Famosa casa de Bergman en la isla de Faro podría ser vendida
<p>En su testamento, el cineasta sueco estableció que sus posesiones fuesen vendidas "al mejor postor", por lo que si ni el Estado o una institución cultural se manifiestan interesadas podría pasar a privados.</p>
La casa del cineasta Ingmar Bergman en la isla báltica de Faro enfrenta un futuro incierto. Un año después de la muerte del director sueco más famoso, una periodista alerta hoy en el periódico Dagens Nyheter de que podría ser vendida a particulares y perderse para siempre como bien cultural.
"Si la casa de Bergman en Faro entra en el mercado inmobiliario internacional para su venta, sería como un sacrilegio", dijo Kerstin Vinterhed, quien junto con los organizadores de la Semana Bergman, que se realiza todos los años en la isla al sur de Gotland, quieren que la casa siga siendo accesible a todo aquel que quiera visitarla. La residencia cuenta con un cine privado famoso entre los cinéfilos del mundo y una vieja escuela usada como archivo.
Bergman se enamoró de Faro en 1961 durante el rodaje de Såsom i en Spegel (Como en un Espejo) e hizo famosa a la isla de sólo 600 habitantes al convertirse con el tiempo en el único residente permanente. Todos los días, el director veía películas en el cine privado con 17 asientos, ubicado a un par de kilómetros de su casa de nueva construcción.
Fue en esa casa donde murió a los 89 años el 31 de julio de 2007. Su testamento, como siempre en él caprichoso, generó gran parte de los actuales problemas.
Bergman estableció que todas sus posesiones en Faro fuesen vendidas "al mejor postor". Como portavoz de los ochos hijos vivos del cineasta y de los descendientes del noveno fallecido, su hijo Daniel Bergman dijo que se cumplirá el deseo del testamento, pero que la oferta más alta no tiene por qué ser la "mejor".
Los fans del cine suecos entendieron estas declaraciones como un guiño a fundaciones privadas y estatales para que se pongan a trabajar para conservar la herencia de Bergman. Jannike Ahlund, de la Semana Bergman, se queja de la "extraña falta de interés" del gobierno de Estocolmo. La ministra de Cultura, Lena Adelsohn Liljeroth, excluyó ya varias veces que el Estado vaya a invertir dinero público en la compra.
Ahlund quiere reunir por tanto dinero de otra forma para impedir que la villa se pierda para siempre para el público en caso de ser comprada como residencia de verano por algún rico. Y pide que al menos el Estado se haga cargo de los costes de funcionamiento del Centro Bergman, cuando se cree. "Tendría que ser obvio que ante un nombre mundial como el de Bergman, el Estado se tiene que implicar".
El problema es que ni se ha dado luz verde para ello ni tampoco hay suficiente dinero reunido de otras fuentes. Daniel Bergman, de 45 años, dijo que la fecha tope de venta será finales de 2009.
El sacristán de la iglesia de Faro, Lars-Olf Malmqvist, conoce el gran interés que existe en la isla a causa de Bergman. "Desde su entierro siempre estamos llenos", explica en la radio. Miles de personas acuden a la iglesia a encender velas en memoria del creador de El Manantial de la Doncella, El Silencio, Secretos de un Matrimonio (Escenas de la Vida Conyugal) o Fanny y Alexander.
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