Cuando nació su hija mayor se negó a rodearla de juguetes de plástico, por ello, tomó los conocimientos que su mamá le transmitió sobre costura y bordado y se atrevió a confeccionar ella misma los juguetes para su pequeña. Al principio, eran muñecas simples y comunes. Hoy, con el paso del tiempo, las elabora de todo tipo.

“¿Por qué no me haces una muñeca como la que le hiciste a tu hija?”. Esa simple pregunta despertó en Carolita Vidaurre, una emprendedora de 44 años, las ganas de emprender. Al comienzo, se dedicó a confeccionar los pedidos de algunas vecinas y conocidas, por hobby. Pero con el tiempo notó que en sus muñecas había una buena oportunidad para hacer un negocio.

Esta emprendedora chilena  vivió durante 30 años en Venezuela, pero debido a los problemas sociales y económicos que viene experimentando ese país, decidió volver hace 10 años a su lugar de origen. “Salí de Chile muy pequeña, mis papás abandonaron el país en 1973 y se fueron a Venezuela. Me crié allá, pero con el tiempo el país ha cambiado, hay mucha delincuencia. Hoy Chile es la opción más segura para mis hijas y mi familia”, relata.

Carolita se dedica a la confección y venta de muñecas de trapo. Según cuenta, desde pequeña ha estado relacionada al mundo de las telas, los hilos y las agujas. “Cuando llegamos a Venezuela, mi papá  nos dio unas muñecas de género, desde ese momento me han gustado los juguetes hechos a mano. Además, mi mamá también nos enseñó todo lo relacionado a la costura”, señala.

Al comienzo,  comercializaba sus muñecas gracias al “boca a boca”, hasta que una amiga le dio la idea de venderlas a través de la plataforma social Facebook. Andrea Paz Diseños y Artesanías es el nombre de la tienda online que tiene esta emprendedora.

Vidaurre confecciona muñecas para todos los gustos, debido a las solicitudes de sus clientes. En su página en Facebook es posible encontrar Catrinas, Fridas Khalo, mapuches y pascuenses, entre otras variedades.

“Una amiga mexicana me dio la idea de hacer muñecas de Frida Khalo y Catrina, ambas muñecas han tenido su boom”, afirma.

Las muñecas elaboradas por esta mujer son 100% hechas a mano. Ella, según relata, se encarga de todo: de comprar los materiales, la confección y su posterior comercialización.

El proyecto comenzó gracias al apoyo y financiamiento de su esposo, Luis Escalante. “Mi marido siempre me ha apoyado en todo, pero decidí ingresar a Banigualdad para acceder a un mayor capital y así aumentar la cantidad de muñecas que confecciono”, explica.

Para poder cumplir efectivamente su rol como madre y emprendedora, Carolita divide su tiempo cuidadosamente para elaborar las muñecas y no descuidar a sus hijas.  “La confección de las muñecas la hago en la noche. Comienzo a las 21:00 horas y termino cerca de las dos y media de la madrugada, aproximadamente. Lo hago así porque en el día ayudo a las niñas con sus tareas y las cosas del colegio”, detalla.

Desde que inició su proyecto, Carolita ha logrado conquistar a un pequeño público con sus muñecas, pero acota que hacerlo no fue sencillo.

“Me costó mucho acostumbrarme a Chile, acá es todo muy diferente. Mi marido se adaptó muy rápido a esta cultura, yo no. A pesar de ser chilena me siento venezolana, pasé casi toda mi vida allá. Además, acá hay modismos muy raros que aún me cuesta entender”, revela.

La originalidad y la calidad son dos aspectos con los que esta emprendedora tiene especial cuidado. “Cada muñeca que hago intento que sea original, para que así los clientes queden contentos. La idea es que vuelvan por otra muñeca”, sostiene.

Respecto a las proyecciones de su negocio, indica que está pensando en ampliar nuevamente su catálogo. “Quiero comenzar a hacer muñecas de cuentos de hadas, para tener una mayor variedad. Ahora, a través de Banigualdad obtuve otro crédito, y espero que con este pueda aumentar mi producción”, anticipa.