una semana y, a cómo empezamos el método el martes, siento que se ha dado un paso. Hay disposición de los jugadores para enfrentar una exigencia más alta.

¿Se proyecta un plazo para comenzar a subir futbolistas al primer equipo?

No tengo ninguna varita mágica. Lo único que me proyecto es para trabajar, para estar en el campo, para estar con los jugadores, apretar a los técnicos, que ellos me aprieten a mí. El trabajo cuando se hace con pasión,  que es mi caso y de los técnicos que están acá, siempre dará buenos resultados. ¿Cuándo se verá? No tengo una bola de cristal que me ayude, pero queremos que cada vez existan más futbolistas que pueden ser un aporte para el primer equipo.

Se lo pregunto porque Martín Lasarte manifestó su preocupación por el poco aporte de la cantera del club. ¿No siente presión?

No, todo lo contrario. Es un acicate. Hablé con Martín (Lasarte), de nuestras vidas. Tenemos amigos en común. Le dije que estaba recién aterrizando y que necesitamos de un tiempo para ver todo esto. Más adelante podemos tener reuniones para que vea cómo va nuestro proceso y, a la vez, comentarle los jugadores que le pueden servir.

En este momento, ¿existen jugadores que puedan dar el paso a primer equipo?

Llevo una semana. Sólo veo jugadores dispuestos a mejorar. Todavía no puedo decirte nada más.

¿A qué edad un jugador puede dar el paso al primer equipo?

Estará listo cuando ese jugador demuestre que la categoría en que está no va acorde a su rendimiento.

¿Qué le parece que Real Madrid invirtiera US $ 3,5 millones por Odegaard, jugador de 16 años?

En el fútbol hay dos tipos de clubes. Están los clubes que desarrollan talento y los clubes que compran el talento. Yo siempre he trabajado en clubes que desarrollan el talento y es lo que queremos fomentar en la U.

¿Cómo fue su relación con Marcelo Bielsa en el Athletic Bilbao?

Compartimos instalaciones. No compartimos nunca diálogos. Nuestra relación con el primer equipo era a través del director deportivo (José María Amorrortu). No es que Bielsa no tuviera información de las inferiores, pero no tuve relación directamente con él, ya que manteníamos diálogo con su colaborador Claudio Vivas. Nosotros sabíamos quién era Marcelo (Bielsa) y él sabía quiénes éramos nosotros, pero sin conocernos.

¿Cómo define al futbolista chileno?

El chileno es un jugador inconformista, por lo que he visto con la Selección de Marcelo Bielsa y, ahora, la de Jorge Sampaoli. Es muy agresivo y tiene jugadores rápidos. A partir de ahí es que tenemos que proporcionar la otra cosa para que el futbolista chileno sea un referente y que cuando juegue con Alemania o España, sea siempre de igual a igual.

¿Un cambio en la mentalidad?

No. La mentalidad la tiene y lo demostró en el Mundial anterior (Brasil 2014). La eliminación de Chile fue en octavos de final por penales ante Brasil, no fue ante cualquier país.

Entonces, ¿qué falta para que Chile sea un referente?

El futbolista está trabajando y sabe que puede lograr cosas. Mientras trabaja está recibiendo cosas que posteriormente aportarán a la Selección y que a su vez, se supone una subida en su nivel, algo que hace unos años era algo que no estaba planeado. Por eso Chile está avanzado para ser un referente a nivel del fútbol internacional.

Pero no es referente a nivel del fútbol formativo.

Sí, también formativo. Vamos a intentar que lo sea en ese sentido. Hay jugadores chilenos que han llegado muy lejos en Europa y  de algún sitio han salido. No creo que sean españoles o alemanes.

¿Vas a seguir leyendo a medias?

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